Hace pocos días, el gobernador
de Magdalena habló sobre la conveniencia de transformar a Colombia en un Estado
Federal, lo cual fue apoyado por otros gobernadores; algo así como lo que se
hizo en 1863 cuando el caso de Estados Unidos de Colombia, pero por supuesto
distinto, para la realidad de hoy. Los gobernantes territoriales sienten en
carne propia los golpes del centralismo bogotano y por ello son autoridad para
opinar sobre esta materia.
Es claro que el exagerado
centralismo bogotano que hoy existe, le está haciendo mucho daño al país, ya
que, a pesar de que desde 1987 se viene hablando de descentralización, la
realidad es totalmente contraria al discurso que fue presentado en aquella
época y que se acentuó en 1991. Cada día las acciones del gobierno nacional son
más centralistas, con casos, inclusive, de atropellar la norma constitucional
sobre autonomía de las entidades territoriales, en un momento histórico donde
se habla de democracia participativa, desarrollo endógeno, enfoque territorial
y otros temas institucionales, que no son posibles en un ordenamiento
centralista como el de hoy. Los mecanismos que utiliza la Nación son camuflados
para no enfrentar abiertamente las normas jurídicas, pero eficaces por las condiciones
prácticas que imponen a las entidades territoriales, donde el chantaje se
evidencia sin mayor esfuerzo deductivo. Tal vez, si las cualidades del nivel
nacional fueran diferentes a las existentes hoy, probablemente el daño que el
centralismo bogotano hace al país fuera inferior y las regiones pudieran salir
adelante a pesar de dicho esquema institucional; pero los efectos del régimen
político, la ineptitud de la mayoría de funcionarios, los mecanismos
burocráticos y la subordinación a los intereses internacionales, entre otros
factores, no permiten que con las formulas centralistas se logre cambiar la
triste realidad que viven los territorios.
Pero surgen también
interrogantes sobre las bondades de la federalización y sobre todo, de la
pertinencia de esta fórmula para la realidad colombiana, que encierra aspectos
geográficos, culturales y socioeconómicos diversos, los cuales se afectan
substancialmente por las condiciones del sistema político, con una cultura
política que ya ha demostrado ser inapropiada para responder a los verdaderos
requerimientos de las comunidades. Temas importantes como el financiamiento del
Estado, el peso de las élites de poder regional que hoy han sido cuestionadas
por razones de ética pública, motivación y dinámica de las comunidades locales,
entre otras cosas, serán aspectos apropiados para una federalización??.
Igualmente, si se examina la
pertinencia, no se aprecia mucha claridad, debido a que ésta debe considerar
las causas del problema, donde se evidencia que no es por falta de federalismo
que se viven los problemas actuales, sino por falta de la voluntad política
para realizar una verdadera descentralización. Hoy existen las normas, aunque
en la realidad no se aplican debidamente, para permitir la descentralización administrativa,
pero no existe descentralización política, lo que conlleva a la incapacidad
para tomar decisiones por parte de los órganos territoriales. Descentralización
política significa el empoderamiento de las comunidades locales y la dotación
de herramientas para diseñar y construir su propio futuro, lo cual no existe.
Las políticas públicas son impuestas por el nivel nacional con enfoque de
arriba hacia abajo (top down) y las herramientas de decisión están concentradas
en el nivel nacional. Los hechos de los últimos treinta años muestran que la
descentralización administrativa no tiene eficacia, si no se acompaña con la
descentralización política, para lo cual las organizaciones sociales y el
concejo municipal, deben tener mayor capacidad de regir su propio destino.
Más que federalización, que puede ser un remedio peor
que la enfermedad, lo que Colombia necesita es descentralización política y
ordenamiento territorial, entendido este, no como lo señalan las leyes 388 de
1997 y la 1454 de 2011, sino como la construcción colectiva de territorio por
parte de los mismos actores regionales, lo cual, con seguridad, es más eficaz
que tener una Colombia Federal