En los
últimos días se han difundido las palabras de importantes exponentes del poder
económico global, que destacan la necesidad de disminuir la población mundial
por motivo del riesgo para la economía, argumento totalmente inhumanos y
antinatural, si se tiene en cuenta la esencia de la economía y sus funciones en
el marco de las leyes de la naturaleza.
Pero más
que el desconocimiento de la misión biológica de la economía en materia de
conservación de la especie, lo que demuestra el absurdo de sus afirmaciones son
las cifras sobre demografía y economía que se publican en órganos ampliamente
conocidos. Si examinamos el tema de la población, vemos que los 7.700 millones
de habitantes de la tierra, se asientan en una superficie de 150 millones de
kilómetros cuadrados, lo que significa una densidad de población de 51.3
habitantes por kilómetro cuadrado, nada preocupante, si se considera que en
Colombia existen 44 habitantes por kilómetro cuadrado y en Ecuador 58
habitantes. En Europa el promedio es de una densidad de 32 habitantes por
kilómetro cuadrado, con existencia de países como Islandia donde la densidad es
de 3 habitantes. Entonces el argumento de que existe mucha población es un
cuento sin fundamento, ya que el PIB del mundo es de aproximadamente 86
billones de dólares, lo que representa un PIB per cápita mundial de
aproximadamente 10.800 dólares. En Colombia el PIB per cápita es de
aproximadamente 6.700 dólares, o sea que este país está por debajo del promedio
mundial. Las cifras son normalitas.
Lo que
realmente demuestra la existencia del problema, son las cifras de distribución
de la riqueza mundial, donde las 26 personas más ricas poseen el mismo
patrimonio que tienen las 3.800 millones de personas más pobres, según datos del
mismo Banco Mundial, en las que también se observa que el 1 % de las personas
del mundo poseen la misma riqueza sumada del restante 99 % de habitantes. Estos
mismos datos del organismo multilateral señalan que el 0,7 % de las personas
posee el 45,2 % de la riqueza y que el 71 % de la población solo alcanza a
llegar al 3 % de la riqueza mundial. Ahí es donde está el problema.
El
comportamiento de las cifras durante las últimas tres décadas, muestra cómo, es
a partir de la implantación del modelo de la globalización financiera y el
capitalismo rentista cuyo poder económico y político se asienta en los fondos
de inversión y el sector financiero, cuando la tendencia de acumulación
concentrada de riqueza se agudiza hasta llegar a la situación de hoy, en que los
20 más grandes fondos poseen un patrimonio estimado de 32.3 billones de
dólares. Por supuesto, este modelo no hubiera podido consolidarse si no existiera
en cada país, élites políticas que se nutren de las migajas que los ricos del
mundo les dan, sin cuya complicidad no hubiera prosperado el esquema económico.
Ahora
los beneficiarios del modelo están viendo los riesgos que sus efectos causan a
la existencia de la humanidad y del mismo planeta, y proponen buscar el ahogado
río arriba, o como el chiste del pastuso, proponen vender el sofá para solucionar
la infidelidad de la esposa. En lugar de aceptar fórmulas que permitan aliviar
la desigualdad con una distribución de la riqueza más equitativa, proponen el
asesinato de miles de millones de personas para bajar la presión contra sus
excesivos patrimonios concentrados, desconociendo que el mecanismo de la
acumulación de su riqueza, se debe, precisamente, a la existencia de las grande
capas de población pobre, porque en la economía funciona la Partida Doble,
donde unos reciben y otros pagan y por esa ignorancia y su avaricia, solo se
les ocurre como fórmula salvadora de sus
intereses, hablar de la sobrepoblación del mundo.