viernes, 26 de julio de 2013

LA DESFACHATEZ DE LOS POLITICOS

El próximo año hay elecciones y desde ahora se están viendo movimientos de los aspirantes a ocupar curules en el Congreso. Visitas a  barrios y veredas, reuniones, desayunos y almuerzos, todos eventos tradicionales en la fase de calistenia electoral; porque el juego de verdad sucederá en 2014. Muchos aspirantes a pocas curules de modo que no habrá cama para tanta gente. Así que deben recurrir a los más sofisticados métodos de marketing electoral para darle el codazo al rival y quedarse con la silla.

Pero lo más gracioso de todo, por no decir otro término, es la piedra que tienen en la cara. No tienen carne ni hueso, por lo cual ni siquiera se ponen colorados. Están viendo el país en el estado en que se encuentra, por culpa del régimen político colombiano donde ellos son protagonistas y no se dan por aludidos. Colombia sufre hoy tal vez la crisis más grave de la historia reciente, en la que se observan cierre de empresas, atracos callejeros, violencia intrafamiliar, matoneo escolar, bandas criminales por doquier y para ellos es como si no pasara nada. En muchos puntos de la geografía nacional se están cocinando paros y movilizaciones de protesta originados en diversas ramas de la actividad económica, fenómeno sin precedentes en la historia nacional, y los aspirantes a curul es como si no vieran nada.

Claro que esa postura está bien, si fuera que nuevos aspirantes entraran a competir para ir a luchar por el cambio de la realidad nacional. Pero no: son los mismos con las mismas. Los que quieren repetir después de varios períodos y por lo tanto son responsables directos de la crisis nacional, sumados a quienes han sido concejales y diputados, es decir, quienes tienen antecedentes en la tragedia política colombiana. Tragedia que se gesta porque quienes llegan a las posiciones legislativas o administrativas, piensan primero en la tajada que podrán sacar desde su puesto para beneficio personal y no en los resultados en la gestión del organismo estatal al que se vinculan.

Están en todo su derecho. Este es un país de libertades. Pero es sociológicamente inaceptable, que, después de los paros y las marchas, esos mismo marchantes vuelven y votan por los mismos políticos de siempre, desconociendo que la verdadera movilización social y protesta no es darse golpes con la policía, sino votando en día de elecciones para apoyar un proyecto político que cambie de verdad el actual estado de cosas en lugar de elegir a los mismos que hoy muestran esa tremenda desfachatez.


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