El pasado fin de semana sorprendió en la opinión pública la postura del
Senador Luis Fernando Velasco al interior del Partido Liberal y frente a Cesar
Gaviria, cuando expresó a través de las redes sociales su inconformidad con el
director del Partido y reclamó la puesta en práctica de la plataforma
ideológica oficial, aprobada desde comienzos del siglo por la Constituyente
Liberal, que es de carácter socialdemócrata y claramente contraria al ideario
neoliberal que impera en Colombia desde los años noventa. A pesar de la poca
credibilidad que hay en muchos sobre la postura de Velasco, por motivo de sus
antecedentes caracterizados por el clientelismo y su postración al
establecimiento para disfrutar de sus mieles, el hecho político es
trascendental por la oportunidad y pertinencia respecto a la coyuntura política
nacional del presente.
El derrumbe del modelo neoliberal es inminente, ahora con el empujón del
Covid-19, y ante este cambio profundo que se viene en el manejo del Estado y el
poder, sobre la mesa hoy se encuentran tres alternativas de solución ya
conocidas: el Capitalismo Progresista del estadounidense Stiglitz, el
Capitalismo Donut de la inglesa Kate Raworth y la Socialdemocracia, que se
consigna en los documentos del Partido Liberal Colombiano. El Socialismo y con
mayor razón el Comunismo, no son una opción viable porque no tienen vigencia
histórica, razón por la cual nadie, que se conozca, está proponiendo la
implantación de esos sistemas en Colombia. Solo se observa en la publicidad
sucia y engañosa de quienes hoy detentan el poder, para causar miedo con el
cuento del Castro-chavismo y así buscar la conservación de su dominación.
Lo malo es que el Partido Liberal ha perdido credibilidad en las masas
populares, porque la camarilla neoliberal, que hasta ahora lo ha administrado,
lo ha torcido y Gaviria ha convertido esa organización en un negocio familiar
para conseguirles puesto a su mujer y sus hijos. Mediante el tráfico de avales
ha permitido el ingreso de un grupo de politiqueros y corruptos que no profesan
el pensamiento socialdemócrata, pero que se encargan de sostenerlo en el cargo
de Director para conservar el aval electoral. Así, el Partido Liberal ha sido
uno más del conglomerado politiquero que sostiene al establecimiento con sus políticas
neoliberales, ahora aplicadas con enfoque neonazi como lo viene haciendo este
gobierno.
Pero, por muy difícil que sea, es la mejor opción del país para rescatar el
Estado del dominio de las élites rentistas y colocar el organismo al servicio
de la dignidad humana; pues con ello queda totalmente desarmado el uribismo con
su argumento del castro-chavismo, ya que nadie va a creer que el Partido
Liberal es castro-chavista. Pero en cambio, los documentos de la plataforma
política, liderados en su momento por Hernando Agudelo Villa, contienen
propuestas anti-neoliberales totalmente viables dentro del Estado Social de
Derecho establecido en 1991 y que se acomodan a los intereses democráticos del
pueblo colombiano.
No
conocemos hasta donde está dispuesto a llegar el senador caucano en esa
materia, pero en todo caso es una alternativa que surge en un momento apropiado
y que merece todo el apoyo y respaldo de las bases del Partido Liberal, donde
se concentra el grueso del pensamiento histórico de esa organización, que
tampoco está de acuerdo ni respalda a Cesar Gaviria. De hecho en las elecciones
pasadas, fueron muchas las ciudades donde se formaron los grupos de “Liberales
con Petro” y que apoyaron a este candidato, quien había hecho una propuesta de
gobierno sobre los principios del Partido Liberal. Por eso, creo que no es
justa la incredulidad frente a este caso, ya que todas las personas tienen el
derecho de cambiar de posturas, más en el campo político, y más conveniente estar
a la expectativa para ver hasta dónde llega el salto del Senador Velasco.