Examinando
los programas de las campañas para la Gobernación del Cauca, encuentro con
agrado y satisfacción que un Candidato ha incluido un tema que concuerda con
los escrito en un artículo de esta columna el día 20 de marzo de 2019 con el
título “Solución estructural y definitiva
al bloqueo de la vía”, haciendo referencia al conflicto de tierras que
existe en este departamento y que arrastra la consecuencia de que, cada cierto
tiempo, las comunidades indígenas taponan la circulación por las carreteras
ocasionando graves perjuicios a Popayán.
Por
supuesto, no son ideas, ni del columnista ni del candidato, sino de múltiples
enfoques sobre ordenamiento territorial que se encuentran en la literatura
sobre el tema, expuestos por autores de diferentes lugares del mundo. El
ordenamiento territorial como proceso de construcción colectiva de territorio
realizado por todos los actores sociales que se asientan en la región, sin
confundir con el POT que es otra cosa. El POT es un instrumento institucional
que se debe utilizar para realizar la gerencia pública territorial y orientar
el desarrollo territorial, mientras que la construcción colectiva de territorio
es un mecanismo concertado de los actores sociales, sometido a las condiciones
de los procesos económicos, sociales y culturales que ocurren en la región,
donde el gobierno es solo un actor, el más importante por cuanto debe ser el
rector del mecanismo y el garante de la concertación, pero no el único ni el
decisorio.
Entre la
gran cantidad de investigadores y autores que tratan el tema podemos destacar
la propuesta de Orlando Fals Borda, quien conjuntamente con Miguel Borja, en
1997 le dieron al ordenamiento territorial un enfoque apropiado para resolver
el problema del conflicto sociopolítico de medio siglo que posteriormente se
está tratando de solucionar con el Acuerdo de Paz. Para Fals, el ordenamiento
territorial sería un mecanismo para crear condiciones de convivencia armónica
entre los actores en conflicto y así acabar la violencia y la guerra armada.
Y así
mismo, otros autores consideran que la definición de reglas de convivencia para
la ocupación del territorio mediante la articulación de los procesos
económicos, sociales, culturales y ambientales, catalizados por el escenario
del mercado, del cual no es posible substraerse, es un mecanismo idóneo para
solucionar conflictos sociales derivados de la ocupación del espacio y la
ocurrencia de fenómenos asociados a la dominación. Entonces es totalmente procedente
que el candidato Gilberto Muñoz Coronado hoy esté proponiendo el mecanismo del
ordenamiento territorial como columna vertebral de las políticas públicas de la
dimensión físico-espacial del departamento, lo cual también permite, además de
las reglas de convivencia, acondicionar el espacio para facilitar la ejecución
de las estrategias de desarrollo económico y social en el largo plazo, que es
la esencia del ordenamiento territorial, y con ello se observa que la postura
del columnista no quedó en el aire sino que tuvo eco en el campo político, sin
el cual no es posible que las ideas académicas se lleven a la realidad. Falta
ver si el electorado también le hace eco y si la comunidad departamental
aprovecha la oportunidad para aplicar la solución necesaria contando con que la
idea periodística se acompaña de la concordancia con el candidato.