martes, 24 de septiembre de 2019

LA CONCORDANCIA CON EL CANDIDATO

Examinando los programas de las campañas para la Gobernación del Cauca, encuentro con agrado y satisfacción que un Candidato ha incluido un tema que concuerda con los escrito en un artículo de esta columna el día 20 de marzo de 2019 con el título “Solución estructural y definitiva al bloqueo de la vía”, haciendo referencia al conflicto de tierras que existe en este departamento y que arrastra la consecuencia de que, cada cierto tiempo, las comunidades indígenas taponan la circulación por las carreteras ocasionando graves perjuicios a Popayán.

Por supuesto, no son ideas, ni del columnista ni del candidato, sino de múltiples enfoques sobre ordenamiento territorial que se encuentran en la literatura sobre el tema, expuestos por autores de diferentes lugares del mundo. El ordenamiento territorial como proceso de construcción colectiva de territorio realizado por todos los actores sociales que se asientan en la región, sin confundir con el POT que es otra cosa. El POT es un instrumento institucional que se debe utilizar para realizar la gerencia pública territorial y orientar el desarrollo territorial, mientras que la construcción colectiva de territorio es un mecanismo concertado de los actores sociales, sometido a las condiciones de los procesos económicos, sociales y culturales que ocurren en la región, donde el gobierno es solo un actor, el más importante por cuanto debe ser el rector del mecanismo y el garante de la concertación, pero no el único ni el decisorio.

Entre la gran cantidad de investigadores y autores que tratan el tema podemos destacar la propuesta de Orlando Fals Borda, quien conjuntamente con Miguel Borja, en 1997 le dieron al ordenamiento territorial un enfoque apropiado para resolver el problema del conflicto sociopolítico de medio siglo que posteriormente se está tratando de solucionar con el Acuerdo de Paz. Para Fals, el ordenamiento territorial sería un mecanismo para crear condiciones de convivencia armónica entre los actores en conflicto y así acabar la violencia y la guerra armada.

Y así mismo, otros autores consideran que la definición de reglas de convivencia para la ocupación del territorio mediante la articulación de los procesos económicos, sociales, culturales y ambientales, catalizados por el escenario del mercado, del cual no es posible substraerse, es un mecanismo idóneo para solucionar conflictos sociales derivados de la ocupación del espacio y la ocurrencia de fenómenos asociados a la dominación. Entonces es totalmente procedente que el candidato Gilberto Muñoz Coronado hoy esté proponiendo el mecanismo del ordenamiento territorial como columna vertebral de las políticas públicas de la dimensión físico-espacial del departamento, lo cual también permite, además de las reglas de convivencia, acondicionar el espacio para facilitar la ejecución de las estrategias de desarrollo económico y social en el largo plazo, que es la esencia del ordenamiento territorial, y con ello se observa que la postura del columnista no quedó en el aire sino que tuvo eco en el campo político, sin el cual no es posible que las ideas académicas se lleven a la realidad. Falta ver si el electorado también le hace eco y si la comunidad departamental aprovecha la oportunidad para aplicar la solución necesaria contando con que la idea periodística se acompaña de la concordancia con el candidato. 

miércoles, 18 de septiembre de 2019

MATANDO LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO

Cuando la teoría del Materialismo Histórico dijo hace casi dos siglos, que el sistema capitalista se destruiría a sí mismo, fue porque abordó el análisis con el enfoque filosófico de la dialéctica materialista y con ello encontró que el sistema encerraba la contradicción del carácter cada vez más social de la producción por un lado, y la apropiación del producto cada vez más particular, por el otro. Pero, en esa época no existía la microelectrónica y, aunque esta misma teoría reconocía el papel de las fuerzas productivas en el devenir histórico, no podía prever lo que ocurriría a finales del siglo veinte y menos aún, lo que está sucediendo ahora en el Siglo XXI.

El fenómeno de la crisis económica no es solo en Colombia y Latinoamérica sino en todo el mundo occidental, o sea el área universal que gira en torno a la economía de Estados Unidos y su banca central, la FED. El aparato productivo mundial se está secando de modo que la recesión es global, con todos los efectos que esto tiene en el campo de las relaciones económicas internacionales, el cual se reflejan en la Balanza de Pagos de todos los países. Y por supuesto, en la situación fiscal de todos los Estados, con las consecuencias que esto trae en la esfera social y con ello en la situación política.

Al matar el aparato productivo, basado en los sectores primarios y secundarios, también se acaban las fuentes de ingreso del Estado, con el agravante de que el modelo neoliberal, basa los ingresos de los capitalistas en darle préstamos a dicho organismo para alimentarse con los intereses que el fisco les paga. Para ello, aplica una política económica que carece de mecanismos de sostenibilidad en largo plazo, ya que el Estado no puede dedicarse solo a pagar intereses de la deuda, sin que tenga fuentes de ingreso. Y por el lado de la esfera social, el modelo hace énfasis en privatizar los bienes públicos de manera que los empresarios privatizadores exprimen a la sociedad mediante altas tarifas de los servicios, para garantizar el éxito financiero de su negocio, conduciendo al deterioro secular de la calidad de vida de la población de ingresos medios y bajos. Con todo esto se produce la destrucción del Estado y sin este organismo la sociedad en general queda a la deriva, sujeto a los golpes de las leyes del mercado; y como el modelo está globalizado, el fenómeno afecta a todos los países por igual y la concentración de riqueza en manos de unos pocos, en este caso los fondos de inversión, se produce a escala mundial. Destruyendo el aparato productivo y el Estado, se acaban los dos soportes básicos de la organización humana, lo cual se profundiza con el hecho de que, el afán desmedido y voraz de enriquecimiento, está también destruyendo el medio ambiente con el saqueo inmisericorde de los recursos naturales, con lo cual acabará también en un plazo no muy largo, las condiciones de vida para la especie humana.

Ya sin aparato productivo y sin Estado, apague y vámonos. La concentración de la riqueza en el sector monetario, que no es real sino cifras escritas en una pantalla de computador, tanta que hace dos años los 20 fondos de inversión más grandes acumulaban un patrimonio de 32,3 Billones de dólares, cifra que es difícil escribir en pesos, está atacando los fundamentos mismos de la economía, cuyo origen es de carácter natural e instintivo por generación espontánea de la especie humana para la conservación de ella misma sobre el globo terráqueo. La voracidad del pensamiento humano ha interferido la ley natural y ha  reducido la economía a la concentración de riqueza en unos pocos, con un mecanismo que actualmente está conduciendo a su propia destrucción por estar matando la gallina de los huevos de oro. 

martes, 10 de septiembre de 2019

LOS CAMBIOS EN EL CONCEJO

Produce curiosidad, asombro, perplejidad y hasta risa, ver las propuestas, los mensajes y los discursos que publicitan algunos candidatos a los concejos municipales, varios de ellos creyendo que son candidatos a presidente de la república, por lo que prometen asuntos bien alejados de las competencias de este organismo y de los alcances que un solo miembro puede tener, lo cual demuestra el poco conocimiento que muchos de los aspirantes tienen sobre dicha corporación y su capacidad institucional. Varios aspiran a ser miembros del concejo pero no saben ese organismo qué es ni para qué sirve. Es claro que ese organismo necesita cambios, pues sus fundamentos datan de allá, de la misma época de donde vienen casi todos los principios del régimen político y el diseño del Estado, hace más de 25 siglos; pero los ajustes al presente no son como para permitir los sueños de muchos de los aspirantes.

Las bases históricas se refieren al equilibrio que debía existir entre los distintos organismos de poder local, por lo cual debería existir varios órganos; principio que se mantuvo durante toda la época del esclavismo, se ocultó durante el feudalismo y volvió a aparecer cuando surgió el Estado Moderno. Luego se ha mantenido hasta ahora, pero no se han aplicado cambios en sus soportes conceptuales, a pesar de que a finales del Siglo XX el tipo de Estado cambió para ajustarse a los cambios de la modalidad del sistema económico.

Hoy el concejo es anacrónico respecto a los requerimientos del Estado Postmoderno y se ha convertido en una institución cuyo costo de sostenimiento es elevado para la sociedad, pero que produce unos aportes muy bajos que no compensan la carga social, la cual va más allá de la carga fiscal, esta última relativamente baja. Pero encierra en sí mismo un potencial gigantesco, si se considera el carácter del modelo de Estado, que desde hace un cuarto de siglo se trata de imponer en Colombia.

Con la transformación del modelo de Estado Burocrático y la introducción del Modelo Gerencial, el papel del concejo debe también cambiar y su modelo de operación debe ajustarse a los cánones del sistema operativo del todo el conjunto del Estado. No debe, ese organismo, seguir siendo un convidado de piedra en la gestión pública limitado únicamente a dar pupitrazos para aprobar las iniciativas del Alcalde, cuando en su seno se concentran los líderes sociales por excelencia y cuando la comunidad ha entregado en ellos la confianza para el manejo de los asuntos públicos locales.

Si bien es cierto que el centralismo político que impera en el país ha limitado mucho las competencias del concejo, la legislación vigente es suficiente para permitir otro direccionamiento estratégico del organismo, sustentado en la teoría de la gestión pública. Basta, como ejemplo, mirar el numeral 11 del Artículo 32 de la Ley 136 de 1994 modificado por el artículo 18 de la Ley 1551 de 2012. Van siete años y ahí está la deuda de dichas corporaciones en el cumplimiento de esa atribución legal. Y así sucesivamente, el sistema operativo del concejo no se acomoda a los requerimientos del Modelo de Estado Gerencial, hoy sometido al cumplimiento del Decreto 1499 de 2017, que obliga a la implantación del nuevo modelo de planificación y gestión.

Es ahí, entonces, donde se deben fijar los candidatos al concejo, a la necesidad de transformar el organismo sobre la base jurídica existente, para hacer de dicha corporación un componente eficiente y eficaz en el engranaje institucional de la administración del territorio, de modo que la gestión municipal se oriente al bienestar de la comunidad y a contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida de la población, precisando con pertinencia donde es que se deben hacer los cambios en el concejo.

miércoles, 4 de septiembre de 2019

ALARMANTE COYUNTURA POLÍTICA REGIONAL


El caso del departamento del Cauca es aterrador. Asesinato de líderes sociales, y ahora también de candidatos a gobierno local, sumados a múltiples focos de violencia, complementando la tradicional situación social de desempleo y deterioro de la base económica, que persiste por lo menos desde que comenzó el presente siglo. El análisis se reitera por los columnistas de este diario y las preocupaciones de la gente ya son del diario vivir de los caucanos.

Se esperaba que por ser período electoral, este año se colocarían sobre la mesa los temas relevantes y trascendentales de la vida institucional, con miras a identificar soluciones y acciones públicas tendientes a redireccionar las tendencias de los procesos económicos, sociales e institucionales, buscando la construcción de un futuro con mejores condiciones de vida para la población residente; no obstante, lo que se aprecia en el escenario público no corresponde a las expectativas de la opinión generalizada.  Lo que se aprecia a simple vista, es que los politiqueros profesionales siguen siendo los actores protagonistas de la escena y sus prácticas y acciones siguen siendo las mismas que llevamos observando durante los últimos 30 años, desde cuando se estableció la elección popular de alcaldes.

No se sabe si es que ya no tienen imaginación o es que la mecánica electoral se realiza con patrones de conducta rígidos, pero siempre lo mismo. Las posturas narcisistas de los candidatos refrendadas en las fotos de los afiches y vallas expuestas en los espacios públicos, las manifestaciones transportadas uniformando a los asistentes con camisetas y movilizando costosos buses, las promesas de los candidatos en sus discursos que ofrecen la solución a lo divino y lo humano, y lo más preocupante, los acuerdos y negociaciones sobre la forma como se va a repartir el botín de los bienes públicos entre quienes participan en las cruzadas electorales.

Se esperaba que este año, por estar viviendo el Cauca una situación particular en el conflicto sociopolítico, por la agudización de las mafias de la actividad ilegal, por el aumento de la crisis social, entre otras, las campañas serían innovativas y cambiarían los esquemas tradicionales de trabajo, por lo menos para crear nuevas expectativas, o para mostrar pertinencia y consecuencia frente a la coyuntura; pero hasta ahora esto no se aprecia. Puede ser que para el próximo mes y medio que falta se observen cambios pero no parece viable. De otro lado, el comportamiento de los electores se muestra incierto, según las cifras sobre voto en blanco y sobre no sabe/no responde en las encuestas, lo cual es significativo, o sea que aún existe una marcada incertidumbre en la decisión electoral del próximo 27 de octubre.  

Por todo eso, no soplan vientos favorables para el futuro de corto y mediano plazo en este territorio, por cuanto los agentes del cambio, que son los gobernantes y funcionarios territoriales, no han mostrado creatividad y sagacidad para afrontar los problemas y necesidades públicas, que en esta región se revisten de especiales condiciones debido a las particularidades de la idiosincrasia o cultura local, la que no adolece de los factores más apropiados para la construcción sinérgica de objetivos de desarrollo. Corresponde entonces a las organizaciones sociales y a la opinión pública en general, llenar el vacío que dejan las organizaciones políticas para afrontar la alarmante coyuntura política regional.