martes, 30 de diciembre de 2014

CRÓNICA ANUNCIADA DE SAMBINGO Y MAZAMORRAS

Durante las administraciones de Duque, Maya y Dorado, la corporación autónoma CRC, al detectar que en la zona andina del departamento se estaban talando cerca de doce millones de árboles al año para uso en leña principalmente y también para ampliar la frontera agropecuaria incluyendo los cultivos de uso ilícito, diseñó y puso en marcha una estrategia tendiente a neutralizar los impactos socioeconómicos de esta presión antrópica. La estrategia de largo plazo incluía tres programas tácticos, dos de ellos en infraestructura y uno en superestructura, a través de los cuales se lograrían las metas para aproximar el objetivo. La meta era que en 2005, o sea con un horizonte de doce años, se estaría sembrando aproximadamente 12 millones de palos para, al menos, reponer la cantidad anual talada.

Una primera acción táctica era la de instalar la capacidad de producción del material de siembra, que en esa época sólo alcanzaba las 600 mil plántulas al año, o sea un déficit de 11.4 millones de plántulas; la segunda era de la de adoptar los paquetes tecnológicos adecuados para la intervención agropecuaria y de silvicultura y la tercera la organización e intervención integral y holística de las comunidades con el acompañamiento de los organismos del Estado, para realizar los proyectos inherentes al propósito. El primer programa era el de crear al menos 200 viveros veredales y municipales, el segundo era el de crear seis centros de validación y difusión tecnológica y el tercero el de organizar el manejo de microcuencas con una meta para el 2005 de cincuenta.

Apenas se habían instalado algo así como una docena de viveros, se había construido dos centros de tecnología (La Fonda Patía y cabecera de Bolívar) y se habían intervenido una decena de microcuencas, entre ellas la del río Mazamorras, cuando la CRC cayó en manos del nefasto politiquero Larry Olmedo Guerrero, quien, de un tajo,  cercenó la estrategia técnicamente implementada y colocó la corporación al más vulgar servicio politiquero de su protector Chaux.

De no haber ocurrido esta tragedia institucional en la CRC por allá en 1994, probablemente desde el 2005 se estaría reponiendo la cobertura arrasada y hoy el objetivo de conservación de los ecosistemas en el cordón magistral de la cordillera se estaría acercando y seguramente, no hubiera ocurrido todavía la tragedia ambiental de este mes, e igualmente, no se estaría dejando a Cali sin agua cada que llueve en la parte alta del río Palo. Tardó veinte años la naturaleza en pasar la cuenta de cobro, con la ocurrencia de un fenómeno que ya desde tiempo atrás se sabía que iba a suceder, por lo cual se debe tomar como una lección para aprender de modo que no vuelva a ocurrir otro fenómeno como este de la crónica anunciada de Sambingo y Mazamorras. 

miércoles, 24 de diciembre de 2014

RETO PARA LOS FUTUROS ALCALDES

Es verdad que la imagen del Alcalde de Popayán ante la opinión pública no es la mejor. En parte porque algunos funcionarios con responsabilidades específicas, no han estado a la altura de las circunstancias, como es el caso de la movilidad, donde impera la antigerencia pública, según se deduce del episodio de los “cronogramas teóricos”.

Pero nadie es totalmente malo ni nadie es totalmente bueno. El gobierno municipal ha tenido realizaciones que bien vale reconocer si se mira su labor con criterios de justicia, como ha ocurrido con los trabajos previos a la formulación del futuro POT, en que la administración ha adelantado estudios que arrojan insumos importantes para el ordenamiento territorial y que al haberlos realizado, elevan la probabilidad de pertinencia y objetividad cuando se formule el plan de ordenamiento.

Destacamos entre otros, el estudio de la Estructura Ecológica Principal del municipio, que constituye un ejercicio de planificación ambiental sin precedentes y que muestra trayectorias futuras hacia donde se debe orientar la acción institucional para mejorar la relación entre naturaleza y humanidad. El trabajo encomendado a la firma del Ingeniero Oscar Calvache Rojas, como cosa curiosa a una empresa local, muestra elementos relevantes que se deben considerar en la gestión ambiental del futuro y destaca la importancia de crear un doliente del asunto mediante una estructura administrativa pública con aportes totalmente oficiales o mixta, que asuma el compromiso de aplicar las directrices definidas en dicha estructura.

Sin duda, es trascendental la propuesta de disminuir el cuantioso déficit de espacio público efectivo que hoy tiene Popayán, mediante la construcción de un parque de finalidad múltiple para el servicio de toda la comunidad, el cual debe manejarse sin mezquindad para cubrir las inversiones necesarias que hoy, por fortuna, tienen diversas fuentes de financiamiento. Los beneficios del proyectos calculados con precios hedónicos, con costos sustituidos o con valoración contingente, siempre serán muy superiores a cualquier monto de la inversión.

Son como dieciocho las áreas estructurales propuestas que incluyen previsiones futuras como la represa de Julumito, y realidades presentes como la franja suroriental anexa al perímetro urbano o los relictos boscosos de la zona de Molanga. Todos identificados con constructiva y técnica participación de los actores sociales donde las comunidades residentes fueron decisivas, que más que un acierto del gobierno Fuentes, en materia de la gestión ambiental futura, constituyen un reto para los futuros alcaldes.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

LA DIVISIÓN DEL CAPITAL

El director del diario El Tiempo en una entrevista para la Revista Semana, con relación a la negativa de los ricos a pagar impuestos y, tal vez actuando como altavoz de los propietarios del periódico, dijo que “El problema es que los ricos que están pagando impuestos consideran que les cobran demasiado, y sienten que hay demasiados ricos que no pagan nada y que frente a ellos se hace muy poco”, lo cual nos recuerda un artículo publicado en el diario El Liberal el 03 de mayo de 2007 con el título “La nueva lucha de clases”, en el cual se anuncia que algún día reventará la inconformidad de los empresarios por los privilegios de los rentistas.

Cuando la historia dice que cambió el Capitalismo Empresarial y se consolidó el Capitalismo Rentista, no se refiere a que antes no había rentistas ni a que hoy no existan empresarios, sino a qué cambiaron los privilegios del Estado que antes se los ofrecía a los industriales y hoy se los otorga a quienes manejan su capital a través de los fondos y la banca de inversión. Ya comenzó a explotar la confrontación que directamente no exponen los capitalistas empresarios, sino que por ahora buscan agentes, como señaló el presidente Santos cuando dijo que los ricos “ponen a los columnistas a vociferar”, pero que con seguridad, los mismos empresarios se encargarán de expresar directamente más adelante y entonces se cumplirá el planteamiento expuesto en el diario payanés hace ya siete años.

La frase de Roberto Pombo, tal vez haciéndole mandados a su patrón, es cierta. En toda la economía mundial que gira dentro de la órbita de la Reserva Federal de Estados Unidos, se observa lo mismo. Cada día se engorda más el capitalismo rentista y se adelgaza el empresarial con el consecuencial efecto en el aparato productivo y el consabido desempleo que esto trae, siendo uno de los factores que propicia este fenómeno la exención tributaria que los gobiernos conceden a los especuladores del dinero, mientras que la inversión de riesgo que genera empleo, afronta no solo la carga tributaria, sino también el peso del bulto que sus colegas capitalistas les montaron bajo el concepto de responsabilidad social empresarial, para aliviar en algo el vacío en gasto social que el Estado Neoliberal deja por priorizar en sus egresos el servicio de la deuda, que principalmente se dedica a cumplir las obligaciones con los rentistas.

Esto apenas es el comienzo. Los empresarios se enfrentaron al gobierno pero según las palabras de Pombo, ellos saben qué hay detrás y que está en sus propios colegas, de modo que hacia el futuro seguramente se verán nuevos episodios que agudizarán la confrontación y entonces se desnudará al interior de los grupos de poder que en la realidad económica mundial sí existe de verdad la división del capital.

martes, 9 de diciembre de 2014

LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

Todos los intentos de la izquierda colombiana del siglo pasado fracasaron. Desde los más extremos como los de Pedro Arboleda, Pedro Marín, Fabio Vásquez o Jaime Bateman, hasta los más moderados como los del Movimiento Firmes, pasando por los del Bloque Socialista, Ligas Socialistas, JUCO, JUPA, MOIR o PC, no sólo no llegaron en medio siglo a la toma del poder de Estado, como reza la teoría clásica del Materialismo Histórico, sino que permitieron que ahora la extrema derecha neonazi sacara ocho millones de votos, en una clara demostración de su ineficacia.

Por supuesto y como ocurre en casi todos los fenómenos sociológicos, el caso no es monocausal. Son varios los factores que determinaron dicho fracaso, entre los cuales podemos identificar la actitud de los dirigentes, también llamados líderes. Tal vez los rasgos de personalidad o carácter o algo similar, contribuyeron de manera decisiva en los pobres resultados del proceso. Conductas inapropiadas y casos de dogmatismo en lugar de pragmatismo, fueron el común denominador. Proliferaron los ataques entre los mismos grupos de izquierda, distorsionando la realidad sobre el verdadero rival; todos se creían poseedores de la verdad revelada y ajustaban sus análisis más a la rigidez conceptual que a la interpretación de la realidad histórica nacional. No tuvieron capacidad para abstraer de la cultura o idiosincrasia propia las claves del éxito y le dieron mucho peso a los modelos extranjeros; múltiples errores más aparecen en el balance que se hace en el presente siglo, sobre lo que fue la segunda mitad del pasado. Hoy quedan algunos reductos de esos movimientos, hasta con los mismos dirigentes pero ya desgastados y a punto de jubilarse.

En estos días comenzó a circular por las redes virtuales (en sociología las redes sociales son otra cosa) una propuesta sobre la nueva izquierda colombiana, que pretende adaptarse a la realidad actual y asimilar la experiencia del fracaso anterior. No se conoce todavía los detalles del proyecto pero se espera que respondan a la fase histórica actual, cuando ya es otro el sistema económico; pues ahora no rige el Capitalismo Empresarial con políticas para favorecer a los industriales, sino el Capitalismo Rentista con favorecimientos a los fondos y banca de inversión; ya no se cuenta con el Estado Interventor-Benefactor sino con el Estado Social de Derecho; ya no es un modelo de economía cerrada sino el imperio de la globalización. Hoy ya no tiene vigencia histórica la propuesta de la economía planificada que se derrumbó hace un cuarto de siglo, sino que todos los procesos políticos deben plantearse sobre la existencia del mercado como mecanismo de funcionamiento del sistema, es decir, una realidad que obliga a una interpretación histórica consecuente si es que quienes impulsan la propuesta quieren mostrar diferencias en la izquierda del siglo XXI.

martes, 2 de diciembre de 2014

LOS RICOS TAMBIÉN LLORAN

En la teoría clásica, la política fiscal en general y particularmente la estructura impositiva son un instrumento para direccionar las estrategias de desarrollo. No son fin sino medios para buscar objetivos superiores. Por eso es necesario que primero se definan los objetivos de cambio para mejorar las condiciones de vida de la sociedad, para luego sí, definir un esquema impositivo acorde con dichos requerimientos. Pero en Colombia hoy esto no se aplica. La última reforma tributaria tiene como objetivo tapar un faltante de 12 y pico de billones que quedan pendientes en el presupuesto de gastos y este presupuesto obedece a todo, menos a las estrategias de cambiar las condiciones de vida de la sociedad nacional.

El Ministro de Hacienda dijo en estos días a través de una emisora de radio, que en Colombia, entre los 47 millones de habitantes, sólo hay 670 ricos, que con su familia no pasan de tres mil, y sólo 50 mil, que con su familia no pasad de 200 mil, viven dignamente sin ser ricos, lo que muestra el alto grado de concentración del ingreso, razón por lo cual se considera el segundo país en América con alto grado de inequidad. Pero lo más grave, además de la concentración, es que a los ricos nacionales no les gusta pagar impuestos, aunque el Estado es manejado por ellos y a la vez está a su servicio, no quieren aportar para el sostenimiento del organismo.

El gobierno había creado el concepto de impuesto a la riqueza para gravar los más altos capitales; pero los ricos pusieron el grito en el cielo con el falaz y repetido argumento que eso espanta la inversión y agudiza el desempleo, siendo que la historia muestra que cuando las condiciones de mercado son buenas y los negocios rentables, los ingresos dan para todo. Lo que motiva la inversión y fomenta el empleo no es la exención de impuestos sino las oportunidades de mercado que propician altos márgenes de rentabilidad. Los capitalistas siempre han considerado que ellos le hacen un favor al país y que por eso se les debe consentir. Sin embargo, de nada vale el capital sin poder hacer negocios y de nada sirven los negocios si no se consigue trabajadores.

Lo que verdaderamente necesita el país es una reforma tributaria estructural, que reconozca la heterogeneidad territorial y el aporte de cada actividad económica a las estrategias de desarrollo para tener un sistema impositivo diverso, pertinente y consecuente con las condiciones económicas. Esas tasas uniformes aplicables a las cuantías ya sea de ingreso, patrimonio o valor agregado, pueden ser muy fáciles de recaudar, pero muy difíciles para contribuir con racionalidad a los procesos de desarrollo económico. No es lo mismo, por ejemplo, aplicar la misma tasa al mismo objeto en Bogotá que en Popayán, como tampoco es lo mismo aplicar una tasa uniforme a un capital invertido en el sector primario que la misma aplicada en el sector parásito de la economía como son los bancos. El Ministro dijo que sólo hasta el 2018 se tratará el tema de la reforma estructural lo cual implica que hasta esa fecha debemos seguir presenciando el ridículo espectáculo de que los ricos también lloran.

martes, 25 de noviembre de 2014

LO PÚBLICO A MANOS PRIVADAS

Ahora es el caso del alumbrado lo que nuevamente nos evoca el tema de la privatización de lo público, que se introdujo en Colombia hace ya un cuarto de siglo, como efecto de la implantación del modelo de Estado Postmoderno que se construye sobre las bases del viejo Estado Social de Derecho creado por los alemanes por allá en los años treinta del siglo pasado. Se trataba de darle gusto al capitalismo financiero internacional que empujaba con fuerza las condiciones apropiadas para aplicar el Consenso de Washington.

Las manifestaciones y protestas de varios grupos de la comunidad cuando se tratan casos como la prórroga de los contratos de concesión, es señal de que, pasado todo este tiempo, el remedio resultó peor que la enfermedad. El argumento siempre ha sido el mismo: que el Estado es mal administrador, satanizando así este organismo y ocultando que los malos administradores son los recomendados de políticos que manejan la administración pública como cuotas burocráticas propias del régimen político existente. Pero transcurridos todos estos años de las privatizaciones se puede hacer el balance y claramente se observa que lo único evidente es que algunos empresarios agalludos se han llenado los bolsillos explotando los bienes que son de interés general y nos competen a todos, pues las quejas de los usuarios son reiteradas en contra de la calidad de los servicios y las altas tarifas que imponen con la complicidad de la correspondiente superintendencia o la comisión reguladora. Todos comen.

Si bien lo público es tan antiguo como la misma especie humana, desde cuando se creó el Estado hace ya miles de años, estos bienes sociales fueron incrustados en el seno del organismo para su administración. Cuando nació el Estado Moderno hace un poco más de dos siglos, con más fuerza se acentuó el papel del Estado en el manejo de lo público, así haya sido por el contraste de aferrar la defensa de lo privado, y solo fue a finales del siglo pasado, cuando para favorecer el capitalismo rentista, a la humanidad se le ocurrió sacar lo público del Estado para trasladarlo al mercado con el fin de que las empresas privadas pudieran entrar a su manejo.

La experiencia ha sido nefasta para la comunidad en general. La cultura de los países subdesarrollados no es adecuada para este modelo; pues lo que se ha visto en veinte años de operación es que los procesos se degeneran y en lugar de mejorar para el bien común, lo que ha ocurrido es la introducción de procedimientos de estilo mafioso con oscuros métodos y trámites por debajo de la mesa que violan el principio de transparencia obligado en la administración de lo público. Curiosas decisiones donde se involucran quienes aprueban y quienes firman que ocultan los verdaderos argumentos de soporte, son comunes en el mecanismo de llevar lo público a manos privadas. 

martes, 18 de noviembre de 2014

LA PARADOJA DEL TRIBUTO

Hace algún tiempo, tal vez con la sana intención de elevar los ingresos fiscales del Departamento del Cauca y los municipios, se fijó una elevada tarifa en el impuesto al sacrificio de ganado, probablemente las más alta de Colombia. Pero hoy los registros sobre ingresos de las entidades territoriales por este concepto no muestran los resultados esperados y por el contrario, los efectos en el mercando, cuya racionalidad es la que en últimas define la base tributaria, han ocasionado la pérdida de oportunidades para la economía regional en su conjunto.

Aproximadamente el 80 % de las 450 reses que se sacrifican diariamente para el consumo de Cali, llegan de Caquetá pasando en camiones por Popayán, donde bien pudieran sacrificarse, pero el valor del impuesto espanta a los empresarios quienes prefieren asumir los cotos del flete y la pérdida de peso del ganado por el viaje y llevarlos a los mataderos del Valle del Cauca. Esa es la lógica del mercado. Queda entonces en Popayán solo la demanda local por sacrificio que es muy baja y crea un cuello de botella para solucionar estructuralmente los problemas del vetusto matadero que hoy tiene serios estrangulamientos ambientales y urbanísticos. Popayán necesita un nuevo matadero pero el bajo volumen de sacrificio no permite ni el punto de equilibrio para darle factibilidad financiera al proyecto.

Fijar la tarifa del impuesto al sacrificio de ganado igual a la del Departamento del Valle es crearle competitividad al territorio lo cual, acompañado de otras acciones de marketing de servicios, podría propiciar la elevación del sacrificio en Popayán, con una parte de las destinadas al consumo de Cali y con ello abrir la posibilidad de mejorar la capacidad instalada no solo de esta capital sino también de otros municipios donde se han hecho inversiones como el caso de Santander de Quilichao. De nada le ha servido la tarifa alta a las finanzas territoriales, pero en cambio, mucho ha contribuido al incremento del degüello clandestino que no solo evade impuestos, sino que también aumenta los riesgos en materia de salubridad.

A los comerciantes de carne de Cali, les conviene más bajar el flete del ganado en pie, disminuir la pérdida de peso por el viaje y mejorar la racionalidad económica con el transporte en canal desde Popayán; pero esta ciudad debe disponer de un matadero adecuado, que puede ser optimizando el actual de manera transitoria, mientras se desarrolla el proyecto de una nueva planta de sacrificio, una vez que se haya elevado la demanda del servicio para el mercado de Cali; y de paso, sin descartar tampoco, la posibilidad del sacrificio para exportación donde esta ciudad ya tuvo vocación e imagen en el mercado internacional, que hoy se podría recuperar considerando las fortalezas actuales, por lo cual es recomendable que el gobierno departamental tome medidas sobre la tarifa que permitan sobrepasar la paradoja del tributo. 

miércoles, 12 de noviembre de 2014

ACTIVISMO Y GESTIÓN

No se sabe si es porque se avecina el fin de año, porque se comienza a agitar el debate electoral o por las calificaciones de imagen de la firma Cifras & Conceptos, pero a los gobernantes territoriales les ha dado en estos días por difundir y publicitar su actividades realizadas, pretendiendo decir que están haciendo un buen gobierno. Sacan a relucir un listado de acciones y trámites, la mayoría supuestamente para conseguir recursos financieros, como si todas las tareas de gobierno se redujeran a conseguir dinero. En muchos casos inflan la magnitud y en otros hasta tratan de ganar indulgencias con camándula ajena.

Si estuviéramos antes de 1991, probablemente toda esa serie de actuaciones podrían ser bien calificadas desde el punto de vista de la administración pública; pues en esa época prevalecía el modelo de Estado Burocrático donde los agentes del gobierno eran funcionarios y su evaluación dependía del cumplimiento de sus funciones, independientemente de que estas produjeran o no algún fruto. Pero hoy cuando por norma constitucional en Colombia rige el modelo de Estado Gerencial, todo ese cúmulo de acciones no pasa de ser simple activismo. Los agentes son servidores públicos que realizar actividades dentro de los procesos de gestión y la evaluación del desempeño se realiza con base en los resultados o productos de los procesos.

La “nueva” gestión pública, que ya lleva más de veinte años, es la administración orientada a resultados, que se aleja sustancialmente de la vieja idea de que gestión es hacer trámites en Bogotá. La legislación derivada de la Ley 489 de 1998 es clara cuando se refiere a la gestión como la generación de productos o logro de resultados como consecuencia de la realización de los procesos. Algo similar al concepto del sector privado.

Según la ley, gestión es la aplicación de los principios de planificación, ejecución y control en el cumplimiento de las funciones y competencias de la entidad o el cargo, con el fin de dejar satisfecha a la ciudadanía, por lo cual la baja calificación de imagen en la opinión pública es una mala gestión; pues esto significa que la ciudadanía no está conforme.

Se requiere entonces que los gobernantes territoriales le bajen el volumen a los comunicados periodísticos informando sobre lo divino y lo humano que han hecho y se concentren más en mostrar los resultados medidos en términos de los indicadores de producto previstos e igualmente comparados con los indicadores de impacto, donde se muestra lo que verdaderamente le interesa a la comunidad. No basta con hacer diligencias y sacar promesas del gobierno nacional, ni ejecutar el presupuesto de funcionamiento viajando o firmando documentos sin que se vea el impacto en la realidad social y económica, por lo cual la opinión pública no se debe tragar falacias y tener muy clara la diferencia entre activismo y gestión. 

martes, 4 de noviembre de 2014

SECTOR HISTÓRICO DE POPAYÁN

Por motivo del nuevo edificio que construirá la Universidad del Cauca nuevamente se ha presentado un cruce de opiniones acerca de las características arquitectónicas del futuro inmueble, algunas a favor y otras en contra de las especificidades del diseño, presentando argumentos unos y otros basados en las apreciaciones sobre el sector histórico de la ciudad, debate que suele presentarse cada cierto tiempo en el que se confrontan posturas de modernismo con las de tradición.

En los años setenta del siglo pasado, época en que tomó relevancia el tema, se destacó los valores de conservación de construcciones con varios siglos de antigüedad que guardaban rasgos de origen español y materiales de la época, factores que justificaban su tratamiento especial. Pero luego vino el terremoto de 1983 que afectó notoriamente los inmuebles, algunos con destrucción total, lo cual obligó a la reconstrucción de los mismos estrangulando así el argumento que justificaba la conservación. Hoy la autenticidad histórica está perdida porque en su mayoría la antigüedad no va más allá de treinta años; pero el significado social, ya con otros argumentos, también le otorgan peso al análisis sobre las actuaciones urbanísticas dentro de este sector de la ciudad.

No es consecuente realizar el análisis escueto y mecánico de la aplicación de las normas establecidas en la reglamentación del POT, aisladas de un contexto que también tiene soporte jurídico en la Ley 388 de 1997. La función pública no se aplica de manera fría y exegética sin considerar los fundamentos de la ética pública y demás normas que constituyen la sombra del árbol que cubre todo el conjunto del complejo público. Los artículos 2, 3 y 5 de dicha ley son claros en obligar a considerar los aspectos culturales en las actuaciones de la administración territorial que también señala el artículo 36 de la misma ley.


Si bien el valor del sector histórico de Popayán hoy no se basa en la antigüedad de las edificaciones, no se debe desconocer su significado en la psiquis de la población y su papel en el seno del complejo social donde juega un rol de identidad y pertenencia muy grande, además de las contribuciones como albergue de importantes actividades públicas de cobertura internacional. El sector es punto de encuentro de las comunidades y benefactor de las mismas con elementos de paisaje urbano y ambiente construido que mucho aportan a la condición emocional de los habitantes y al sostenimiento de la idiosincrasia o cultura local, por lo cual encierra una simbología espiritual que entra obligatoriamente, a hacer parte de los elementos de juicio en la toma de decisiones sobre licencias urbanísticas; de modo que la administración pública del urbanismo no puede limitarse al subjetivismo del funcionario de turno, corriendo el riesgo de atropellar con razón o sin ella, la conciencia colectiva y los valores intrínsecos que esta porción de territorio ha logrado introducir en el concepto de calidad de vida de la población, que hoy le ha construido una especial connotación al sector histórico de Popayán.

miércoles, 29 de octubre de 2014

LA PARADA JUDICIAL

Es cierto que se han presentado casos de conductas poco éticas en algunos magistrados de las altas cortes; es cierto que ha habido casos de jueces prevaricadores, como también es verdad que por lo general los procesos son lentos y la efectividad de la rama es baja, por lo cual en los últimos años el Poder Judicial ha sido víctima del deterioro en su imagen. Pero no se debe desconocer otras realidades que también cobijan la situación de la justicia, como es el trato y manejo que la rama vecina del poder público, el Poder Ejecutivo, le brinda a la judicial.

Si vemos que la rama legislativa, que muy poco le sirve a la sociedad colombiana, recibe un trato preferencial con abundancia y despilfarro de recursos, incluidos los viajes de turismo al exterior y los abusos en los vehículos oficiales, no se comprende la inequidad frente a la situación de la rama judicial que presta un servicio a la sociedad de mayor envergadura. Claro, el tamaño de la última es muy superior y en términos absolutos las demandas son más elevadas; pero se trata de examinar las pautas y criterios con que la rama ejecutiva actúa frente a las otras dos.

No se puede desconocer que Colombia adolece de un alto grado de violación de la ley y delitos, los cuales se cometen en todos los estamentos de la organización social desde los más bajos niveles del lumpen hasta los más altos cargos del Estado como presidentes, ministros y senadores, con lo cual los órganos judiciales se atiborran de procesos que superan excesivamente la capacidad instalada y también la física locativa, según lo dijo un funcionario cuando afirmó que el edificio estaba en riesgo por el peso del papel acumulado. Pero el gobierno no afronta la situación con los debidos criterios que tiene la obligación de aplicar según las normas sobre gerencia pública vigentes.

Las peticiones de los jueces son elementales: cualquier servicio, ya sea privado o público, necesita una adecuada política de talento humano que incluya remuneración, estabilidad, seguridad integral, protección, capacitación, bienestar y desarrollo humano, así como cualquier fábrica necesita un adecuado manejo de las maquinarias, sin lo cual la calidad del servicio es deficiente. El ámbito laboral, incluidas las condiciones locativas y dotación de medios, es un principio fundamental en la buena calidad. Según los fundamentos de la calidad total o el mejoramiento continuo, la más eficaz forma de elevar la calidad es con la intervención de los mismos actores que realizan el proceso, por lo cual la reforma a la justicia requiere de una participación decisiva de los funcionarios de los juzgados. Y así sucesivamente, no es capricho ni apetito personal de los sindicalistas sino realidad objetiva de la situación estructural de las tres ramas del poder público, que explican sustancialmente la razón, no del paro, sino de la parada judicial.

miércoles, 22 de octubre de 2014

PERTINENCIA DEL NOBEL DE PAZ

En ocasiones el otorgamiento del premio nobel de paz ha sido cuestionado, como cuando se lo conceden al presidente de Estados Unidos, un funcionario marioneta de los grupos del poder financiero de ese país, quien muchas veces actúa como el mayor promotor de guerras y violencia del planeta. Pero este año dicho premio nos evoca un tema que con relación a la paz, tiene mucho significado y trascendencia. Varios analistas coinciden en que la violencia tiene causas objetivas y subjetivas que se alimentan con factores de riesgo estructurales y coyunturales, donde la infancia ocupa un lugar preponderante. Pero sobre todo, el trato que los adultos les brindan a los infantes.

El maltrato infantil es una aberración incrustada en el seno de la sociedad con serios efectos en materia de convivencia y paz, como lo señalaba una columna en este diario publicada el 13 de noviembre de 2013 con el título “La otra negociación de paz”, por lo cual el premio concedido al indio Kailash por su lucha contra el trabajo infantil, lo mismo que a la pakistaní Malala, cuyo trabajo también se refiere a los derechos de las niñas, revive en la agenda universal el tema de la infancia tantas veces trinado por la Unicef pero que aún conserva las irracionalidades tradicionales.

Mientras no se erradique la violencia física y psicológica que golpea a los infantes, cualquier empresa contra la violencia en la sociedad y en pro de la construcción del clima de convivencia armónica deseado, quedará a mitad de camino, por lo cual bien vale recordar una propuesta que se discutió en el alto gobierno durante 1998 sobre la conveniencia de otorgarle, mediante mecanismos constitucional, el estatus de “asunto público” al maltrato infantil, con la finalidad de abrirle la puerta a toda la comunidad para que intervenga en la prevención y la atención de semejante aberración social. Hoy es un asunto privado y el único que tiene competencia para intervenir es el ICBF.

El premio nobel de este año les recuerda a los adultos que manejan las naciones y el mundo, que existen los niños. Que también las luchas a favor de este grupo poblacional ameritan el otorgamiento de premios de la magnitud del nobel, de modo que se motiven los mayores a pensar en la importancia de la infancia, que constituye el corazón de la sociedad presente, y no sigan diciendo que los niños son el futuro, como reza la frase de cajón que tantas veces se pronuncia. Basta con ser padre de familia para comprender que los adultos viven por y para los niños, motivo por el cual no cabe la menor duda sobre la pertinencia del nobel de paz.

lunes, 20 de octubre de 2014

IDENTIDAD DEL PERIODISMO COLOMBIANO

Cali, noviembre 07 de 2006
  
Por lo general la generación de paradigmas, métodos y modelos principalmente de las ciencias sociales, está influida por la cultura del país donde se origina. Estos son productos que salen de la mente humana donde su creador no se puede evadir de los patrones mentales que direccionan su pensamiento e impregnan su producción intelectual.

Caso concreto que podemos ver como ejemplo, es el de los modelos gerenciales que se enmarcan dentro del concepto de Gerencia Estratégica, paradigma que ha estado muy de moda desde hace más de medio siglo. La Gerencia Estratégica de corte norteamericano difiere del enfoque que recomiendan los europeos y ambos son bien distintos respecto a las recomendaciones de los japoneses. Los norteamericanos que desde hace dos y medio siglos han desarrollado una cultura inescrupulosa, que piensan únicamente en cómo ganar dinero y acumular para cuyo fin justifican cualquier medio, definen como epicentro de la gerencia estratégica la derrota de sus competidores en el mercado. La finalidad de la gerencia es lograr utilidades para la empresa, sostenerla y hacerla crecer, lo que se debe lograr, según el paradigma gringo, combatiendo y derrotando a los competidores para posesionarse del mercado, sin importar el procedimiento con el cual se derrota al rival. La gerencia estratégica europea, consecuente con la cultura de una sociedad que tiene muy buena dotación de Capital Social, tiene como base para sacar adelante las organizaciones empresariales la integración y la unión con otras empresas para que como resultado de la cooperación interorganizacional, todas las partes se beneficien y las empresas logren los esperados éxitos en el mercado. Por su parte los japoneses dicen que la empresa alcanzará el éxito en ventas, utilidades y crecimiento, si deja satisfecho al cliente, por lo que la gerencia estratégica oriental gira en torno a la satisfacción del cliente.

Los periodistas colombianos sueñan con imitar o copiar o dejarse influir de los modelos de Estados Unidos. Los modelos periodísticos de ese país están influidos por la perversa cultura de la sociedad gringa, donde un patrón determinante es salir adelante dándole codazos a su rival. Es pretender alcanzar la meta, no sacando a relucir los méritos propios, ni mediante la integración con los demás ni a través de dejar satisfecho al cliente, sino con base en la destrucción de sus competidores. Así como en la gerencia de empresas, la guerra de la mercadotecnia y el espionaje industrial son modelos gerenciales, en los modelos gringos de periodismo impera la competencia y el surgimiento por encima de los colegas, independientemente de los efectos en la sociedad de una función que tiene tan alto contenido humano como es la de informar y crear opinión.

Los concursos y premios de periodistas son invento de los gringos en armonía con sus modelos, porque sus formas de motivación y estímulo obedecen a los mismos patrones culturales. Diferente es, por ejemplo, como se motiva, interesa y estimula a un trabajador según la gerencia europea y japonesa donde no se utilizan premios ni concursos como motivadores. Pero lo grave no es recurrir a los premios de periodismo para incentivar la superación, sino qué tipo de periodismo se estimula. No se le otorga el premio al mejor trabajo periodístico, es decir al trabajo que más contribuye a propiciar la cohesión social, sino al trabajo más truculento, escandaloso, atrevido, descarnado, maligno, abrupto, morboso, pervertido, etc. sin importar qué impacto genera en el marco de la vida social. Esa perversión es la que impulsa a los periodistas hasta a arriesgar su vida por hacer un trabajo que según esos parámetros se califica como “buen periodismo” y por lo tanto merecedor de un premio, sin considerar que el periodismo como función social no debe tener ningún tipo de premio porque no se debe premiar a la gente por el sólo hecho de cumplir su deber.

En las salas de redacción de los noticieros e informativos colombianos ya sean de radio, prensa o televisión, lo que menos se tiene en cuenta es la expectativa de los oyentes, lectores o televidentes, que son los “clientes” a la luz del modelo japonés. No, en las salas de redacción se tiene en cuenta es lo que está produciendo la competencia ya sea cadena radial, medio escrito o canal de televisión. Desde las salas de redacción se hace espionaje a la competencia. Por eso en todos los noticieros sólo con alguna diferencia de tiempo, se escuchan, leen o ven las mismas noticias, ya que a través del espionaje tratan de que otro no vaya a dar una noticia que él no dará. Al típico caso del modelo gringo, se trabaja para darle codazos a su competidor y no para satisfacer a la sociedad. De aquí surge el “síndrome de la chiva”.

¿Quién le dado facultades a los directores de los noticieros para calificar como noticia un suceso de la vida social? Del ciento por ciento de hechos que ocurren diariamente en el seno de la sociedad, son seleccionados para tema de información dentro de un informativo sólo un porcentaje muy bajo. Hasta ahí todo está bien porque el ciento por ciento de casos que ocurren no caben en un noticiero. Pero, por qué califican como noticia los hechos que más contribuyen con la descomposición social? Para ellos es noticia lo más morboso, lo más truculento, lo más absurdo, etc. El argumento, dicen, que porque estos casos, los deteriorativos de la integridad social, son los que dan raiting, audiencia o lectores, lo cual es completamente falso porque, a qué hora se hace el sondeo o exploración de mercado para comprobarlo?. Lo cierto es que la audiencia, los lectores y los televidentes actúan con base en sus hábitos y se someten a escuchar, leer o ver lo que les ofrezcan, y eso lo aceptan, independientemente de su contenido, porque el “consumidor de noticias” tiene este carácter por otras condiciones diferentes a los contenidos: por los horarios, porque le gusta el medio, porque le gusta el formato, porque le gusta la presentación, etc. y por lo tanto se resigna a lo que su noticiero preferido le suministre.

La “payola” es invento de los gringos. Cultura gringa. Cómo es eso de que a un periodista hay que darle dinero para que hable bien de un cantante o un disco? Pero también ocurre con los periodistas deportivos que reciben dinero para que hablen bien de un jugador o de un equipo. Así mismo ocurre con los periodistas de política, que se alegran cuando llegan los períodos electorales porque en esta época algunos candidatos les dan dinero para que hablen bien de ellos. Tampoco dicen públicamente nada que afecte a las empresas que pagan la pauta publicitaria. O si no es así, por qué no se ha dicho por los medios lo que todo Colombia sabe como es que la firma Coca-Cola suministra dinero a los paramilitares?

Claro nadie tiene la culpa. No se puede cambiar una cultura y menos cuando es herencia de la cultura imperial de otro país. Así funcionan las cosas en Estados Unidos y así debe funcionar en Colombia, porque los más connotados periodistas colombianos, han ido a ese país a realizar estudios de postgrado o a participar en eventos de educación continuada para luego venir a introducir en Colombia lo que allá les enseñan, sin tener en cuenta que acá tenemos otra realidad económica, donde la pobreza es un caldo de cultivo para que los procesos se degeneren, creándose el ambiente propicio para dar la identidad del periodismo colombiano.


miércoles, 15 de octubre de 2014

LAS ALERTAS PARA EL PRÓXIMO AÑO

Según los propósitos del gobierno nacional en materia de paz y pensando en lo que ellos llaman el “posconflicto”, el Departamento del Cauca será un territorio muy importante dentro de las políticas y programas de la Nación y la mira de la cooperación internacional, debido a la complejidad y magnitud que se presenta en el conflicto sociopolítico de esta región y sus manifestaciones de violencia. Esto, seguramente, hará de este territorio objeto de cuantiosas inversiones de recursos públicos nacionales e internacionales, sobre la base de que el gobierno necesita mostrar resultados en las zonas donde la situación es más crítica, como en este departamento.

Con ello, lógicamente, se abrirán las agallas de los carteles de la contratación y las privatizaciones, no sólo del Valle del Cauca como dijo el Gobernador Ortega, sino de todo el país. Pues la privatización del sector eléctrico no del Valle y tampoco se sabe quién está detrás del proyecto de acueducto regional del norte. Igualmente, en la contratación los procedimientos de corte mafioso están en todas partes.

Por eso la elección de gobernantes territoriales del próximo año será objeto de amenazas y riesgos; pues los carteles le apuntarán a estos cargos como plataforma para penetrar al territorio y realizar las maniobras correspondientes a sus intereses. Ya en este departamento existen antecedentes, según se puede leer en la narración que se publicó en una columnista del Diario El Liberal el 7 de abril de 2005 con el título “La elección del Gobernador del Cauca”.

De modo que, además de la conveniencia de cambiar los procedimientos para elegir gobernantes territoriales por las debilidades de los tradicionales existentes, las amenazas provenientes de fuerzas extrañas reafirman la necesidad de promover dinámicas políticas y electorales diferentes. El tiempo es apenas justo, cuando hay que comenzar por propiciar modificaciones en la cultura política. Para comenzar, es necesario difundir que la Ley 131 de 1994 no establece el “voto candidático” sino el “voto programático”, que significa una confrontación entre programas de gobierno y no entre personas, por lo cual se requiere una pedagogía pública que cambie la costumbre ciudadana de votar por un candidato.


Las advertencias están planteadas desde el mismo gobierno departamental y desde el seno de la misma Asamblea. Dice el viejo refrán que “guerra avisada no mata soldado” de manera que si la comunidad departamental se deja embaucar en las próximas elecciones, que después no llore sobre la leche derramada y no diga que no se le advirtió sobre las alertas para el próximo año.

martes, 14 de octubre de 2014

LA ELECCIÓN DEL GOBERNADOR DEL CAUCA

Publicado en el Diario El Liberal de Popayán, el 7 de abril de 2005

Cuando uno se entera de que un candidato quedó elegido de Gobernador, lo primero que piensa es que por la voluntad popular el aspirante logró el cargo. Pero las curiosidades del Régimen Democrático cada vez sorprenden más en el campo de los acontecimientos políticos.

El jueves de la semana pasada, en un lujoso hotel de la ciudad de Cali y mientras se celebraba una reunión social, el senador Juan Carlos Martínez dijo frente a una docena de asistentes, que el “culpable” (sic) de que Juan José Chaux fuera Gobernador del Cauca era Angelino Garzón.

Me llamó la atención el uso de la palabra “culpable”, pero ante todo, la falta de claridad de la relación causa-efecto entre los dos hechos, razón por la cual le pregunté “¿cómo así; Senador?” porque yo no entendía que tenía que ver el Gobernador del Valle con la elección del Gobernador del Cauca.

El senador Martínez quien no sabía quién le formulaba la pregunta, porque ambos éramos simples asistentes al evento, reiteró su afirmación y procedió a dar la necesaria explicación: En la campaña del Valle, la cual se realizó en octubre del año 2003, el senador hizo acuerdos con el candidato Angelino. En enero del 2004, Angelino Garzón se convirtió en Gobernador del Valle y le incumplió al senador Martínez las promesas hechas como candidato, las cuales habían propiciado que el senador colocara recursos electorales a su campaña.

El hecho despertó la ira del senador, quien se fue lanza en ristre contra el Polo Democrático y cualquier candidato alternativo. Como venganza por el incumplimiento de un candidato alternativo, el pobre Camilo González pagó los platos rotos.

Como el senador Martínez vio la cara de sorpresa que yo hacía, se dirigió a mi y me dijo “le autorizo a que diga públicamente que el culpable de que el Gobernador del Cauca sea Chaux es Angelino” y continuó su explicación. Dijo que le puso a Chaux todo el apoyo de su movimiento y que gracias a él, hoy Chaux era Gobernador porque sin su ayuda no hubiera triunfado. Agregó en seguida, que Chaux también había intentado incumplir y que a él, al senador Martínez, le había tocado recordarle que gracias a su ayuda hoy él, Chaux, era Gobernador.

Con lo anterior lo que se entiende es que en ningún momento el senador Martínez quiso apoyar a Chaux, sino que su intensión era meterle el palo a la rueda de Camilo González por ser este del Polo Democrático y por culpa, como él lo dijo, del Gobernador del Valle. Pero también se puede sacar conclusiones importantes acerca de lo que es el Régimen Democrático, en el que se pueden presentar fenómenos de esta índole, donde por una rabieta de un personaje con poder político, se puede definir el futuro de toda una entidad territorial de 38 mil kilómetros cuadrados.

Como el senador Juan Carlos Martínez me autorizó, diciéndolo dos veces, que podía decirlo en público, ahora narro esta crónica de la elección del Gobernador del Cauca. 

miércoles, 8 de octubre de 2014

LOS FACTORES DEL BUEN GOBIERNO

Ahora que se agita el tema de los candidatos y las elecciones para gobiernos territoriales, varias opiniones coinciden en la necesidad de pensar más en el futuro gobierno que en el candidato y la elección. Dijo Héctor Rodríguez “¿seguimos jugando a ganar elecciones o buscamos un buen alcalde para Popayán?”, lo cual coloca sobre la mesa la importancia de tener en consideración los aspectos que hoy, en el Estado Postmoderno, se comportan como factores clave para alcanzar los objetivos gubernamentales en materia de satisfacción de las necesidades de la ciudadanía.

Se ha dicho que fulano de tal es un buen candidato porque su experiencia es en la empresa privada o que ha sido empresario, con lo cual se coloca sobre la mesa el tema gerencial como factor de éxito en la gestión, lo que es totalmente cierto, hoy que lo público se concentra en el escenario del mercado, donde, si no hay enfoque gerencial habrá rotuno fracaso, como se puede ver en los gobernantes actuales que en lugar de aplicar las leyes que regulan el enfoque gerencial, gobiernan a punta de sentido común y por eso el descontento de sus gobernados. Pero el tema no se puede tomar a raja tabla. Si bien los principios gerenciales son universales y los mismos donde quiera que se hallen, la aplicación de estos en lo privado es substancialmente distinto a su aplicación en lo público. Para lo privado se aplican con la finalidad de producir ganancias o utilidades a los propietarios de la empresa, mientras que en lo público se utilizan para el cumplimiento satisfactorio de los fines esenciales del Estado donde prima el servicio a la comunidad.

Pero lo más importante es tener en cuenta los atributos de esta disciplina administrativa y por supuesto, las competencias del gobernante para adoptarlos. Dice el marco conceptual que el gerente público debe navegar en la multiorganización, por cuanto el objeto donde se aplica la administración, o sea la masa social, es compleja y encierra diversidad de elementos en que el Estado tiene multiplicidad de organismos y la sociedad diversidad de formas; la participación, dentro del marco de la democracia participativa, porque no es posible alcanzar objetivos de gran alcance sin el compromiso e involucramiento de la misma sociedad beneficiaria; la concertación porque no puede haber co-gestión con responsabilidad compartida entre Estado y sociedad, sin acuerdos, negociaciones y compromisos entre todos los actores; la flexibilidad porque se tiene que acomodar a las circunstancias que van apareciendo con el transcurrir del tiempo; la innovación porque no existen fórmulas preestablecidas para administrar lo público ni recetas únicas para resolver problemas y satisfacer requerimientos sociales; y el trabajo en equipo porque es necesario elevar la eficacia social a través de la sinergia que se produce cuando se opera con esta modalidad.

Así pues que al pensar en los nuevos gobernantes territoriales, más que los antecedentes del candidato se debe pensar en el futuro cuyos requerimientos están determinados por la ley, de modo que basta con aplicar las normas vigentes para que se conjuguen con pertinencia los factores del buen gobierno. 

miércoles, 1 de octubre de 2014

LA SUBIDA DEL DÓLAR

Apenas la Reserva Federal de USA dio visos de que pronto elevará la tasa de interés en allá, inmediatamente los especuladores internacionales del dinero se alborotaron y corrieron a recoger dólares para llevárselos a ese país. Es lógico, los especuladores, a quienes ahora les llaman inversionistas, prefieren colocar su capital en un país con una economía más poderosa que en Colombia, aunque aquí tienen exención de impuestos. De paso, aprovechan las condiciones de mercado para otro tipo de operaciones especulativas que en muy corto plazo les deja jugosos dividendos. Ese es el sistema económico de hoy, que no se ajusta a sus principios fundacionales acordes con la ley natural, como son los de garantizarle a la especie humana las condiciones de vida.

Anteriormente, cuando el Estado tenía más soberanía y ejercía control sobre la actividad económica, este organismo fijaba el precio de la divisa, atendiendo a los intereses de los ricos industriales de las multinacionales, por supuesto, pero al fin y al cabo imponiendo racionalidad en la economía a través de la política cambiaria. Pero hoy, dentro del contexto neoliberal que rige el mundo, es el mercado la autoridad económica y por sus reglas, a mayor demanda el precio sube como estamos viendo ahora que ya el dólar sobrepasó los dos mil pesos.

El beneficio es evidente para el país. El aparato productivo nacional se protege de esa terrible propensión marginal al consumo de importados que existe en Colombia y que elevó gravemente el déficit en la cuenta corriente de la Balanza de Pagos durante el período de la revaluación, o sea cuando el dólar estaba a bajo precio, que originó el desborde de las importaciones perjudicando la producción nacional y con ello incrementando el desempleo, que se agravó porque, además, a los productores colombianos se les presentó mayores dificultades para exportar por pérdida de competitividad.

Ahora se encarecen las importaciones y se abren perspectivas favorables para los productos nacionales lo que le da solidez a la economía nacional, aunque no faltan las plañideras que se quejan porque la deuda externa se eleva lo mismo que las materias primas importadas; pero es que en economía no todo se logra a la vez por lo que siempre algo hay que sacrificar, esta vez golpeando la inmediatez y lo trivial, a favor de lo estructural y la sostenibilidad futura, de manera que a pesar de las múltiples lamentaciones de los importadores y de quienes tienen deudas en el extranjero lo mismo de las empresas que utilizan materias primas importadas, por los efectos en la base económica y en el aparato productivo nacional, a la mayoría de los colombianos les conviene más la subida del dólar. 

martes, 23 de septiembre de 2014

RIESGOS DERIVADOS DE LA BANCA ISLÁMICA

Por allá a mediados de los años setenta del siglo pasado, en Dubai crearon el primer banco islámico propiamente dicho, es decir con las reglas de la banca moderna, aunque desde tiempo atrás dentro de los cánones del islamismo, se realizaban operaciones financieras. Los petrodólares, la creación de la OPEP y el auge de la demanda mundial de petróleo motivada por los avances de esa tecnología, crearon condiciones favorables para que se diera la gran concentración de riqueza en manos de agentes económicos de esta corriente ideológica.

Un solo banco no sería motivo de preocupación para el mundo occidental; pero hoy el crecimiento del sistema financiero islámico ha alcanzado niveles que ocupan un porcentaje muy significativo en el sistema financiero mundial y con ello la situación geoeconómica con efectos en la geopolítica, trae fenómenos que ponen a pensar dos veces sobre la estabilidad mundial y la paz global. El sistema bancario islámico que se fundamenta en los principios del Corán, opera de manera diferente del sistema occidental convirtiéndose en un mecanismo rival que compite con el andamiaje de la Resera Federal; pero como los patrones del mercado mundial siguen siendo los occidentales, los del Medio Oriente, que ya se están extendiendo por muchos países de Asia, están pisando los callos de quienes han controlado el sistema financiero del mundo desde hace un siglo.

Que haya bancos que no cobran intereses como los occidentales porque el Corán lo prohíbe y que preste servicios con otra forma de capitalismo no usurero, vaya y venga. Pero lo grave es que Rothschild, Rockefeler, Morgan, Warburg y sus otros socios que desde la Reserva Federal controlan el sistema monetario mundial no se quedan con los brazos cruzados. Los antecedentes son muy dicientes. Estas ocho familias, que emiten el dólar e imponen sus reglas de juego, siempre han desplegado todo tipo de acciones legales o ilegales, pacíficas o violentas, para mantener su dominio y seguir ejerciendo el control de la economía mundial, más cuando desde el comienzo del presente siglo andan tras el empeño de la construcción del nuevo orden mundial bajo un solo gobierno, por supuesto el de ellos, y por el otro lado del mundo los chinos y los rusos no se quieren dejar meter en ese círculo. Ahora la tercera pata del otro lado es la banca islámica que cada día toma más fuerza.

Desde la crisis financiera de 2008 en Estado Unidos el sistema occidental viene sufriendo serios reveces que no han logrado superar, lo cual tiene repercusiones en toda Europa y América, cimentando condiciones de inestabilidad que a toda costa Estados Unidos trata de controlar, por lo cual no deja de preocupar que en ese afán desesperado por mantener la dominación, la OTAN recurra a procedimiento de fuerza contra los países de la órbita islámica, lo que significa la presencia de muy altos riesgos derivados de la banca islámica.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

LA CONTRAVÍA DE LOS IMPUESTOS

Desde hace más de dos siglos, cuando se creó el Estado Moderno, se pensó en el financiamiento de este organismo con lo cual se cubren los gastos de administrar los bienes públicos y desde entonces, el  pensamiento clásico se orientó dentro de los principios de la lógica: quien más tiene más contribuye, de modo que propuso para las finanzas públicas un sistema progresivo para lo cual es necesario la relevancia de los impuestos directos y el peso de la emisión de dinero, complementados con los préstamos bancarios.

Pero ahora, con el cambio de la modalidad de capitalismo, la estructura de financiamiento del Estado ha sido modificada substancialmente, de modo que los ricos no pagan los impuestos equitativamente y en cambio le corresponde a la clase media y a los pobres sostener el aparato de poder el cual, de manera paradójica, es manejado por quienes no pagan los impuestos quienes, además, lo administran para su propio beneficio. Ahí están las cifras y estas no mienten.

Con el argumento de la doble tributación, los ricos se niegan a pagar impuestos sobre la repartición de utilidades o dividendos, lo cual se ha convertido en el mecanismo que propicia la inequidad social, llevando a Colombia al puesto de ser uno de los países con la peor distribución del ingreso. Antaño, el sistema tributario se utilizaba, además de financiar al Estado, para propiciar la redistribución del ingreso con lo cual se creía, se estaba haciendo desarrollo nacional. El mecanismo idóneo era que, de las ganancias de los ricos, se trasladara al Estado por la vía de los impuestos, los recursos con los cuales el organismo cubría los costos de brindar los bienes públicos a los más pobres.

Pero en Colombia los ricos se han negado a pagar impuestos y con el chantaje de la generación de empleo, presionan al Estado para que aplique impuestos indirectos como el IVA, que significa cargar el peso de las finanzas públicas en los más pobres. Ahora que el gobierno pretende fijar una tasa impositiva al patrimonio, es decir al capital de los capitalistas, pusieron el grito en el cielo y no quieren dejarse gravar. El gobierno no está pensando en la redistribución del ingreso ni en la equidad social, sino en cubrir el faltante de los ingresos presupuestales para lo cual tienen que mirar a los ricos porque la carga sobre los pobres ya no da más. Pero con el cuento falaz del empleo, que no es cierto según se demuestra en la historia y con un modelo teórico donde se aprecia que el empleo depende del tamaño de la demanda agregada y no de la política tributaria, chantajean al gobierno y se niegan a pagar, acelerando el crecimiento del Coeficiente de Gini con el que se mide la inequidad social y con ello también agudizando en el país como es la tradición, la contravía de los impuestos.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

LA PERDICIÓN DE LO PÚBLICO

Desde que nació el Estado hace más de tres milenios, lo público ha estado en su seno. Aunque lo público surgió antes del ente de poder, por cuanto estos bienes nacieron en los primeros estadios de la civilización humana, una vez fue creado el organismo ahí le incrustaron lo público para su administración y manejo. Cuando se creó el Estado Moderno hace cerca de tres siglos, con el afán de repintar la línea de lo privado, por contraste se  terminó resaltando lo público y se reiteró con más fuerza su ubicación en el seno de dicho organismo. Tanto que durante más de dos siglos se ha dado la confusión entre el Estado y lo público haciendo una cosa igual a la otra. Paralelamente, se construyó el paradigma privado con sede natural en el mercado y los pensadores clásicos fueron insistentes en destacar la libertad de empresa y el juego de las fuerzas de oferta y demanda sin intervención del Estado para regular su funcionamiento. Siempre pensando en los bienes y servicios privados y, por supuesto, nunca pensando en los públicos que se daba por hecho, pertenecían al Estado. El mercado de libre competencia se planteaba como panacea para regir el, para esa época, nuevo sistema económico basado en las libertades individuales y el derecho a la propiedad de los bienes privados.

Pero cuando se transformó el sistema durante el último cuarto del siglo pasado entrando el Capitalismo Postindustrial con su correspondiente tipo de Estado, lo público, por primera vez en la historia de la humanidad, se sacó del organismo y se trasladó al mercado. Con ello se abrió la puerta para que la empresa privada también pudiera administrar este tipo de bienes, pero jamás los autores pensaron en cerrarle la puerta al Estado o impedirle que manejara con autonomía y exclusividad lo que siempre había sido de su objeto social.

Por eso ahora sorprende que con un sentido neoliberal morboso y aberrante, se pretenda aplicar el paradigma creado por los clásicos para lo privado, cuando se trata de un bien público como el manejo de los residuos sólidos. Es un atropello contra el concepto de lo público el argumento de la libre empresa para sancionar un gobierno territorial que pretendió llevar un asunto público al Estado, donde es su lecho natural. Estoy seguro que cuando la Constituyente del 91 aprobó el Artículo 333 de la Carta, estaba pensando en los bienes privados y jamás en los bienes públicos;  más cuando ya había aprobado el Artículo 49. Independientemente de quién sea el gobernante sancionado, es el argumento utilizado el que produce escozor.

Ahora queda abierta la puerta para que a cualquier bien público se le aplique el paradigma privado y que el argumento de la libre empresa se utilice en otros casos similares como la salud, la educación, el aire o el agua y entonces se le prohíba al Estado intervenir para rescatar de las garras de quienes piensan que lo público es objeto de explotación para llenarse sus bolsillos, desconociendo la verdadera dimensión de los objetos que son de interés general que nos competen a todos y llevando así la historia del país a la perdición de lo público.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

EL FUTURO DEL DNP

Desde 1958 la misión del Departamento Nacional de Planeación (DNP) ha sido la de introducir en Colombia las directrices del capitalismo internacional las cuales, obviamente, obedecen a los intereses de los ricos del mundo en cada momento histórico. Durante más de medio siglo este organismo ha cumplido a cabalidad su tarea, tanto que en la época del Frente Nacional la entidad no entraba en la repartición milimétrica de cargos entre los dos partidos tradicionales: el DNP era cuota burocrática de los poderes de Washington.

Lleras Restrepo graduó de “hijos directos de Dios” a los funcionarios de este organismo y ellos creyeron. Siempre han mirado por encima del hombro a los demás servidores del Estado. Tradicionalmente no se han dejado influenciar de los congresistas. Al contrario, les encanta ir en contravía de las aspiraciones del Congreso, siempre autoproclamándose como técnicos y señalando despectivamente a los otros como políticos.

Igualmente durante los últimos años, el rol fundamental del DNP ha sido el de promover en el país la imposición de paradigmas, modelos y políticas que se inventan en la Universidad de Harvard y otros centros de USA, que se crean para defender los intereses de los ricos de ese país y que, por supuesto, no concuerdan con las necesidades del pueblo colombiano. Ha atropellado la descentralización administrativa con métodos perversos, como en el caso del sistema de regalías o en ese de conceder premios a los planes de desarrollo territorial que se sometieron de manera obediente y sumisa a sus imposiciones.

Ahora que Santos, para zafarse de compromisos de campaña nombró como director a un personaje procedente del Congreso y además jefe de partido político, el golpe para los organismos multilaterales debe haber sigo duro. Casos como este, sólo se había visto cuando Samper nombró en ese cargo a Cecilia López, ya cansado de que desde ese organismo le metieran el palo en la rueda a su gobierno.

El hijo de Gaviria quedó como jamón en sándwich. Por encima los organismos de poder de Washington, que han sido históricamente  los verdaderos jefes del DNP y por debajo como subalternos todos los tecnócratas con maestrías en  universidades gringas, es decir con el cerebro bien lavado, de modo que las decisiones del muchacho dentro de toda la presión que le harán sus antiguos colegas politiqueros y sus copartidarios clientelistas van a ser muy complicadas, por lo que desde ya se supone que habrá grandes dificultades administrativas y operativas en el futuro del DNP.

miércoles, 27 de agosto de 2014

LOS MOVIMIENTOS CÍVICOS MUNICIPALES

La sociedad colombiana en general, está cansada y aburrida de las costumbres que posee el régimen político nacional. Ya le fastidia la repetición de hechos cada cuatro años cuando se trata de realizar elecciones. Los mismos con las mismas y los mismos procedimientos para escoger candidatos y realizar las campañas electorales. La comunidad nacional ya no da más, sobretodo porque con este mecanismo de escogencia de aspirantes, de donde sale el elegido, la calidad de los gobernantes territoriales ha sido muy cuestionada.

Tal vez por ese motivo, sin desconocer los efectos que está produciendo el caso de la Habana que por razones mediáticas ha creado expectativas y deseos de cambio, gratamente sorprende fenómenos que se vienen gestando en los municipios orientados a la escogencia de candidatos a alcaldía el próximo año. Lo más grato, es que son de iniciativa local y no, como ha sido tradicional, imposiciones salidas desde Bogotá.

Refiriéndome a los casos que he visto con mis propios ojos y sin saber sobre la existencia de otros en zonas del país más alejadas, estamos presenciando procesos en Cali mediante el movimiento que se llama “Cali tiene cura”, en Candelaria donde se está cocinando desde hace dos años, en Jamundí y Cerrito donde ya inician también las inquietudes sobre una alternativa diferente para definir candidatos a través de movimientos cívicos y por supuesto en Popayán donde ya está programada la asamblea de constitución para este sábado 30 de agosto a las cuatro de la tarde en el Hotel Luxor de la calle 4 con carrera 15..

Popayán podría crear un modelo perfectamente coherente con los cánones de la Democracia Participativa y mostrar el esquema para ilustrar a otros municipios. Bien se podría generar en este municipio un procedimiento útil para cambiar las costumbres políticas del país que tanto daño le han hecho a la comunidad nacional. La coyuntura es apropiada porque la idea que se agita como consecuencia de los diálogos de la Habana han motivado la necesidad del cambio y el convencimiento de que es necesario adentrarse en un proceso de construcción de futuro soportado en nuevos esquemas de organización social y política. Como ha sucedido tantas veces en el pasado, los fenómenos de generación espontánea de las masas a veces son impredecibles y cuando menos se espera surgen grandes cambios en las organizaciones sociales que conducen a nuevas fases de la historia, por lo cual no es irracional pensar que puede estar en gestación una gran transformación nacida desde el nivel local tal como rezan los principios del desarrollo endógeno, con esto de los movimientos cívicos municipales.

miércoles, 20 de agosto de 2014

LOS TRAUMAS DEL NUEVO MECI

Con la expedición del Decreto 943 de mayo de 2014, queda claro que el DAFP aplicó la fábula de la zorra, cuando después de saltar repetidamente para coger las uvas y al ver que no las podía alcanzar, resolvió su problema diciendo “las uvas están verdes” y cesando su esfuerzo. En 2005, después de doce años de que la Ley 87 de 1993 estuviera sin instrumentos prácticos para su aplicación, mediante el Decreto 1599 el gobierno adoptó el modelo de control interno diseñado con el auspicio de Usaid y la intervención de la firma Casals & Associates Inc. Para la implementación de dicho instrumento, se le asignó la responsabilidad central al DAFP con las tareas de difusión, capacitación, orientación y seguimiento.

Desde el comienzo, los mismos funcionarios de ese departamento administrativo crearon confusión y enredaron el proceso. Las sesiones de capacitación y la inducción que brindaban a los organismos, principalmente a las entidades territoriales, fueron deficientes y alejadas de la realidad del modelo, de modo que en lugar de orientar lo que hicieron fue desorientar y crear un clima de rechazo por parte de los servidores públicos en las entidades receptoras; por cuanto, a pesar de que el modelo fue clara y correctamente diseñado, los funcionarios de Bogotá no entendieron el diseño de Casals. Entre otras cosas, los del DAFP no entendieron que el MECI es un instrumento de gerencia pública y que su rol principal es asegurar el logro de los objetivos del plan de desarrollo de los gobernantes territoriales.

Transcurridos nueve años, resuelven cambiar el modelo con el trivial argumento de que COSO, un organismo internacional privado de contadores, ha hecho cambios, pero sin tener en cuenta con pragmatismo y objetividad, la propia realidad de las entidades territoriales.

Lo grave es que en lugar de mejorar, lo que hicieron fue dañar. El modelo inicial era totalmente adecuado y coherente a los fundamentos de la Ley 87. Ahora, disque para hacerlo más sencillo, reducen de 29 a 13 los elementos eliminando algunos importantes y esenciales sin los cuales la filosofía del control queda desarmada. Quitan el modelo de alta dirección, con lo cual se debilita el compromiso de los gerentes, transversalizan la información y la comunicación desarticulándose con el modelo de operación y lo más grave, desaparecen el corazón del modelo que se concentraba en lo que era el subsistema de control de gestión donde se localizaba el remate del capítulo de riesgos y que materializaba el autocontrol como son los controles propiamente dichos. Con ello queda la administración del riesgo en el aire y los servidores públicos sin la posibilidad real de aplicar el espíritu del autocontrol que constituye la esencia del sistema.


Se afecta con ello el propósito constitucional de transformación del Estado Burocrático al Estado Gerencial, cuyo motivo principal es evidente: como los genios del DAFP en Bogotá no entendieron el MECI, resolvieron cambiarlo sin importarles las consecuencias en la concepción general del Estado postmoderno y sin darle ninguna importancia a los traumas del nuevo MECI.

miércoles, 13 de agosto de 2014

LAS CONDICIONES DEL POSCONFLICTO

Dijo el Director de la ESAP Territorial Antioquia en un evento realizado en Santander de Quilichao que la palabra posconflicto estaba siendo usada, abusada y algo más, significando que aún no se sabe eso con qué se come, por la intensidad mediática que está colmando los oídos de la gente y creando grandes expectativas sobre un evento cuyos resultados todavía están por verse. De todas maneras, aunque el proceso de La Habana no llegue a final feliz, el país ya está mentalizado de que es hora de entrar en una fase histórica de cambio de la realidad nacional modificando elementos sustanciales de la vida socioeconómica.

El gobierno nacional viene hablando de una paz que, según se deduce de sus propias manifestaciones, se refiere a la paz de la oligarquía para beneficio de los ricos; porque la verdadera paz, la del pueblo y la mayoría de los colombianos, no se construye en Bogotá y mucho menos en Cuba. La verdadera paz, como construcción de un clima de convivencia que facilite la vida armónica de todos los colombianos, es un proceso que se debe realizar en cada municipio bajo el liderazgo de su respectivo alcalde; pues cada territorio tienen sus propias especificidades y es a partir de éstas que se organiza la vida social de modo que se trascienda y sobrelleve el conflicto sociopolítico, que seguirá existiendo aunque hayan desaparecido los grupos armados.

Surge entonces la pregunta obligada: ¿tienen las administraciones municipales la suficiente capacidad para responder a su reto histórico? Deseamos que se logre el fin de los enfrentamientos armados y surja una posguerra en circunstancias favorables para crear un mejor futuro para las generaciones venideras ya sin guerrilla. Pero con ellas o sin ellas, cualquier construcción de futuro en un ámbito de convivencia pacífica debe contar con la dirección del Estado que desde el nivel municipal debe ejercer su competencia como rector de los procesos económicos y sociales. Sin embargo, lo que hoy vemos es una administración municipal débil y sin capacidad técnica y operativa suficiente para responder a la magnitud del compromiso, comenzando por el personaje del alcalde, que es producto del régimen político y opera amarrado a las mañas que dicho régimen le impone.

Comenzando por la elección del gobernante territorial, que no surge mediante un proceso de verdadera democracia participativa sino por la imposición de políticos tradicionales que manejan los votos cautivos aprovechando el bajo nivel de cultura política que reina en Colombia, la gestión pública municipal adolece de serias deficiencias técnicas, por lo que debe desde ya iniciar los cambios necesarios para que en la nueva etapa de la historia se presenten de manera adecuada las condiciones del posconflicto.