miércoles, 25 de julio de 2012

OJALA QUE SIRVA PARA ALGO

Ahora sí aparecieron todos los “caucanólogos” y los “indigenólogos” en Bogotá. En otras épocas, la prensa bogotana ni siquiera miraba al Cauca, porque acá no hay grandes empresas que generan pauta; pero ahora, siguiendo los principios amarillistas de los modelos gringos de periodismo, el conflicto entre los organismos del Estado y la organización indígena se convirtió en noticia y con ello arrastró a los columnistas de la gran prensa bogotana. Todos se volvieron expertos en el tema, pero más con criterios subjetivos y basados en el sentido común que sustentados en análisis sociológicos serios. Todos afirman saber sobre las causas y por supuesto, formulan sus respectivas fórmulas de solución. Mientras ellos allá pontifican sobre lo divino y lo humano de este departamento, nosotros acá continuamos experimentando en carne propia los nocivos efectos, no sólo del conflicto del nororiente del departamento, sino de la crisis generalizada en materia social y económica que se vive en toda la extensión territorial.

Es lamentable por supuesto, que sea a partir de hechos de descomposición social que este departamento se coloque en los primeros lugares de las agendas institucionales; porque además de los periodistas, también los organismos del gobierno nacional ahora sí están pensando en este territorio. Cuándo se había visto, por ejemplo, un Consejo de Ministros en un municipio caucano? O que se crearan comisiones en el ejecutivo y, según dijo Roy Barreras, también en el legislativo para estudiar los problemas del Cauca? Se habla del Plan Cauca que para comenzar, dispone de 500 mil millones, que Dios quiera no sea solo palabras y en fin, no recuerdo que antes se hubiera dicho tanto sobre el departamento del Cauca. Ni siquiera cuando el terremoto de Popayán y la avalancha del Páez. Pero hay algo que sí es claro, según la teoría del análisis regional y los casos reales de muchas partes del mundo, el problema del Cauca sólo lo resuelven los caucanos y acá en su territorio. No esperemos mucho del gobierno nacional y mucho menos, si ahí está metiendo la mano el DNP. La nación es para que apoye con recursos pero no más. Los procesos sociales y económicos son endógenos y autónomos.

Sin embargo, hay un refrán que dice que no hay mal que por bien no venga y otro que dice que los dedos se levantan cuando se siente el tropezón y muchas otras frases que se refieren a convertir en oportunidades los fenómenos problémicos. Se trata de aprovechar  estas eventualidades para, a partir de ahí, encontrar caminos constructivos que permitan orientar el futuro por otros rumbos que enderecen la trayectoria anterior y conduzcan hacia objetivos de cambio para mejorar. Rogamos entonces para que el conflicto observado por el mundo entero según lo reseña la prensa internacional, ojalá que sirva para algo.