martes, 28 de junio de 2016

TRAGEDIA QUE VIVE SANTOS

Los gobiernos de Santos han sido desastrosos. Las políticas macroeconómicas tan funestas como las de Uribe; una política fiscal esclava del servicio de la deuda, una política monetaria sumisa a los designios del Banco Central y una política cambiaria sujeta al vaivén del mercado. La política de desarrollo totalmente impertinente frente a la realidad del país pero arrodillada a la OCDE; las políticas sectoriales burocratizadas, inconsecuentes y en manos de los politiqueros; la política territorial echando reversa a la descentralización y castrando la autonomía territorial y para completar, la designación de ineptos en los altos cargos de la administración, solo con los méritos de ser miembros de la élite oligárquica o cuotas de mermelada.

Pero, hay que reconocerle a Santos el mérito que tiene la aplicación de una salida civilizada para la solución del conflicto sociopolítico que impera en Colombia hace más de medio siglo, a pesar de todos los ataques de sus contradictores. Las especies de animales sin raciocinio solucionan sus conflictos, ya sea por la comida, el territorio o la hembra, utilizando la pelea violenta; pero en la especie humana que tiene razón, la solución de conflictos por la vía de la violencia no es lo más sensato ya que siempre en el conglomerado social hay todo tipo de conflictos cuya solución acorde con su estatus biológico, debe ser mediante diálogo y concertación. Es inherente al conglomerado social la existencia de multiplicidad de conflictos; pero no podemos imaginarnos, por ejemplo, la resolución de los conflictos conyugales que son a diario y en casi todas las parejas, matándose el uno al otro. Ya no existiría la especie humana. La especie humana no debe ser como los otros animales.   

A santos le ha tocado ser protagonista de la pelea interna de la oligarquía colombiana que históricamente, desde Bolívar y Santander, siempre se ha peleado; pero no tan fuerte como ahora que se enfrentan la mafia antioqueña contra la aristocracia bogotana, rodeadas ambas de los lagartos y arribistas politiqueros que están repartidos entre los dos bandos, ubicándose la mayoría, eso sí, en el bando que tiene los puestos y los contratos. Lo grave para Santos es que sus opositores recurren a armas de bajo nivel, propias del estilo neonazi, como el engaño, la tergiversación, la mentira, la publicidad inmoral. Pero Santos resiste y contra todos los embates, pero respaldado por la comunidad internacional, sigue adelante. Estos no han podido o no han querido, entender la diferencia entre que una cosa es derrotar al enemigo y someterlo a la ley triunfante y otra, muy distinta, es negociar acuerdos cediendo concesiones de ambos lados.

No sabemos dónde irá a parar el proceso con las Farc; pero de lo que sí se puede estar seguro, es que el acuerdo introduce un nuevo artificio en la historia de Colombia, que pone a pensar a todo el país en algo que no estaba en la idiosincrasia nacional, como es la posibilidad de construir una nueva sociedad a partir del esfuerzo por conquistar la paz. Probablemente las estructuras del régimen y la influencia de las fuerzas de poder internacional seguirán igual, pero la gran mayoría remando hacia el mismo lado y con el mismo propósito de convivencia armónica y pacífica, podrá superar los antagonismos y alcanzar los cambios en la vida social que justifiquen la actual tragedia que vive Santos.

martes, 21 de junio de 2016

LA CENTRAL DE COMBUSTIBLES

Se dice en lugares de opinión, que en las mentes de personaje cercanos al gobierno municipal se agita la idea de promover la construcción de una central mayorista de combustibles, como una salida estructural al problema de desabastecimiento que cada tantos años se presenta como efecto del cierre de la vía Panamericana, considerando que, como el problema de ordenamiento territorial no se ha resuelto definitivamente, más temprano que tarde nuevamente se presentará el conflicto en la carretera y se repetirá, seguramente, muchas veces más.

Independientemente de que haya o no cierre de la vía, la traída de los combustibles a Popayán por dentro de un tubo es mejor que sobre un vehículo automotor, porque entonces la gasolina llegaría, como dice el refrán, como por un tubo, y así se aseguraría más eficacia en el abastecimiento y hasta se haría a más bajo costo; no se sabe, habría que hacer el estudio.  De todos modos se reduciría el riesgo del elevado tráfico por la carretera de vehículos con carga peligrosa y seguramente han de haber otros beneficios más, incluyendo algunos empleos permanentes que crearía la distribuidora de combustible, donde se concentraría la distribución regional, incluyendo a Nariño, de los tipos de gasolina. ACPM, kerosene y hasta gas. Dicen los ingenieros civiles que lo conveniente es no construir el poliducto sobre la actual ruta panamericana, no solo porque el riesgo sería mayor, sino también porque lo más adecuado es el piedemonte de la cordillera occidental por la margen izquierda del río Cauca. Ellos conocen los argumentos técnicos, pero el sentido común dice que esa es la lógica.

Sin duda el proyecto es de gran envergadura, tal como otros proyectos que hoy están en la cabeza de varios payaneses que piensan en grande. Ojalá sea cierto que el alcalde Gómez esté pensando así con el apoyo de otros empresarios locales, porque eso sería orientar el futuro de Popayán con ideas de largo alcance y no con la mentalidad cositera que tantas veces se ha criticado. Pero lo que parece sensato es la necesidad de crearle una gerencia ad-hoc para aprovechar la ley sobre alianzas público-privadas y así constituir un instrumento capaz de mantener vivo el propósito evitando la dormida sobre los laureles que es común en el medio burocrático.

Esperamos que esta idea no sea simplemente calentura “postbloqueo” y que dentro de unos días se diluya; muchos creen que la iniciativa del alcalde es buena y que merece respaldo público e igualmente, que es técnica y financieramente viable, en la medida que encuentre el respaldo de los organismos nacionales, lo cual no parece difícil por el significado que un poliducto tiene en el panorama del desarrollo nacional y los intereses de los grandes capitales que influyen en las decisiones centrales, así que dentro de la agenda de los gobiernos territoriales bien cabe la inclusión del tema de la central de combustibles.

martes, 14 de junio de 2016

LOS RIESGOS DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

La violencia en Colombia tiene causas objetivas y subjetivas que se alimentan con factores estructurales y coyunturales, por lo cual lograr la convivencia pacífica y armónica de la sociedad requiere un conjunto complejo y heterogéneo de medidas y acciones en el inmediato, corto, mediano y largo plazo.

Dicen algunos entendidos que una de las causas subjetivas de la violencia que se alimenta con los factores estructurales del machismo y la cultura agresiva del colombiano, dicen, es la violencia intrafamiliar, principalmente el maltrato a los niños, con lo cual se siembra desde la infancia, el espíritu de la violencia y la costumbre de pretender alcanzar sus propósitos a punta de agresiones y sin utilizar razones. Resulta que ahora, después de una gran lucha de las organizaciones femeninas, que Colombia logró meter dentro del marco de la penalización los actos de violencia intrafamiliar, el candidato a fiscal Néstor Humberto Martínez, propone echar para atrás la medida con los argumentos de que esa norma rompe el núcleo familiar y atosiga el sistema judicial.

El tipo Martínez es uno de los más grandes lagartos de la historia política nacional. Sin tener mayores méritos intelectuales, a punta de cepillo a las élites del poder, ha logrado escalar posiciones en el Estado hasta que hoy es uno de los protegidos del Presidente y ya lo tienen cerca del ser fiscal, con el riesgo que eso tienen según los argumentos que ha expuesto, sin vergüenza alguna, ante la Corte Suprema, cuando públicamente se sabe que es precisamente la impunidad y la falta de temor de los violentos lo que sostiene la violencia intrafamiliar. Ahora que es un delito, los violentos lo piensan dos veces y las víctimas se animan a denunciar sin el temor de las retaliaciones. Y el argumento de la congestión en los despachos judiciales, es como si se prohibiera a los ciudadanos ejercer el derecho a poseer un carro porque hay trancón en las vías. Si es por la congestión, entonces hay que despenalizar el atraco callejero también.

Si el clima de paz no se logra mediante acuerdos con un grupo guerrillero, sino con la construcción colectiva de la convivencia empezando por la familia, siguiendo por el barrio y así sucesivamente con la aplicación de estrategias en los distintos frentes de la vida social como el ambiental, el territorial, el económico, el institucional y por supuesto el social, la llegada de Martínez a la fiscalía sería un duro golpe a los propósitos del mismo gobierno que lo ha propuesto, si es que de verdad Santos quiere la paz para Colombia y no simplemente mantener el cañazo de la negociación con uno de los grupos guerrilleros; por un lado, el riesgo de agudizar el fenómeno familiar que tanto afecta las condiciones de la vida humana principalmente de las mujeres y los niños, y por otro lado, la alimentación de los factores que reproducen la cultura de violencia propia de nuestra idiosincrasia y entonces la elección de Martínez se convertiría en la amenaza por los dos flancos para potenciar los riesgos de la violencia intrafamiliar.

miércoles, 8 de junio de 2016

HASTA CUÁNDO POR DIOS?

Ya la memoria me falla; pero creo que desde por allá a finales de los ochenta del siglo pasado, estamos viendo las marchas, las tomas y los bloqueos de las vías en el departamento del Cauca y el libreto es siempre similar para su tratamiento.

Como el país adolece del centralismo bogotano, los dirigentes de la protesta invocan a funcionarios del nivel central para negociar; pero durante el gobierno de Santos se tiene que hablar con los ministricos que lo caracterizan. Si algo ha identificado el gobierno de Santos es que nombra en el alto nivel miembros de la élite oligárquica que, como ya se saber, son ineptos e ignorantes de la realidad territorial. Algún payanés ingenioso decía en su cuenta de Facebook que negociar con los ministros de Santos era como “chupar teta con el brasier puesto”. Así que el diálogo se vuelve insulso y con paños de agua tibia se levanta la protesta, o mejor se aplaza, con base en promesas de apagar incendios o aliviar el dolor, mientras que el tumor sigue creciendo.

Claro que en un país de falsa descentralización corresponde al gobierno central asumir el financiamiento y las medidas de política necesarias para resolver los problemas territoriales; pero la gestación o inicio del proceso es de carácter local. Para qué se hacen elegir los alcaldes y gobernador si cuando se trata de asuntos territoriales corren a buscar al gobierno nacional para la solución, si allá en Bogotá la élite de poder ni conoce los problemas, ni le interesa la solución, cuando en este territorio no hay grupos económico que ejerzan presión.


En una página del Facebook, un cuentahabiente hace un llamado interesante y dice que como de la clase política no se puede esperar nada, que sea desde la sociedad civil que se promueva un movimiento para dialogar y propugnar por una solución estructural y definitiva a este problema que ya se ha enraizado en la historia regional; idea que tiene cierto grado de sensatez, porque es necesario ensayar todo tipo de fórmulas a ver si algún día se le propone al gobierno nacional un mecanismo que permita evitar que cada cierto tiempo se coloque en confrontación los derechos de los indígenas y la comunidad rural y los derechos de la comunidad urbana del municipio de Popayán. Ya sea de gestación gubernamental o de gestación civil, lo cierto, tal como mandan los cánones de la planificación estratégica, es que el diseño de la solución definitiva debe salir de los actores territoriales, quienes son los únicos que conocen y sienten el problema y por lo tanto quienes pueden identificar las soluciones y luego sí, ejercer la presión necesaria en el nivel central para que apoye las medidas y de esa manera poder responder la pregunta que hoy se hacen los payaneses ya desesperados por la repetición cíclica del episodio de bloqueo: hasta cuándo por Dios?.