Por fin, después de dos años de bla, bla, se está iniciando la ejecución de los recursos del sistema de regalías, que tanta expectativa han creado por la importancia de estos frente a la escasez en que por lo general viven las administraciones territoriales. Comienza un proceso de aprendizaje, por cuanto es un asunto nuevo, del que no se conoce antecedentes, de modo que todo el país apenas está aprendiendo sobre la materia.
El viernes pasado se cerró en la gobernación el registro de proyectos con destino al fondo de ciencia y tecnología y aun no sabemos cuántas propuestas respondieron a la convocatoria; pero lo que sí es claro es que es el primer examen para medir muchos aspectos que encierra el trámite y que de su evolución, depende en un porcentaje significativo, la realización de empresas territoriales que mucho pueden contribuir a aliviar la triste realidad que ocurre en el Cauca. Por una parte, el grado de iniciativa de los actores regionales para presentar las propuestas; por otro, el dinamismo de los alcaldes y representantes de entidades étnicas para apoyar y avalar iniciativas; de la misma manera la eficacia, el pragmatismo y el sentido gerencial de los funcionarios de nivel departamental donde se ubica el primer filtro, seguido por la postura de los organismos nacionales que se han caracterizado por el centralismo y el amarre de las decisiones para imponer sus intereses por encima de los requerimientos locales; en fin, para probar todo un conjunto de medios y condiciones necesarias para que los recursos lleguen a su fin y no se pierda la oportunidad de financiamiento que el sistema representa.