martes, 27 de noviembre de 2018

LOS ALCANCES DE LA CIBERGUERRA


En lo que va corrido de este siglo XXI, el ciberespacio se ha convertido en otro campo de operaciones bélicas, donde se concentran ataques y defensas, ya no con tanques de guerra o aviones bombarderos, sino con tropas de hackers y mecanismos informáticos sustentados en los avances de las TICS. Se han visto acciones de espionaje industrial, de saboteos a instalaciones y diversos tipos de ciberataques de carácter económico, lo cual es “normal” en un sistema de mercado donde la competencia desleal y la guerra de la mercadotecnia es válida; pero ahora se torna preocupante, desde el punto de vista sociológico, la extensión del fenómeno al terreno político y los efectos en el funcionamiento del régimen y los sistemas que enlazan a la sociedad con el Estado.

Ya se observó en la pasada campaña electoral por la presidencia de Estados Unidos, según se deduce de los informes de prensa donde se denuncia interferencias de Rusia que influenciaron a los electores. Y más claro y más cercano, lo que fue la campaña a la presidencia de Colombia, donde la guerra sucia y la propaganda negra contra uno de los candidatos, fueron factores determinantes de los resultados electorales.

Ejércitos completos con bases de operación y la suficiente dotación tecnológica, es ahora el instrumento con que los centros de poder mundial, que se concentran en los países poderosos como Estados Unidos, Rusia y China, utilizan para influenciar a los demás e imponer su dominación sobre los países dependientes y lograr que en estos se realice la voluntad de los fuertes. Tanto es así, que el Secretario General de la ONU ha dicho "Ya existen episodios de guerra cibernética entre Estados. Y lo peor es que no hay un esquema reglamentario para este tipo de guerra, no está claro si ahí se aplica la Convención de Ginebra o el Derecho Internacional pueden aplicarse en estos casos".

Se realizan ataques con virus, se hackean las cuentas, se crean cuentas falsas en las redes sociales como Facebook o twitter y a partir de ahí, se generan noticias falsas, se expanden memes con mensaje subliminales que alteran la conducta psicológica de la gente, dañan la imagen de alguna persona, calumnian, generan opinión y en general, todo tipo de conductas que distorsionan el comportamiento limpio y transparente de los ciudadanos.

Es un nuevo fenómeno político que se introduce en las relaciones Estado-Sociedad y que genera preocupación por el fortalecimiento de la capacidad de dominación de los grupos globales y los nacionales que tienen la facilidad de comprar o pagar la tecnología necesaria para estos procesos, creándose así en el terreno de la política, un nuevo y peligroso espacio dentro de los alcances de la ciberguerra.


martes, 20 de noviembre de 2018

MECANISMOS DE GENERACIÓN DE EMPLEO

Además de la causa de fondo de la crisis fiscal que hoy afronta la nación que radica en la estructura de financiamiento del Estado, impuesta por vía constitucional en 1991, hay dos factores, entre varios, que son relevantes, los cuales vienen desde el gobierno de Álvaro Uribe: uno de ellos es la elevada colocación de papeles de deuda con vencimiento en los próximos años y otra la exención o exoneración tributaria que Uribe concedió a las multinacionales y a los especuladores internacionales del dinero bajo su política de confianza inversionista, la cual disminuyó los ingresos del Estado en cerca de ocho billones al año, de modo que durante la década que ha trascurrido, ha golpeado las arcas del fisco en cerca de 80 billones de pesos, que si se hubieran percibido, hoy no estaría Duque afrontando la actual escases.

En días pasados, un twitero le señaló este caso al expresidente, ante lo cual la respuesta del hoy senador fue tratarlo de ignorante porque, según él, dicho twitero no conoce los métodos para generar empleo y reactivar la economía, lo que justificaría la exención de impuestos a los ricos de marras. Pero si consideramos los argumentos conceptuales, los sucesos históricos y los hechos prácticos, quien es verdaderamente ignorante es Álvaro Uribe, o se hace el menso para aplicar su política de favorecimiento al gran capital de mala fe y con conocimiento de causa.

En el campo conceptual, desde los años treinta del siglo pasado, se ha dejado claro que el empleo solo se aumenta si crece la demanda agregada, por lo cual durante medio siglo, la teoría keynesiana fue dominante, hasta que el capitalismo rentista despojó a los industriales del manejo del Estado. La historia ha demostrado en muchos países que las políticas fiscales de incentivos tributarios no generan los resultados que se le atribuyen; y la realidad práctica deja ver que los empresarios enganchan trabajadores solo para atender los pedidos de sus clientes. Jamás vinculan trabajadores para sentarlos a mirar el paisaje haciendo nada, solo porque sus impuestos son bajos.

Para los capitalistas, la disminución de impuestos es un buen negocio y por eso es un propósito, pensando en sus ganancias y no pensando en la creación de empleos. Por lo tanto, está históricamente demostrado, que es una falacia seguir pensando que mediante las políticas tributaria de exonerar de carga a los empresarios, sirve para generar empleo. Los fenómenos económicos demuestran con claridad, que la reactivación de la economía depende de que haya gente en la calle con dinero en la mano para comprar bienes y servicios y que los empresarios solo crean puestos de trabajo cuando su demanda así se los exige, independientemente de que les toque o no pagar impuestos. Cuando el negocio es bueno y rentable, aguanta cualquier costo incluido el de los impuestos. O sino, que lo diga el narcotráfico, que soporta todo tipo de costos incluyendo las tajadas a la autoridad, porque la gran demanda de consumo en segmentos de altos ingresos de Norteamérica y Europa, son suficientes para hacer de este negocio ilegal una operación muy rentable.

Que no se trate de engañar a la opinión pública imponiendo la carga tributaria a las clases de menores ingresos con el argumento del empleo, que esto es totalmente falso. Que se diga la verdad reconociendo el interés de la política de gobierno por favorecer a los poderosos y propiciar mayor concentración de la riqueza y no se use el argumento mentiroso de los mecanismos de generación de empleo.

martes, 13 de noviembre de 2018

EL DILEMA DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE

Es claro y generalmente aceptado, que Colombia necesita cambios o reformas en varios aspectos de la vida institucional, como son el sistema judicial, el régimen político, el congreso de la república, la estructura de financiamiento del Estado, el régimen territorial y el Banco de la República, entre otros, ajustes que requieren de modificaciones a la Constitución Política. Pero también está probado en repetidas ocasiones, que a través del Congreso no es posible realizar estas reformas constitucionales por cuanto los miembros de esa corporación no legislan considerando en interés general y el bien común, sino con base en sus propios intereses personales. Es decir, legislan para sí mismos y no para beneficio del país.

Pero para algunos, quienes no desean cambios profundos en las estructura del Estado, este mecanismo de reforma constitucional es peligroso, porque desde 1991 quedó sentada la doctrina de que este órgano tiene poder supremo, por encima del Congreso y con facultades, inclusive, de cambiar todo el aparato de Estado como ocurrió en 1991 para facilitar la implementación de las medidas impuestas por el Consenso de Washington, que la vieja constitución de 1886 no permitía imponer. Se derogó el Estado Interventor-Benefactor o Estado de Bienestar con soporte conceptual keynesiano y modelo administrativo burocrático, y se impuso el Estado Social de Derecho que habían diseñado los alemanes en los años treinta, con soporte conceptual neoliberal y modelo administrativo gerencial.

No obstante, en campaña presidencial, el candidato Petro propuso una Asamblea Constituyente, ante lo cual los rivales se opusieron con el argumento de que quería montar el Castrochavismo en Colombia. Pero ahora el presidente del Congreso, un miembro purasangre del neonazismo que gobierna el país, está haciendo la misma propuesta. O sea desde la otra orilla política.

En principio pudiéramos decir que sigue siendo válida la salida de las reformas por esta vía. Pero también mirando las experiencias, como la del plebiscito de aprobación del acuerdo con las Farc y la consulta anticorrupción, se deduce que la calidad de la cultura política colombiana no tiene las características adecuadas para que el elector primario designe los miembros de esta asamblea en concordancia con las verdaderas necesidades del país. Se corre el riesgo que nuevamente, con el uso de los medios de comunicación y los métodos sucios del marketing político, se conforme un organismo corporativo que imponga normas perjudiciales a los intereses del pueblo y termine ajustando el Estado a la perpetuidad en el poder de las élites que hoy pretenden ejercer su dominación sin ningún control. Si la cultura política colombiana tuviera la suficiente conciencia y el pueblo votara pensando más en el interés colectivo y menos en su beneficio personal del voto, probablemente esta sería la mejor solución; pero ante nuestra realidad ideológica, la propuesta de Macías lo que hace es recordar que la fórmula es conveniente pero peligrosa y con ello reiterar el dilema de la Asamblea Constituyente.

martes, 6 de noviembre de 2018

LA DERECHIZACIÓN DEL CONTINENTE

Desde tiempos muy remotos en la historia de la humanidad, se ha visto que los fenómenos políticos al interior de los países, son consecuencia de los sucesos económicos que ocurren a nivel mundial, donde los protagonistas son los grandes grupos de poder universal que ejercen influencia sobre los más pequeños para obtener beneficios. Para no recordar hechos de la edad antigua ni de edad media, miremos simplemente el siglo 19 y el caso de Inglaterra con su dominación en el resto del mundo, que en Colombia determinó la Constitución de 1886.

Se preguntan los observadores sobre qué está sucediendo en Suramérica, que a comienzos del siglo fue escenario de una ola de “izquierdización” de los gobiernos y que ahora al terminar la segunda década está ocurriendo todo lo contrario. Solo quedan Bolivia y Venezuela, que no durarán mucho tiempo y, con seguridad, cambiarán de bando en el próximo período de gobierno, así como, también con seguridad, ni Petro, ni ningún candidato que venga de la vieja izquierda del siglo anterior, será presidente en Colombia.

Los grupos de poder mundial, que manejan recursos en sumas incalculables, tienen dinero para hacer lo que quieran, casi todas las veces con métodos ocultos ante la opinión pública, pero suficientemente efectivos para lograr sus propósitos. Usan los aparatos ideológicos para maniobrar la cultura política, los medios de comunicación, de los cuales son propietarios, para manejar la propaganda negra y la guerra sucia contra sus opositores, financian campañas y candidatos, compran conciencias, líderes populares y electores; influyen en las autoridades electorales y tienen sofisticada tecnología para manipular los sistemas electrónicos de escrutinio. Nadie ha contado los votos físicamente uno a uno, para ver si el conteo coincide con el escrutinio de los sistemas electrónicos.

Los analistas de la geopolítica y la geoestrategia actual, que no creen en la autonomía e independencia política de los países emergentes, consideran que los cambios de gobierno son una consecuencia de la confrontación entre el “Nuevo Orden Mundial” y la “Nueva Ruta de la Seda”. El primero que gira en torno a la Reserva Federal de USA y cuyos agentes operadores son los fondos de inversión, que tienen secuestrados a los gobiernos mediante el control de los bancos centrales y políticas de freno a la inflación y disminución del gasto público, es decir acciones concentradas en el sector monetario de la economía, mientras que por otro lado, está China montada sobre el sector real de la economía financiando infraestructura y sentando las bases para el comercio global de mercancías. El Capitalismo Rentista auspiciado por el Club Bilderberg con su política del Nuevo Orden Mundial, está asustado porque siente pasos de animal grande con los avances de China y su Nueva Ruta de la Seda y por ello está tomando precauciones para evitar que los países occidentales pasen a la influencia de los chinos; y por ello, está usando todo su poder para promover gobiernos que favorecen sus intereses mediante políticas neoliberales, esas que promueven los grupos que se denominan de derecha.

Por supuesto, es una pelea de tigre con burro amarrado, porque, tarde o temprano, el sector real, donde están los bienes y servicios, pasará por encima del sector monetario que solo teje ilusiones a través de los sistemas electrónicos, donde no hay mercancías para satisfacer las necesidades humanas; y por eso el peso de la economía real de la infraestructura y el comercio de los chinos, prevalecerá, aunque hoy las precauciones de los fondos estén promoviendo la derechización del continente.