martes, 31 de julio de 2018

LA LÓGICA DE LAS OBRAS MUNICIPALES

Ordenamiento territorial, desarrollo territorial y administración territorial, son tres conceptos estrechamente relacionados pero con significados diferentes que aunque en el ejercicio de la gestión pública las interacciones son obligatorias, su concepción genera diferencias a la hora de tomar decisiones administrativas.

En ordenamiento territorial municipal se conocen por lo menos una decena de enfoques, que van desde el diccionario, pasando por autores como Fals, Carvajal, Arocena, Ibarra, Mendoza, Gómez, hasta llegar al enfoque adoptado por la Ley 388 de 1997 en su artículo quinto. Como en Colombia rige el Enfoque Jurídico de la Administración Pública, los conceptos pasan a segundo plano y la obligación es cumplir la ley, independientemente de que esta sea teóricamente adecuada o inadecuada.

Lo importante es la deducción que surge de la interpretación de los conceptos, según la cual, si se quiere racionalidad en la gestión pública y optimización de los recursos, no se debe ejecutar obras civiles en un municipio, si previamente, no se han evaluado desde el punto de vista del desarrollo territorial y si no se ha hecho el correspondiente cálculo de beneficios, con los métodos recomendados por el DNP, para determinar la viabilidad financieras de las mismas.

En la más elemental definición de este concepto, el desarrollo territorial incluye un conjunto de obras y acciones necesarias para alcanzar el ordenamiento territorial; así que no se puede entender, cómo se determina la realización de obras, antes de disponer del modelo de ordenamiento territorial debidamente aprobado por organismo competente. De ser así, significa que las obras fueron definidas con base en el sentido común y no con criterios de racionalización y optimización de la gestión pública. Los recursos de financiamiento son escasos, por lo cual es recomendable que se asignen de modo que no se realicen obras innecesarias; y la necesidad de ellas solo la determina el ordenamiento territorial. Caso contrario, estaríamos colocando el techo sin haber construido los muros.

Hoy se vive un serio debate sobre la realización de obras urbanas y principalmente cuando se utiliza el sistema de valorización para el financiamiento, ya que muchas veces los gobiernos territoriales se apresuran a la ejecución de ellas, ya sea por la tajada de los contratos o por el afán de mostrar realizaciones, o por la urgencia de las mismas, pero en todos los casos se está saltando el debido ordenamiento técnico que exige la magnitud de las inversiones, más cuando se trata de tocar el bolsillo de los propietarios de los inmuebles. Así, es natural que se generen interrogantes y conflictos, porque, por lo general, no es que la gente no quiera pagar, sino que o no dispone de los dineros o no comparte los procedimientos gubernamentales cuando estos no se ajustan a los cánones de la adecuada administración pública, como en los casos donde no se aplica la lógica de las obras municipales. 

martes, 24 de julio de 2018

LA ALTERNATIVA DE LA SOCIALDEMOCRACIA


Las noticias sobre la reforma de la Constitución Política Cubana que promueve el nuevo gobierno de Miguel Diaz-Canel, tal vez es concordante con la nota que escribí en esta misma columna hace dos semanas, en el sentido de que debemos olvidarnos del socialismo y por supuesto del comunismo, a los que se refiere la teoría sociológica del Materialismo Histórico. Pero difiere substancialmente en la reflexión sobre el destino final del proceso histórico que se vislumbra. El artículo señala el carácter destructor del Capitalismo Rentista y su rol de fase final de la especie del homo sapiens, mientras que la propuesta de transformación cubana muestra una alternativa viable de implementar un modelo dentro del capitalismo tradicional que no se deje contaminar del pensamiento neoliberal que sustenta conceptualmente al capitalismo salvaje de hoy, cuya única preocupación es la de disminuir el gasto público.

Con ello el pensamiento es que, antes de acabar la especie humana, sí se puede dar un modelo diferente de economía que no será igual al que resulte en Cuba, sino a partir de las propias especificidades del respectivo país, pero posible. En Colombia tampoco habrá comunismo y es necesario pensar en una alternativa de organización económica que enderece el rumbo que hoy nos está llevando directamente a la terminación de la especie, sin antes experimentar algún cambio que retarde el día del final por lo menos algunos siglos más.

Deberá resolverse la confrontación actual en el terreno político, que gira en torno al papel del Estado y la forma como se debe aplicar la admiración pública y desde ese punto de vista la realidad política colombiana está más o menos definida, como se observó en la campaña presidencial pasada y seguramente como se seguirá planteando el debate próximamente, donde, a pesar de la necedad de la gran prensa por mostrar una izquierda comunista que no existe, el debate será sobre las políticas que adopte el Estado, para contrarrestar los efectos del pensamiento neoliberal que desde hace tres décadas vienen destruyendo los fundamentos sociales y la esencia del capitalismo clásico que durante doscientos años predominó en el mundo moderno.

Cuál socialismo y cuál comunismo? Aquí lo que está en juego no es el sistema económico sino el uso que se le está dando al Estado, cuando unas elites tradicionales lo han convertido en un aparato para el beneficio de unos pocos al servicio de los fondos de inversión; lo han hecho un objeto de propiedad de la élite y para el servicio de ella, totalmente alejado del interés general y el bien común.  Hoy vivimos la privatización, no solo de los bienes públicos, sino la privatización del Estado mismo que se administra para satisfacer el interés de unos pocos y se le cierra las puertas para aplicar otras alternativas como es la alternativa de la Socialdemocracia.

jueves, 19 de julio de 2018

EL LIBRETO DE CARRASQUIILLA

La designación de Alberto Carrasquilla como Ministro de Hacienda del nuevo gobierno ha causa varios comentarios encontrados, algunos favorables y otros al contrario, por supuesto los primeros salidos de los agentes del gran capital y los segundos provenientes de estamentos académicos, debido a sus antecedentes en el mismo cargo y a sus planteamientos que expone como columnista de prensa.

Carrasquilla fue aquel funcionario que en 2006, el capitalismo financiero internacional le otorgó el premio de “mejor ministro de hacienda”, porque pagó cumplidamente en el mes de mayo de ese año, la suma de 5.8 billones de pesos que se vencían en esa fecha, después de que el aprovisionamiento programado desde el año anterior, había fallado por la caída de la venta de Isagen y Granahorrar y una fallida reforma tributaria, entre otras cosas. Al finalizar el 2005 renunció al cargo y Uribe no le aceptó la renuncia de modo que tuvo que asumir el problema que después de varias maniobras fiscales logró superar y finalmente el pago se hizo.

Este nefasto personaje es uno de los más grandes exponentes del pensamiento neoliberal en Colombia, quien aplica fielmente la cartilla de Harvard sobre las finanzas públicas, que en esta época del Capitalismo Rentista con privilegio para los especuladores internacionales del dinero, ha reducido la política fiscal a abrir un hueco para tapar otro y manejar un látigo para sacarle el dinero del bolsillo de los ciudadanos de menores ingresos utilizando a la Dian. A diferencia del propósito de la política económica de antes de 1980 cuyo horizonte era el pleno empleo, la de ahora es controlar la inflación para lo cual las medidas contractivas de la demanda agregada son la esencia de las decisiones políticas y en esto Carrasquilla es un experto, por lo cual la política económica de los próximos cuatro años es perfectamente previsible: exoneración de impuestos a los rentistas y a las multinacionales, aumento de los impuestos indirectos, disminución de gasto público y privatización de los bienes públicos.

La política fiscal, ahora reducida simplemente a colocar nuevos papeles de deuda en el mercado de capitales para solucionar el flujo de egresos con la prioridad de pagar en primer lugar los papeles colocados años atrás que llegan al vencimiento incrementados con los intereses, será el epicentro de las finanzas públicas, para lo cual todo el aparto tributario descargará su poder con el recaudo del IVA. Y por supuesto, el gasto social pasará al último lugar en las prioridades, porque eso es populismo. Para suplirlo, las privatizaciones estarán en primera línea junto con el mecanismo de que cada persona pague de su bolsillo los bienes públicos, que ya antes había pagado a través de los impuestos; porque la plata de los impuestos no es para sostener pobres sino para atender cumplidamente a los especuladores del dinero.

No habrá sorpresas por lo tanto en el próximo gobierno en materia de política fiscal, pues las directrices del capitalismo rentista que se difunden a través de los organismos multilaterales son bien conocidas y conociéndose ampliamente las posturas del nuevo ministro, los colombianos debemos simplemente aceptar y prepararnos para recibir el libreto de Carrasquilla. 

martes, 10 de julio de 2018

EL FIN DE LA HUMANIDAD

Por allá en el siglo XIX surgió una teoría sociológica que definía el devenir histórico de la humanidad en varias etapas comenzando con el Comunismo Primitivo, que era el equivalente al paraíso terrenal al que se refiere la fe católica, seguía el Esclavismo, luego el Feudalismo y más adelante el Capitalismo. Era la época en que se vivía el pleno auge de la Era Victoriana en Inglaterra y la consolidación del Capitalismo Industrial en el centro de Europa, por lo que el análisis sociológico se basaba en la realidad que se vivía en aquellos territorios. Continuaban los analistas afirmando que según el comportamiento dialéctico de la sociedad, hacía el futuro seguirían las fases del Socialismo y finalmente el Comunismo, un estadio donde no habría Estado y la especie humana se regiría por la misma ley natural.

Lo que no se imaginaron los creadores de la teoría del Materialismo Histórico, era que iba a surgir el Capitalismo Rentista a finales del siglo XX, que se consolidaría en el siglo XXI y que, antes de pasar al Socialismo para luego avanzar hacia el Comunismo, la especie humana se extinguiría como consecuencia de los fenómenos económico, políticos e ideológicos, derivados de esta modalidad de capitalismo, donde, gracias a la tecnología de la microelectrónica, se ha logrado imponer el imperio de la globalización financiera donde los poderes ya no son nacionales, sino mundiales y los criterios con que se maneja la economía son absolutamente perversos. Nunca pensaron los creadores de esta teoría sociológica que iba a surgir el Club Bilderberg y el poderío de los grandes fondos de inversión con sus propósitos malignos donde predominan los principios monetaristas de sus propios intereses y el desprecio por el resto de la humanidad, de modo que nunca llegará ni el socialismo y por supuesto, tampoco el comunismo, sino que la especie será destruida por el Capitalismo Rentista.

La conversión del dinero en mercancía, el desecamiento del aparato productivo mundial, el uso de los Estados como objeto de negocio, la reducción de la economía solamente a la acumulación de capital financiero en manos de unos pocos, pero sobre todo, la destrucción de las condiciones de vida en el escenario ambiental, tal como lo señaló el Papa Francisco en su encíclica Laudato Sí, son los principales argumentos para que algunos afirmen, interpretando y proyectando la tendencia del último medio siglo, que a la especie humana le queda vida solo para seis o siete generaciones más, lo que significa que en el año 2200  ya no estará sobre el globo terráqueo, esta especie humana que hoy existe. Probablemente habrá otra especie viviente, pero con características biológicas, anatómicas y fisiológicas distintas a las que tienen el homo sapiens actual.

Para acabar de completar, los fondos de inversión que hoy controlan el mundo, son manejados por personas cuya ideología sustentada en la posmodernidad, los hace actuar con patrones mentales aberrantes, sobre el principio de que todos los individuos humanos no son iguales, sino que existen castas superiores con el derecho a los privilegios y a la vida misma y que el resto pueden ser tratados legítimamente como escoria humana. Los grupos de poder mundial propician guerras, tumban o ponen gobiernos, difunden enfermedades, controlan la rama judicial de los Estados, manejan los medios de comunicación y en general los aparatos ideológicos y a través de los organismos multilaterales, despliegan todo tipo de acciones globales para mantener su dominación con una moral inhumana y una ética sanguinaria, por lo cual desde noviembre de 1989 venimos ya en el proceso histórico cuyo destino final no será otro que el fin de la humanidad.

miércoles, 4 de julio de 2018

EL RUMBO DE LA ECONOMÍA


El sistema económico es tan antiguo como la especie humana y su creación fue producto de la ley natural que por instinto, propició el surgimiento de varios mecanismos necesarios para la conservación de la vida, como una fuerza inercial existente en todos los fenómenos donde existe vida. La asociatividad, la comunicación, el amor, lo público, etc., son medios resultantes de la fuerza del instinto que conjuntamente con la economía fueron resultado de las leyes de la naturaleza.

Pero con el tiempo, el pensamiento humano fue introduciendo en el sistema económico elementos condicionados a factores humanos que se fueron alejando de los principios establecidos por la naturaleza, los cuales consisten en garantizar las condiciones de vida, suministrando los bienes y servicios necesarios para la conservación de la especie biológica, incluidos todos los individuos de la especie, sin discriminar ni excluir a ninguno, por cuanto la biología no distingue entre unos y otros los miembros de la comunidad natural.

El pensamiento humano, motivado por intereses materiales particulares, fue cambiando la trayectoria de la economía hasta llegar a un punto, como el que tenemos hoy donde impera el Capitalismo Rentista, cuyo soporte conceptual basado en el ideario neoliberal, ha roto todos los fundamentos de la ley natural y ha colocado la economía en el extremo totalmente opuesto, de imponer por encima de la vida y la conservación de la especie,  los intereses de grupos minúsculos de humanos, pero poseedores de escandalosas sumas monetarias, suficientes para controlar el Poder de Estado y colocar este organismo a su servicio.

Hoy día la economía está bien o mal, según la situación en que se mueve el mercado de capitales, independientemente de las condiciones de vida de la gran masa social; y como la globalización financiera ha permitido al capitalismo financiero internacional someter los países a los flujos internacionales de capital, las naciones perdieron su autonomía y la soberanía se ha reducido a un discurso imaginario para reducir cualquier movilización interna orientada al cambio de la situación.

Ayer no más, escuchamos al presidente del BBVA afirmar que México había caído en un error al elegir un presidente que se aparta del modelo del Capitalismo Rentista, que solo usa al Estado para hacer sus negocios prestándole dinero y sometiendo la política fiscal solamente al pago del servicio de la deuda, por lo cual todas las propuestas que privilegien la atención a la población más pobre poniendo en riesgo el pago a los rentistas, hoy agrupados en los fondos de inversión, son tildados de manera peyorativa de “populistas”, como si el populismo no fuera, precisamente, la esencia del Estado del Bienestar. Y a través de los medios de comunicación, que ellos mismos controlan, han logrado adelantar la cruzada ideológica hasta el punto que en la opinión pública ya también se considera que todos los mecanismos institucionales deben estar al servicio del capital financiero, sin considerar las necesidades humanas, dentro de lo que ha sido la manera más perversa de cambiar el rumbo de la economía.