martes, 23 de junio de 2020

LAS CRÍTICAS AL PERIODISMO

En los últimos días se han observado cuestionamientos a algunos casos de periodismo, donde se destaca el trabajo de sus autores por la trascendencia que su mensaje encierra y sus impactos en la vida política nacional, por lo cual cae bien reflexionar  sobre el tema de la comunicación social, marco donde se inserta el periodismo, la cual es tan antigua como la especie humana y no es el invento de ninguna persona en particular, sino el producto de las leyes de la naturaleza que crearon el instinto, como mecanismo para propiciar la comunicación entre los individuos de la especie y con ello facilitar las interacciones humanas, ambas cosas, junto con otras, con fines de conservación de la especie sobre el globo terráqueo. Por eso, por ser origen natural y ser de interés general que compete a todos con propósitos de conservación de la vida, la comunicación social es un bien público, que no se ha podido privatizar del todo.

Una de las manifestaciones de la comunicación social es lo que se conoce como periodismo, cuya finalidad social es la de informar, que es uno de los procesos de la comunicación, cuya esencia es la circulación de datos con fines de conocimiento, por lo cual, si la información no produce conocimiento, se queda limitada a los simples datos. Por ello, la importancia de que los datos que encierra la información sean veraces y de importancia social, para que se logre el conocimiento de objetos verdaderos.

Pero con el transcurrir del tiempo y ya en el sistema capitalista, la información ha caído en el terreno mercantil y por lo tanto la función pública y la finalidad social, han sido víctimas de intereses y tendencias, que se alejan de su misión natural y por lo tanto distorsionan el carácter público de la tarea. Así, los agentes de la información, en el ejercicio de su trabajo están realizando función pública, independientemente de que el canal por donde circulan los datos con fines de información, sean de propiedad privada y con ánimo de lucro.

En el sistema capitalista y tal como ha ocurrido con un alto porcentaje de los bienes públicos, o sea los bienes de gestación natural, de interés general y de competencia de todos, también la información se ha privatizado y los canales se han mercantilizado, los cuales, ahora con la incorporación de la tecnología de la microelectrónica que ha permitido entrar en el mundo digital, se han revestido de una connotación de mucha mayor trascendencia en cuanto al papel que desempeñan en el seno del conglomerado humano. Ya los datos, la información y la comunicación, con el uso de la tecnología electrónica y los canales digitales, se ha convertido en parte esencial de la vida social y como tal, en un instrumento de direccionamiento y construcción de la cultura humana.

Todo ese complejo sociológico es lo que crea los retos y compromisos de los agentes que intervienen en los procesos comunicativos dentro de la diversidad existente; pero siempre conservando el carácter público de la comunicación, por lo cual la exigencia ética se reviste de especial significado. Pero, como de todo hay en la viña del señor, no faltan los sujetos activos que utilicen su accionar informativo con propósitos parcializados, con intereses particulares o con máscaras políticas, dejando de lado los atributos de veracidad, objetividad y neutralidad necesarios. Y más grave aún, los que en el ejercicio profesional, que es remunerado, le den mayor privilegio a los intereses económicos personales abandonando la esencia de la función pública, que estando privatizada, se coloca al servicio de los propietarios del medio o de quienes aportan los recursos para pagar su trabajo profesional. Por ello, en este sistema, ya sea de uno u otro bando, siempre estarán presente las críticas al periodismo.

jueves, 18 de junio de 2020

LOS TEMAS DE LA AGENDA PÚBLICA

La ciudad de Bizancio durante muchos años fue la gran capital del cristianismo, en época en que este pensamiento no solo era religioso sino político, localidad que luego tuvo otros nombres hasta el de hoy que se llama Estambul y queda en Turquía. Cuenta la leyenda, que un día de mayo de 1453, los grandes pensadores y los actores principales del gobierno de la ciudad, se trenzaban en profundas disquisiciones teóricas y detallados debates acerca de cuál sería el sexo de los ángeles que hasta ese momento las escrituras no había aclarado, por lo cual no se sabía si eran hombres o mujeres, mientras las tropas turcas llegaban a sus puertas para invadirla y tomar posesión del territorio. Pero para ellos, más importante era el sexo de los ángeles. De hecho, desde ese entonces y después de haber pertenecido a Grecia, al Imperio Otomano y al Imperio Romano de Oriente, es parte de la dominación turca como hoy, que pertenece a Turquía.

A raíz de ese episodio histórico se ha generalizado el término de las discusiones bizantinas, cuando la comunidad afronta serios problemas o están en la agenda de gobierno importantes temas de carácter público, pero en los centros de decisión para resolver los asuntos políticos, le dedican tiempo y desgaste a temas intrascendentes o que distraen el análisis de los temas verdaderamente importantes, como la simbología del carriel y su institucionalidad o la fijación de una pintura en el muro de una edificación emblemática de la ciudad.

Este no es tiempo para dedicarle tiempo a la discusión sobre el sexo de los ángeles, cuando la incertidumbre pesa sobre el devenir histórico de la nación y el territorio. Por ejemplo, la opinión pública no sabe la verdad sobre el 5G ni sobre los efectos del Nuevo Orden Mundial, en caso que se logre implantar, o de la Nueva Ruta de la Seda, si es que la geopolítica se resuelve por este otro lado. Se sabe que se requiere un nuevo modelo de desarrollo regional y local, pero no se ha trabajado en el diseño del mismo. Los planes de desarrollo territorial que se acaban ser aprobados con horizonte al 2023, desde ya nacieron anacrónicos, por lo que es necesario definir los términos de su ejecución y los enfoques que debe tomar la gestión pública territorial para asumir su responsabilidad en materia de conducción de los procesos sociales, económicos e institucionales.

Es necesario por lo tanto, definir la nueva agenda pública con participación y compromiso de todos los actores sociales, iniciando con las reflexiones y análisis de los diferentes problemas y necesidades colectivas, económicas, sociales e institucionales, implementando dinámicas pertinentes, con dotación de las herramientas técnicas que las circunstancias exigen y que hoy están condicionadas a los mecanismos de comunicación e interacción social que las restricciones en la movilidad imponen. Pero dónde está el liderazgo necesario, como lo exigen siempre los grandes cambios sociales??

La comunidad nacional y las comunidades regionales y locales están a la deriva. Las acciones gubernamentales están dedicadas a la atención de la emergencia para disminuir la diseminación del virus y atendiendo situaciones de calamidad doméstica, pero no se aprecia el establecimiento de proceso y mecanismos de acción social realistas y eficaces sobre el futuro inmediato; pues lo único que vemos son foros y botadas de corriente por las plataformas de internet, protagonizadas por los expertos, que siempre surgen a última hora en situaciones similares y que se limitan a impartir recomendaciones que muchas veces ni siquiera son escuchadas; pero no se evidencia la implementación de estrategias de inmediato y corto plazo, que asuman con potencia y resolución la importancia de los temas de la agenda pública. 

miércoles, 10 de junio de 2020

LAS OTRAS CONDICIONES URBANAS

Los cambios surgidos en este año como consecuencia de la pandemia del covid-19 han invadido casi todos los campos de la organización humana y aunque se termine la emergencia sanitaria, algunos ya quedan anclados en las estructuras sociales y continuarán haciendo parte del patrimonio público. Hay personas que dicen, que no volverá la normalidad, lo cual significa que habrá una normalidad nueva.

Uno de los aspectos del conglomerado humano afectados por el fenómeno es el de tiempo y espacio, que ahora van de la mano, derivado de las modificaciones en las interacciones sociales para el ejercicio de la actividad económica y la vida cotidiana, el cual, como es lógico, conlleva alteraciones en los centros urbanos, el espacio donde se producen las grandes concentraciones de individuos y por lo tanto donde se genera la mayor parte de las interrelaciones inherentes al funcionamiento social. Con ello, también se afectan los ecosistemas urbanos y por supuesto, los procesos económicos locales que van asociados a la vida comunitaria. Ya vemos cómo los negocios de comercio y servicio que siguen abiertos al público, han adoptado nuevos esquemas de atención al cliente, donde prevalece el servicio a domicilio. Otros están cerrados a punto de la quiebra, que seguramente no volverán a operar igual que antes, como los bares y discotecas y nuevos negocios han surgido para atender con novedosos satisfactores, las mismas necesidades de siempre.

Y por supuesto, los ecosistemas de la ciudad, también se han modificado. La disminución de la actividad antrópica ha permitido a especies animales ocupar espacios y los movimientos de flora y fauna está mostrando manifestaciones derivadas a la relativa desocupación de dejada por los humanos. Así, los servicios ecosistémicos, que constituyen la base de la estructura ecológica municipal, se han visto también alterados, exigiendo nuevos procesos y procedimientos para realizar la gestión ambiental por parte de los organismos del Estado encargados de esta tarea. La estructura ecológica territorial contiene las áreas de mayor significancia en la oferta de servicios ecosistémicos, que beneficia a la población y soportan el desarrollo económico. Según la evaluación del milenio realizada en 2005 en un evento internacional, los servicios ecosistémicos son dieciocho agrupados en tres clases, los de aprovisionamiento, los de regulación y los culturales. Las tres, con importantes aportes para el sostenimiento de la actividad económica y las interacciones sociales, por lo tanto, generadores de insumos para la conservación de la especie humana.

Así, las modificaciones en los ecosistemas urbanos, obligatoriamente traerán cambios en la economía de la ciudad y con ello alteraciones en las costumbre y tradiciones que hace parte de la identidad y el patrimonio cultural de la población asentada, lo cual significa que la gestión pública territorial, obligatoriamente tienen que cambiar sus esquemas operativos y administrativos para responder a las nuevas demandas públicas. Apenas hace dos décadas desde cuando se viene hablando de la Nueva Gestión Pública (NGP) y menos de 10 años en que se introdujo la Pos-NPG y ya llegó la hora de pensar en otro cambio, el cual, por razones de las circunstancias, es necesario concebir de manera pragmática y heurística para dar una respuesta pertinente a las otras condiciones urbanas.

miércoles, 3 de junio de 2020

ALTERNATIVA PARA LA REACTIVACIÓN ECONÓMICA

Graves efectos han aparecido en la economía por motivo del covid-19, llevando la situación a un estado de decaimiento alarmante, donde, por el lado de la fuerza de trabajo, el desempleo abierto está cerca del 20 % y sumando el desempleo disfrazado y el subempleo, la cifra debe estar por encima del 50 %, con graves impactos en la situación social. Por el lado de los medios de producción, varios sectores de la economía están cerrados con alta magnitud de lucro cesante y caída estruendosa de los ingresos empresariales. Por todo ello, Uribe, Vargas y otros personajes amigos del gobierno, han lanzado sus iniciativas y propuestas para la reactivación de la economía.

En concordancia con los postulados neoliberales que profesan, los adalides del régimen han concentrado su propuesta en el lado de la oferta, sobre la base de que el alivio en los costos de operación motiva la dinámica empresarial y con ello la economía volverá a los cauces normales, para lo cual proponen alivios tributarios, incentivos monetarios y, principalmente, garrote para el factor trabajo, disminuyendo los factores de salario, que constituyen los ingresos familiares y contribuyen al aumento de la demanda en el mercado de bienes de consumo. Por otro lado, está el enfoque que considera la demanda agregada como el principal factor de reactivación, sobre la base de que las empresas se motivan si tienen compradores y la generación de empleo se convierte en un factor de incremento de la demanda por aquello del dinero circulado en manos de los consumidores, retroalimentando así el proceso con un mecanismo de círculo acumulativo.

Se trata entonces de adoptar una política con las medidas pertinentes, para lo cual se debe utilizar cualquiera de los dos argumentos, el de la oferta o el de la demanda. Pero, habría que determinar cuál enfoque es más eficaz, de acuerdo a las leyes del mercado, que es quien en últimas, define la situación. Pero si la medida se basa, no en las condiciones objetivas del sistema económico sino en intereses creados para élites económicas, el remedio sale peor que la enfermedad.

La historia económica demuestra que el enfoque keynesiano sobre la demanda agregada, ha sido eficaz en la reactivación económica, por la lógica sencilla que encierra, como se anotó en las líneas anteriores. Las empresas se dinamizan si tienen quien les compre sus productos, por lo cual, no es sacrificando a los trabajadores como se logra el propósito, más en Colombia donde, desde la primera década de este siglo, se demostró que el recorte de los beneficios al trabajador no propicia la creación de empleo, porque esto no motiva la dinámica empresarial.

Así que toca utilizar la alternativa de demanda para propiciar la reactivación, la que cuenta con dos recursos: por un lado aumentar el gasto público y por otro lado disminuir las importaciones de productos que se producen en el país. Lo malo es que ambas medidas van en contra de las políticas neoliberales y por eso la gran dificultad para implementarlas. Más cuando el gobierno ya no tiene la facultad de emitir dinero, por una parte, y cuando existen los acuerdos con la OMC que restan capacidad al Estado para intervenir en las operaciones de comercio exterior, ahora agravadas con los TLC. Entonces, las medidas existen, son viables y eficaces; pero el modelo neoliberal que impera en Colombia, es un impedimento para aplicar la adecuada alternativa para la reactivación económica.