martes, 11 de agosto de 2020

Y TAMBIÉN DESDE HOLANDA

En artículo anterior señalaba en esta columna la propuesta del Premio Nobel Stiglitz sobre el Capitalismo Progresista, como una respuesta al fracaso del Capitalismo Rentista con soporte neoliberal en el ámbito de la globalización financiera, hecha para Estados Unidos. Ahora hay que señalar a los holandeses que también tienen su iniciativa para dar solución al problema de la caída de esta misma modalidad de capitalismo en ese país.

La economía del donut, o sea la rosquilla en Colombia, se trata de un modelo propuesto por Kate Raworth que busca el crecimiento financiero a la vez que impulsar el bienestar de todos, por lo menos en teoría. Es decir, tendríamos el Capitalismo de Rosquilla (donut). Este enfoque de capitalismo propone un estilo de vida digno, justo y sostenible, por lo cual podría ser una la solución a la crisis generalizada que hoy afronta el mundo occidental, o sea el que gira en la órbita de la FED. La idea para afrontar la crisis que se está agudizando a raíz del Covid-19, está ganando acogida en el concierto internacional, y en ella se incluyen temas que ya, desde muchos años atrás, habían planteado autores latinoamericanos como Sunkel, Pinto y Villamil del grupo de la CEPAL, o el mismo Max-Neef, Premio Nobel Alternativo de Economía y hasta De Soto, el peruano de los años ochenta. En Colombia, varios profesores universitarios han hecho referencia a estos aspectos, pero nadie les para bolas porque son colombiano. 

En Holanda, el pasado 8 de abril la vicealcaldesa de Ámsterdam Marieke van Doorninck, en la presentación del plan de la ciudad pensado para superar la situación económica, decía que allá se adoptaría el modelo de ‘Economía del donut' propuesto por Raworth, que se basa en un consumo más consciente, con reducción drástica en el uso de recursos y materiales y con indicadores diferentes a los que se han usado tradicionalmente. Cabe recordar que ese indicador del PIB tradicional, ni dice nada ni sirve para nada diferente al ocultamiento de la realidad social.

El Capitalismo Rosquilla dejaría de lado el crecimiento del PIB y plantea qué la economía debe permitir prosperar a los seres humanos, en un mundo en el que cada persona pueda vivir una existencia caracterizada por tres elementos: dignidad, oportunidad y comunidad; y donde todos podamos hacerlo conforme a los medios de nuestro planeta generador de vida. Dice el autor, que se parece a una rosquilla porque tiene tres áreas: el agujero interior del donut, donde se incluirían las necesidades básicas del ser humano y la sociedad como comida, agua potable, acceso al trabajo, vivienda, energía, sanidad, igualdad y libertades básicas. En la zona exterior del donut, estarían los puntos de inflexión de las variables que se convierten en una amenaza para la vida en el planeta como son el deterioro de la capa de ozono, la perdida de la biodiversidad, la acidificación de los océanos y la deforestación. En el área que forma la rosquilla en sí, se encontraría el espacio donde radica el bienestar, que es dentro del que debería moverse la evolución de la economía, sin pasar al agujero central, desatendiendo las necesidades básicas del sujeto, ni saliendo hacia la exterior, poniendo en riesgo la salud del planeta. O lo que es lo mismo, los objetivos económicos deben satisfacer las necesidades humanas dentro de un límite aceptable para el planeta.

Qué dirán los uribistas, que defiende a muerte el Capitalismo Rentista para proteger a Sarmiento Angulo, cuando no es desde Cuba o Venezuela, que se proponen las fórmulas para corregir los efectos sociales del sistema, sino desde USA y también desde Holanda. 

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