martes, 26 de septiembre de 2023

REVIVIR A KEYNES

 Dijo un presidente en su discurso de la ONU este año, que hay que revivir a Keynes globalmente después de su olvido, una frase que tiene significado trascendental debido a la coyuntura que vive hoy el mundo en su totalidad, cuando, después de 40 años de dominio del capitalismo rentista con su soporte neoliberal y mentalidad posmoderna, las condiciones de vida y la situación social están bastante deterioradas en casi todo el mundo. 

En el siglo XIX, época en que no se vivía la calamidad de hoy, las preocupaciones del pensamiento giraban en torno al cambio de ese mecanismo, del que habló dicho presidente, que constituye la fuerza que hace funcionar el sistema, con el argumento de que ese mecanismo, además de hacer funcionar el sistema económico, también es la causa principal de las desigualdades sociales y la inequidad humana; pero  en el siglo XX se ensayó la formula del cambio de mecanismo y también fracaso, presentándose el caso de que resultó peor el remedio que la enfermedad. En conclusión, hay que seguir con el mecanismo de mercado. 

Keynes, el Estado y lo público, que citó el presidente Petro en su discurso, tienen un significado más profundo que lo que se cree a simple escucha. En primer término, quiere decir que ya no se debe hablar de socialismo ni de economías con el mecanismo de la planificación, como se dijo en el siglo anterior; los fracasos de las economías planificadas así lo demuestran. Quiere decir que cualquier opción para combatir la desigualdad, la inequidad y hacer la defensa de la vida, tiene que ser bajo el mecanismo del mercado, como operador del sistema económico. Pero también quiere decir, que las fuerzas del mercado por sí solas, no podrán disminuir la injusticia social y el deterioro de las condiciones de vida. Se necesita que el Estado meta la mano ahí y seguramente con los principios de Keynes intervenga para evitar la catástrofe ambiental y humana.  

Por supuesto, la historia no tiene reversa y la teoría keynesiana tal cual no tiene vigencia en este siglo, cuando existe otro tipo de capitalismo, otro tipo de Estado, otras son las relaciones internacionales y otros son los núcleos del poder económico mundial, todos diferentes al medio siglo anterior cuando la teoría del citado autor tuvo vigencia. Pero, los fundamentos o principios que sustentan esa teoría, son totalmente pertinente y oportunos en la actual realidad económica y cuando se acerca el derrumbe total del modelo neoliberal. 

Principalmente, hay que destacar del discurso de marras, el llamado que hace a al trato de lo público, porque una de las causas, de las más fuertes, que ha propiciado la concentración de la riqueza y la extensión generalizada de la pobreza en el actual modelo neoliberal, además del desempleo es la de privatización de los bienes públicos, que se han convertido en instrumentos para propiciar el enriquecimiento desmedido de unos pocos con su explotación y han deteriorado la capacidad adquisitiva del ingreso familiar. Los fundamentos keynesianos nos invitan a la recuperación del manejo de los bienes públicos por parte del Estado, para que en estos prime el bienestar general y el servicio a la comunidad, más que los resultados financieros de las empresas privatizadoras. 

El debate hoy, entonces, no gira en torno al sistema económico que tiene ya una aceptación universal, sino sobre la forma de manejar el Estado de modo que se aplique una administración pública orientada a la eficiencia, eficacia y efectividad, pero con el horizonte de cumplir los fines esenciales del organismo, en el marco de la solución de las necesidades humanas y las condiciones de vida. Está la vida humana por encima de los intereses políticos nacionales e internacionales y por ello es pertinente pensar en revivir a Keynes.