Si hoy
fuera el presidente Mockus o el mismo Uribe, la situación social de descontento
y protesta sería igual, como lo advirtió la columna publicada en El Liberal el
25 de diciembre de 2008 con el título “Mejor que se quede Uribe”. Cómo será la
magnitud del golpe que ha recibido el aparato productivo nacional y
principalmente los sectores primarios, que un pueblo tan conformista, resignado
y pasivo como el colombiano, que a pesar de nuestra cultura violenta siempre ha
tenido gran capacidad para soportar las políticas de desarrollo impuestas por
los poderes internacionales con la complicidad de la oligarquía bogotana, que
hoy está levantado pidiendo a gritos dignidad. Por ello, no es posible que sea
Santos el único culpable; una herida de esa proporción, es el resultado del
acumulado de muchos años.
Si queremos
encontrar un presidente culpable, entonces ese es Cesar Gaviria. Fue allá
cuando se crearon los mecanismos estructurales que hoy están destrozando el
aparato productivo con la afectación más grave a los pequeños productores. Fue
en los años noventa cuando se sembraron las semillas de la crisis que hoy vive
la economía colombiana. Pero imputar la causa a un presidente significa correr
el riesgo de desviar la atención sobre el verdadero motivo y en consecuencia,
también desviar la solución. Si la causa es un presidente, blanco es y la
gallina lo pone: la solución es entonces cambiar la persona del cargo y eso
conlleva a dejar las cosas tal como están.
La
coyuntura es apenas oportuna. Es la oportunidad de formula un proyecto político
que recoja las propuestas de las distintas movilizaciones y ensamblar un
programa político que conduzca a la solución de fondo de los problemas
nacionales, donde se incluyan políticas fiscal, monetaria y cambiaria;
estrategia contra los TLC, política agraria apropiada y todas las demás que
respondan a los factores que están deteriorando el aparato productivo. Un
proyecto político que luego sea representado por un personaje o candidato, pero
no al revés, como podría suceder si se sigue pensando que la culpa es de un
presidente.