miércoles, 26 de marzo de 2014

LA VISIÓN DE POPAYÁN

En las técnicas modernas de planificación la visión de ciudad ha sido un medio muy útil para definir objetivos y clarificar el rumbo de la construcción colectiva de futuro. Por eso, desde finales del siglo pasado los territorios han realizado múltiples ejercicios tendientes a definir el ideal de ciudad, que se convierte en la Estrella de David de los procesos económicos y sociales, aunque ha sido más para cumplir un requisito metodológico en la elaboración del POT o los planes de gobierno, que el producto de un consenso de los actores municipales comprometidos con el futuro de largo plazo.

Cuál es la ciudad que queremos?, es el interrogante central sobre el que gira la definición de la visión, que no sea por capricho del gobernante de turno, sino como respuesta consecuente con las realidades objetivas, la idiosincrasia y la vocación del municipio. Se piensa en la industria, la agroindustria, el comercio, los servicios, el turismo, etc., sectores tradicionales que a veces tienen potencialidades que le imprimen factibilidad a la idea pero otras veces no.

En la literatura sobre desarrollo regional del mundo postindustrial, se propone un bucle así: Sociedad de la Tradición-Sociedad de la Información-Sociedad del Conocimiento-Sociedad de la Creación; destacando el Cuarto Sector de la Economía, que le llaman el Sector del Conocimiento, como alternativa para trazar una ruta hacia el futuro de alcance nacional y en el contexto de la globalización. Así, en el debate sobre la Visión de Popayán, no se debe descartar el uso de esa propuesta de la reciente teoría del desarrollo, ya que la realidad nos ha mostrado los cuellos de botella de esta ciudad para encausar su futuro en los tres primeros sectores de la economía.

Popayán Ciudad de la Innovación y la Creación, pero no tomada como lo han hecho en otras ciudades de Colombia que consideran la propuesta como un apéndice marginal de la economía mediante la realización de ciudadelas, planes parciales, zonas francas o cualquier otro mecanismo de desarrollo territorial, sino como corazón o eje del proceso colectivos centrado en la cultura, donde toda la comunidad municipal en su conjunto, se concentre en la creatividad y la innovación no sólo en aspectos de ciencia y tecnología, sino en las otras disciplinas de conocimiento y en la ingeniería social que incluya las humanidades, las ciencias, sociales, las artes y la filosofía. Si para algo son buenos los payaneses es para pensar.


La postmoderna teoría del desarrollo ofrece una alternativa interesante para definir el ideal de ciudad como norte para la planificación económica, social, ambiental, territorial e institucional, lo cual también es un reto que obliga a destacar la necesidad de fortalecer la gerencia pública territorial y así crear esperanzas que comprometan a toda la sociedad municipal, que hoy se encuentra desconcertada ante el incierto devenir histórico, de modo que sea un factor de motivación y compromiso la visión de Popayán.

miércoles, 19 de marzo de 2014

EL AGRO OTRA VEZ

La dualidad de la zona rural que presenta un subsector, llamado moderno, caracterizado por el latifundio, los terrenos fácilmente mecanizable y las formas capitalistas de producción y cambio, por una parte, y el otro subsector generalmente arrinconado en las laderas, con propiedad minifundista y en su mayor parte con formas precapitalistas en la economía, ahora se levanta contra el gobierno, cada uno por su lado, pero en serias protestas por la situación que siguen afrontando, con sendos argumentos de su propia cosecha.

La semana pasada fue la entrevista del representante de la SAC en un diario bogotano, quien manifestó su inconformidad con el argumento central de que en Colombia no existe una política de Estado para el sector y que nunca ha existido una política consecuente, lo cual en gobierno aceptó. Es lógico: las políticas del gobierno colombiano, siempre manejado por una oligarquía entreguista y arrodillada, durante toda la historia ha realizado su gestión obedeciendo órdenes de los organismos internacionales de poder que siempre orientan a los sometidos bajo los intereses de los ricos del mundo. Cuando los poderosos eran los industriales, las políticas de Estado eran para favorecer a estos empresarios; ahora que son los rentistas enroscados a través de los fondos y la banca de inversión,  las políticas de Estado y las gubernamentales son para favorecer el capitalismo rentista.

Nunca los ricos del mundo han sido agentes del sector agropecuario, por lo cual nunca ha habido políticas de Estado para este sector y mucho menos para favorecer el subsector de economía campesina, que le llaman tradicional. Por eso los compromisos adquiridos con los campesinos el año anterior para calmar la protesta, no se han cumplido; ni se cumplirán.

Ahora en plena campaña electoral, nuevamente el sector rural, tanto los empresarios capitalistas como los campesinos, están agitando sus bases, tal como se anunció desde el año pasado, cuando desde diferentes frentes se dijo que las medidas adoptadas en aquella época no eran las adecuadas, pero que, como siempre, los hijos de político que han manejado este gobierno, no paran bolas por su propia ineptitud. Al dirigente de la SAC, simplemente lo regañaron y con eso bastó por ahora; pero no parece suceder igual con la dirigencia campesina que ya comenzó  a movilizar sus bases como preámbulo de un nuevo paro, lo que colocaría en serios aprietos al gobierno que como respuesta a la protesta del pasado, nombró ministro a un sujeto en cuya hoja de vida aparecían antecedentes abiertamente contrarios a las necesidades de los campesinos y que por lógica razón conduciría a que en la historia de las protestas contemporáneas aparezca el agro otra vez.

miércoles, 12 de marzo de 2014

NO ES SOLO EL RIO MOLINO

Claro que las preocupaciones por el estado de la cuenca del río Molino son bien justificadas. Las amenazas de deslizamientos y remociones en masa que se observan a simple vista en la zona de Santa Bárbara son de gran magnitud y de solo observarlas se presume que sus efectos pueden ser catastróficos. Por ello, tanto las instituciones como la comunidad en general está comentando el caso y la zozobra está en el orden del día.

Como dice el refrán que los dedos sólo se levantan cuando se siente el tropezón, que sea este un motivo para pensar y preocuparse por otros fenómenos y situaciones ambientales que también existen en el municipio de Popayán, pero que no han sido factor de inquietud  colectiva y por ello no se les ha puesto interés, a pesar de que desde hace muchas décadas, se tiene conocimiento de ellas. Lo cierto es que las condiciones de los recursos naturales y los ecosistemas municipales en la actualidad no es que sean un dechado de virtudes. Parece que los organismos del Estado y la conciencia ciudadana de varias generaciones no han sido suficientemente consecuentes en su comportamiento, con los requerimientos del ambiente en concordancia con las necesidades humanas.

Ahora que se está realizando por parte de la Alcaldía Municipal el estudio de la Estructura Ecológica Municipal de Popayán, se puede evidenciar que durante tantos años, la presión antrópica descontrolada y la ausencia de mecanismos eficaces de gestión han sido inferiores a las exigencias de la conservación para la sostenibilidad de los ecosistemas. La cuenda del río Piedras, por ejemplo, y a pesar de los esfuerzos de la Fundación que desde tiempo atrás viene luchando por el manejo adecuado, no está a la altura de la importancia del servicio que presta como proveedora del agua que alimenta a Popayán, sin contar con otros procesos sociales y económicos que se nutren con los bienes que suministra la cuenca.

Por lo tanto, qué decir de otros ecosistemas como los de los ríos Ejido, Negro, Pubús, Quitacalzón, los cerros tutelares, los parches de bosque  entre los ríos Ejido y Molino, los del peniplano en el occidente de la ciudad, que han estado a merced de los procesos espontáneos de las comunidades.  Y lo más preocupante, los ecosistemas urbanos que parecen no tener dolientes en el seno de la comunidad.

Los alrededores de la ciudad ya no brindan lo que vivimos en la infancia cuando hacíamos paseos de olla a Los Dos Brazos, Las Dos Agüitas, Saté o Pisojé. Los efectos de la expansión urbana sin la adecuada regulación territorial, en su mayoría como consecuencia del terremoto de 1983, hoy muestra una situación que deja muy pocas satisfacciones, por lo que es hora de pensar y actuar sobre la base de que en materia de gerencia pública ambiental lo que debe estar en la agenda no es sólo el río Molino.

miércoles, 5 de marzo de 2014

LA LLEGADA DEL DÍA D

Domingo comienza con D y esto permite parodiar el desembarque de los aliados para dar el golpe final a las fuerzas fascistas en la segunda guerra mundial, porque dentro de cuatro días llega el domingo, día de las elecciones al Congreso, este año que como nunca antes, existen situaciones que han creado muchas expectativas.

A los candidatos hay que admirarles. Definitivamente son muy valientes. De las cosas difíciles que hay en Colombia está la de conseguir votos. Sobre todo lo costoso. Antes bastaba con las arengas de cualquiera de los partidos tradicionales y lo de más trabajo era, de pronto, un discurso veintejuliero. Pero ahora, con el degeneramiento que ha sufrido la cultura política colombiana, alimentada con la necesidad de los pobres, el facilismo de los políticos y la corrupción del régimen, el negocio electoral se ha convertido en un verdadero mercado persa, donde quien se impone es el que mejor cotiza.

El próximo domingo es un día de elecciones sin precedentes: En primer lugar, porque por primera vez la extrema derecha se presenta de manera abierta y no camuflada, como era antes; en segundo lugar porque los suplentes de las mafias, porque los titulares están en la cárcel, se presentan ensayando el esquema del endoso de los votos comprados; en tercer lugar porque nunca antes el Congreso había estado tan desprestigiado que ahora, después de que esta cochada que está terminando periodo, cometió cualquier cantidad de desafueros corruptos que ya la opinión pública no tolera; en cuarto lugar, y esto es lo más novedoso, porque en el período preelectoral las mal llamadas redes sociales o cadenas virtuales del internet, tuvieron una participación sin precedentes que no se sabe que consecuencia tendrán. Por este conducto, que bien puede ser un eficaz medio de comunicación social masiva, se difundieron denuncias sobre corrupción, se promovió el voto en blanco, se promulgaron mensajes de contenido político, se puso a pensar a la gente. El domingo veremos el real impacto del medio.


De la misma manera, la pugna interna de la oligarquía colombiana que hoy está dividida entre las élites de la aristocracia bogotana y las mafias antioqueñas, el próximo domingo comenzará a dilucidarse, según el número de congresistas que saque cada uno; aunque se espera, por la lógica del régimen político clientelista y corrupto que impera en Colombia, propio de la democracia burguesa, que no de la democracia griega, que sea la aristocracia bogotana, hoy enroscada en los clanes Lleras y Santos, quien triunfe en la contienda, lo cual es más conveniente para el país y entonces ahí ya sabremos lo que nos trae la llegada del día D.