martes, 25 de junio de 2019

LA ÓRBITA DEL COLONIALISMO INTELECTUAL


Todo comenzó con el Eurocentrismo, como meridiano sobre el que se desarrolló la civilización occidental con orígenes en Grecia y Roma varios siglos antes de Cristo, que más adelante, en época del capitalismo, se concentró, además de Europa, también en Norteamérica, donde se produce el protagonismo del Siglo XX. Pero, principalmente, nos referimos a los cambios y transformaciones derivados de la conversión de la modalidad de capitalismo, que se consolidó a partir de 1980 con la subida al poder de Reagan y Thatcher, cuando los especuladores internacionales del dinero agazapados en los fondos de inversión, se apropiaron del Estado para someterlo a sus perversos intereses por encima del bien común y el interés general. Se vino la postmodernidad y arrasó con todo el pensamiento clásico construido durante dos siglos, incluidas las bases de la epistemología, hasta el punto que ahora ciencia y conocimiento, es cualquier cosa que permita ser coherente con los postulados neoliberales que soportan el Capitalismo Rentista.    

En ese mismo orden de ideas, el fenómeno de la globalización cultural acabó de consolidar la dependencia del pensamiento en los países satélites y en las ciencias sociales, se fortaleció el predominio de las ideas y conceptos originarios en Europa y Norteamérica, hasta el punto que ahora, sabiduría es repetir como loro las ideas que produce los pensadores de esos países, castrando la generación de pensamiento por parte de los intelectuales criollos. A los pensadores nacionales no les creen. Para tener reconocimiento se debe citar un autor norteamericano o europeo, porque, supuestamente, la realidad objetiva nacional no se puede abordar con enfoques propios.

Y así mismo, se contaminó el aparato académico nacional. Hoy poco importa las competencias docentes ni la capacidad de formación profesional para los estudiantes, sino haber adquirido un diploma en una universidad extranjera. En la docencia se impuso el imperio de los posgrados, por encima de la sabiduría y la capacidad pedagógica, siendo que todo el mundo sabe, cómo se obtienen diplomas de posgrado, dentro de la modalidad actual de mercantilización del conocimiento.

Pero, por supuesto, lo más grave no es la docencia universitaria cuyo patrón de calidad, en las ciencias sociales, se ha rebajado substancialmente, sino cómo en el campo epistemológico se obstaculiza la generación de conocimiento propio y la construcción de ciencia a partir del conocimiento popular.  En las ciencias sociales, hoy solo es válido, si el concepto para abordar un objeto de conocimiento, proviene de un autor norteamericano o europeo y quienes han viajado a que les inyecten lavado de cerebro en esos países, se encargan de reproducir y sostener el paradigma. Por ello, la imposición de la corriente neoliberal, cuyo propósito es el de sustentar el dominio del capitalismo rentista y su concepción sobre la finalidad del Estado, al que solamente utilizan para exprimirlo, ha encontrado su más fuerte aliado en la teoría del conocimiento postmoderna, que legitima intelectualmente todas las manifestaciones consecuentes con los intereses del capitalismo rentista y su propósito de bajar el gasto público a como dé lugar. En la esfera del pensamiento, todos los movimientos están fríamente calculados y el gran negocio de los centros de poder económico mundial es mantenernos dentro de la órbita del colonialismo intelectual.

martes, 18 de junio de 2019

LA DISCUSIÓN SOBRE EL DESEMPLEO

Hace un poco más de una semana, la pelea del gobierno fue contra el Banco de la República, dentro de esa maña del gobierno de pelear con todo aquel que desmienta sus informaciones, casi todas mentirosa y con el propósito de engañar a la opinión públicas, por motivo de la situación de la economía que el Banco ha declarado que se encuentra estancada, tal como lo señaló esta columna el 22 de mayo en un artículo titulado “Rumbo al Abismo”. Carrasquilla inmediatamente tildó al banco de mentiroso y solicitó sustentación con datos.

El mejor dato para mostrar el estancamiento es la tasa de desempleo, que produce el mismo organismo oficial de las estadísticas y el encargado de llevar las cuentas macroeconómicas. La última tasa reconocida fue de 10.3 % en el mes de abril, una cifra que no muestra la realidad objetiva del fenómeno, en razón a la metodología que utiliza el DANE para su medición. Este organismo considera que si una persona trabajo una (1) hora en la semana anterior y generó ingresos con ese trabajo, entonces no es desempleado. Así que para el DANE, los actores del rebusque vendiendo comestibles en el semáforo, no son desempleados y por lo tanto no entran el cálculo del desempleo. Es decir el subempleo y el desempleo disfrazado, para los fines de la tasa calculada, son también empleados.

Pero si excluimos de la categoría de empleados a estas dos manifestaciones anormales e informales, el número de empleados, o sea los que laboran tiempo completo con salario completo y la carga prestacional, son muy poquitos en relación con la Población Económicamente Activa (PEA) y por lo tanto la real tasa de desempleo es igual o mayor al 50 %. Todo el mundo sabe de la gran cantidad de personas que trabajan en el rebusque y en condiciones laborales por debajo de las exigidas en la ley, incluidos los contratistas de prestación de servicios del Estado mismo, quienes no devengan ni seguridad social ni prestaciones sociales.

A pesar de que el gobierno ha impuesto medidas fiscales y laborales para bajar los costos de las empresas disque para que haya generación de puestos de trabajo, esta política no ha generado los resultados esperados como se deduce de la tasa de desempleo reconocido, lo cual significa que hay otros factores que están influyendo y en este caso, se trata de la contracción de la Demanda Agregada, principal causa del estancamiento de la economía. Si no hubiera recesión, probablemente, no es seguro, que el desempleo no se hubiera elevado tanto y hoy no existiría cerca de 2,5 millones de personas en edad de trabajar y dispuesta para hacerlo, totalmente desocupadas. Una magnitud, como si toda la población fuera PEA, de una ciudad del tamaño de Medellín, totalmente desocupada.

Claro que el origen del problema es estructural y se gesta en la misma constitución política, que obliga a que la política macroeconómica se dedique a frenar la inflación para favorecer a los capitalistas rentistas, en lugar de hacerlo, como antes de 1991, a promover el empleo. Pero además las condiciones estructurales de la economía colombiana con alta dependencia de las fuerzas externas y la invasión de productos extranjeros que castran el fortalecimiento de aparato productivo nacional, son principalmente los factores que se deben tener en cuenta dentro de la discusión sobre el desempleo. 

miércoles, 12 de junio de 2019

TAREA PARA LAS CORPORACIONES ADMINISTRATIVAS

Ahora que se vive el proceso electoral y que los candidatos se alistan para los comicios del 27 de octubre, bien vale recordar el papel que los elegidos en las corporaciones administrativas tienen que considerar en el marco de las funciones y competencias de estos órganos de elección popular. En ambos casos, asambleas y concejos, solo dos procesos misionales hacen parte del mapa respectivo o modelo de operación: por un lado, la aprobación de ordenanzas o acuerdos, según el caso, y por el otro ejercer el control político a los gobernantes de turno.

La función del control político es un rol tan antiguo como la palabra democracia. Tuvo su génesis allá mismo en Grecia y por esos mismos tiempos, es decir, cinco siglos antes de Cristo y desde entonces, el fundamento y el enfoque ha sido el mismo, aun atravesando eventos históricos tan trascendentales como la edad media con sus instituciones religiosas y más adelante en la construcción del Estado Moderno, con Revolución Francesa y todo, así como los aportes de los alemanes en la concepción del Estado, donde se destacan las contribuciones al Estado Social y al Estado de Derecho. El Control Político sigue vivito y coleando sobre las mismas bases de hace 2.500 años.

Pero los tiempos cambiaron para el siglo veinte y según las condiciones del Modelo Gerencial propio del Estado Postmoderno, es hora de revisar los fundamentos del Control Político y ajustar su concepto a las características y operación del organismo, bajo los patrones que actualmente rigen la relación Estado-Sociedad, ahora cuando lo público navega en el mercado como cualquier mercancía y el patrón político se debe ceñir a los parámetros de la Democracias Representativa.

Hacia adelante, el Control Político no debe seguir enfocándose como un cruce de miradas entre los organismos de poder para evitar el desborde de alguno de ellos en el cumplimiento de sus funciones, sino como un proceso obligado en la gestión pública, derivado del sentido gerencial del tipo de Estado actual, donde, ahora, el MIPG marca pautas para el ejercicio del control. Más aún, cuando esta figura por lo general se utiliza caprichosamente, más para fastidiar a funcionarios del gobierno, que para fortalecer la gestión pública con la satisfacción de las necesidades de la comunidad.

El Modelo Gerencial contempla los tres procesos, planificar, ejecutar y controlar, y en este último se ubican los controles, social, fiscal, disciplinario e interno o de gestión, a los cuales hay que sumarles el control político a cargo de la corporación administrativa, el cual debe alejarse del sentido clásico originario en los griegos y adaptarse al sentido de la administración científica originario a comienzos del Siglo XX, debidamente adaptado a los patrones que hoy imponen los modelos de gerencia pública. Ya el enfoque tradicional se volvió anacrónico y por ello surge la nueva tarea para las corporaciones administrativas.

martes, 4 de junio de 2019

EL DEBATE SOBRE LA JUSTICIA

Leyendo los escritos de los juristas, o sea de las personas que sí saben de Derecho, se encuentra que las modalidades de justicia son varias y no una sola, como tradicionalmente se nos ha hecho creer, lo cual también nos permite comprender la discusión que se realiza en Colombia relacionada con este tema, que, como ya es costumbre, ha metido al país en la consabida polarización politiquera que se ha vuelto fastidiosa.

Según estos expertos, en el mundo existe varias modalidades, para algunos más, para otros menos, pero en general se puede agrupar en cuatro (4) grandes tipos: justicia distributiva, justicia procesal, justicia retributiva y justicia restaurativa. El problema está, en cuál es el concepto de justicia que la idiosincrasia o ideología ha metido en la cabeza de la mayoría de colombianos, lo cual data desde la infancia, con mecanismos que se enraízan en el subconsciente y que en la edad adulta dificultan la comprensión de variantes que se apartan del patrón mental.  

La mayoría de los adultos de hoy, han sido formados con el principio de la “justicia de la chancleta”, cuando la madre aplicaba el mecanismo del castigo como reacción a una falta cometida por el niño. Si el niño quebraba el adorno de la sala, la reacción de madre era la de aplicar la sanción con castigo mediante el chancletazo o con otro adminículo, pero siempre con la satisfacción del castigo, sin importar qué iba a pasar con el susodicho adorno. No importa si la sala se queda sin adorno, lo importante es que al autor se le ha castigado y eso es lo justo.

Por supuesto, en una cultura así construida, donde la justicia es equivalente al castigo, sin considerar la pérdida causada o el daño propiciado con la infracción, la mentalidad de la gente sólo acepta la Justicia Retributiva, o sea la que se basa en el castigo, y le cuesta mucho trabajo comprender y aceptar, los otros tres tipos, principalmente el de la Justicia Restaurativa, que se preocupa más por la restauración del daño causado o el bienestar de la víctima, que por asestarle el castigo al autor. De la misma forma, tampoco entiende ni acepta la Justicia Distributiva que trata de temas económicos y la Justicia Procesal que se refiere al trato que reciben los individuos. Aquí, si no se da el chancletazo, entonces hay impunidad.

Mirando así el debate actual, se deduce que el problema no está en la modalidad de justicia que se aplique, sino en la mentalidad de las personas que por razón de los patrones culturales, ha empotrado en la conciencia argumentos que bloquean el pensamiento, a la aceptación de otras variantes de la justicia que en todo el mundo son aceptadas menos en Colombia. Es la idiosincrasia y no la justicia, lo que se aleja de la realidad histórica y no permite examinar con pragmatismo la coyuntura sociopolítica que busca construir un clima de convivencia armónica y pacífica para superar el conflicto de más de medio siglo.

Es una dura batalla que debe afrontar la conceptualización del derecho, ya que el contrincante es nada más ni nada menos, que la cultura o idiosincrasia, cuyos patrones son tan duros, que por lo general gana las batallas. Luchar contra los patrones de la conciencia colectiva que determinan la conducta social es bastante difícil, pero en aras de la adaptación del país a la realidad histórica, es necesario no bajar los brazos, sino fortalecer y ajustar la estrategia adecuada de concientización y educación para afrontar con altura el debate sobre la justicia.