miércoles, 28 de junio de 2017

ACERCA DEL NUEVO DEPARTAMENTO

La propuesta de un nuevo departamento en el norte del Cauca, que por cierto no es nueva, ha creado revuelo entre quienes están a favor y quienes se oponen, cada bando con sus correspondientes argumentos. Pero lo cierto es que cuando se trata el tema del ordenamiento territorial, es obligatorio hablar de nuevos linderos en los territorios de competencia de las entidades administradoras de territorio. Tal vez, esa es la razón por la cual aún no se ha podido expedir la ley de ordenamiento territorial que manda la Constitución Política, ya que la Ley 1454 de 2011, mal llamada ley de ordenamiento territorial, no determina el ordenamiento requerido, sino que se limita a fijar los principios que lo rigen y es, ante todo, una ley que reforma la administración territorial creando nuevos entes administradores a partir de los viejos entes existentes desde 1886.

En la teoría del ordenamiento territorial prevalecen dos enfoques que les llamas de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. Para el caso de la cobertura nacional del territorio, se destaca el de arriba hacia abajo y en este enfoque son relevantes los factores de homogeneidad regional de carácter natural o geográfico, los socioeconómicos y por supuesto, los de administración territorial que se manifiestan mediante los linderos de las entidades territoriales. El ordenamiento, significa el mayor grado posible de armonización de los tres factores de homogeneidad, por lo que al primero que hay que echarle mano es a los linderos de los territorios de competencia de los gobernantes, o sea linderos de departamentos y municipios, por cuanto los otros dos son más rígidos como es el caso de las regiones socioeconómicas, que se definen a partir de las condiciones del mercado y los servicios institucionales; y claro, los naturales que no se pueden modificar, por lo que se convierten en factor determinante de las regiones.

Si la creación de un departamento o la modificación de los linderos es el resultado de una construcción social del territorio que se acomoda a las condiciones geográficas y socioeconómicas, hay que aceptarlo. Pero si dicho proceso es el resultado de conveniencias políticas como ocurrió con la formación de los departamentos colombianos, que fueron definidos para calmar los apetitos de las élites regionales y las conveniencias de los grupos de poder en Bogotá, el producto de nuevas entidades territoriales es un absurdo. Por eso, el caso de la propuesta de nuevo departamento en el norte del Cauca, no puede ser analizado a partir de emociones ni sentimientos, ni mucho menos de intereses políticos, sino a partir de un análisis serio, muy técnico, sobre el ordenamiento territorial, que no se debe circunscribir únicamente a esa zona, sino que debe contemplar la totalidad del departamento del Cauca y tener en cuenta también el sur del departamento del Valle. La decisión debe ser tomada con base en estudios soportados con modelos teóricos y donde la participación social de base, no de los políticos, sea relevante, porque también se corre el riesgo de que apetitos burocráticos locales lleven al traste a la participación, que, debido al bajo nivel de cultura política reinante, es posible que las comunidades se dejen arrastrar y el proceso de ordenamiento territorial se lleve al fracaso con decisiones equivocadas acerca del nuevo departamento.

martes, 20 de junio de 2017

EL FRENO A LAS FOTOMULTAS

El desenfreno de las fotomultas no es el único caso del ya exagerado degeneramiento institucional que existe en el sector de tránsito y transporte donde el saqueo de los bienes públicos es rasgo característico relevante. La corrupción no se limita solamente a la apropiación de los recursos fiscales, sino que ahora en época de la posmodernidad y sustentada en el pensamiento neoliberal, es aún más grave por el aprovechamiento de los bienes públicos para que, mediante la privatización, se convierta en factor de beneficio personal de algunos pocos, que, aprovechando el cargo en la administración del Estado, toman decisiones con base, no en el bien común y el bienestar general, sino en el favorecimiento de su propio bolsillo.

El sector de tránsito y transporte es tal vez el más vulnerado con esta modalidad porque sus particularidades así lo permiten. Los argumentos o justificaciones para imponer normas al público guardan una lógica que es casi imposible rebatir, los sujetos pasivos a quienes les meten la mano al bolsillo por lo general no son de los estratos más bajos, la movilidad y la seguridad opacan cualquier otro aspecto, etc. Por eso el mecanismo es sencillo: se impone una norma obligatoria y se entrega a algún particular su administración y por supuesto, la facultad para el recaudo, a cambio de una comisión que recibe el funcionario corrupto.

Caso típico, por ejemplo, fue cuando establecieron la norma del examen médico para la licencia de conducción, cuya necesidad es discutible pero la justificación está dentro de una lógica imposible de contradecir. Crearon una empresa mercantil y a los quince días le entregaron la concesión monopolística sobre la facultad de realizar este examen médico vendiendo franquicias a los CRC por todo el país. Y así sucesivamente con los parqueaderos o patios que tradicionalmente se le han denominado, las grúas, el SOAT y por supuesto, las fotomultas, sin considerar los peajes en las carreteras y demás trámites como el RUNT y el resto de arandelas contempladas en el código de tránsito para hacerles el negocio a algunas empresas vendedoras de artículo o servicios.


En este sector institucional, el país está viviendo el más terrible azote de lo que es la privatización de lo público. Esa modalidad de conceder a una empresa privada la facultad de administrar un bien público y cobrar una tarifa a cambio, sin consideración por la cuantía, es la manera más perversa de saqueo indirecto de los recursos públicos, que en el caso de las fotomultas ya se estaba desbocando porque era muy fácil negociar con las autoridades municipales las tajadas para imponer el mecanismo y con ello favorecer a los grandes empresarios que contaban con los recursos para hacer las inversiones necesarias. Ahora el Congreso le metió la mano al tema creando limitaciones municipales y concentrando en la capital la posibilidad de los negociados, pero de todas maneras adoptando mecanismos suavizantes en todos los casos se convierten en el freno a las fotomultas.  

miércoles, 14 de junio de 2017

CONTRIBUCIONES DEL MAGISTERIO

Con el ya prolongado paro de los maestros surge nuevamente en la opinión pública la controversia entre quienes apoyan el suceso y quienes no lo comparten, preocupados por el tiempo que los estudiantes pierden en su proceso educativo. Algunos dicen que la discusión con el gobierno es puramente monetaria porque a los funcionarios no les interesa la educación y a los docentes no les interesa la calidad educativa, mientras los protagonistas dicen que la protesta obedece al propósito de defender la educación, independientemente de las condiciones pecuniarias de los maestros. En fin, hay de lado y lado.

Pero lo que sí es cierto es el gran potencial que encierra el gremio del magisterio como instrumento para apalancar los grandes cambios sociales. Los maestros se dan lujo de mantener a su disposición durante once años, en todo el día, a casi toda la población de jóvenes, justo, en época en que se está presentando el proceso de formación, por lo cual tiene la capacidad de influir en las mentes y en la definición de los principios y valores que rigen la conducta individual de la persona en el marco de la vida social. Es decir, en la formación de la conciencia social, idiosincrasia o cultura que llaman. Así, con los debidos estudios y estrategias planificadas, se pueden formular profundos objetivos de cambio, en esos aspectos dónde la cultura es factor determinante.

Un caso relevante que podemos tomar como ejemplo es la cultura política, donde se ubica la raíz de las quejas que de manera generalizada se manifiestan por el comportamiento de los ciudadanos en materia electoral: el voto movido por el interés personal dejando de lado el bien común y el interés general, lo que ha llevado la práctica política a la compra de conciencias con todo tipo de prebendas. Es desde la infancia y la juventud, cuando se puede realizar la transformación del pensamiento para corregir las actuales aberraciones que han desbocado en el degeneramiento del sistema político, el momento apropiado para ejecutar una estrategia de ajuste a la cultura política que corrija los actuales desvíos; pero no se está haciendo; y por el contrario, la elección de los personeros estudiantiles se ha convertido en un mecanismo retroalimentador de las actuales prácticas reprochables.

Al Estado no le interesa ni le conviene que se modifique la cultura política; pues sus funcionarios, precisamente, viven y se alimentan de las actuales condiciones. Por ello no se puede esperar que las iniciativas de cambio surjan del interior de los organismos oficiales. Pero es sensato pensar que, desde las organizaciones gremiales, que son parte de la sociedad civil, surjan las propuestas sobre estrategias para sacar al país del actual estado de caos, por lo cual es procedente la idea de que sea ahora, cuando se debate el tema del paro, cuando se consideren a fondo para el beneficio del país las contribuciones del magisterio. 

miércoles, 7 de junio de 2017

DUDAS SOBRE LA IZQUIERDA

Los términos izquierda y derecha en la esfera política datan desde la Revolución Francesa, cuando en la asamblea constituyente, a un lado y al otro se colocaron quienes eran partidarios y defensores del establecimiento, incluida la defensa de la aristocracia y los ricos de ese entonces, y al otro lado quienes, por el contrario, eran defensores del pueblo.

Durante gran parte del siglo pasado se utilizó también los mismos términos en el debate político, cuando los que la izquierda eran partidarios de solucionar la injusticia, desigualdad e inequidad social propia del sistema capitalista, proponiendo cambiar el sistema para implantar el mecanismo de la planificación como sustituto del mercado en el funcionamiento económico. La izquierda era partidaria del socialismo mientras que la derecha defendía el capitalismo. Pero a finales del siglo, los hechos históricos demostraron que los sistemas planificados no eran tan buenos como se esperaba, porque la economía no crece y en política, peor que en el capitalismo, el régimen de partido único permitía todo tipo de manifestaciones arbitrarias.

Ahora estamos en el siglo XXI y se sigue utilizando los mismos términos, por lo cual surge el interrogante sobre cuál es cada uno de ellos en el escenario político. Lo que vemos en Colombia hoy es que se les llama de izquierda a quienes pertenecieron a las corrientes ideológicas partidarias del socialismo en el siglo pasado. Pero esos postulados ya no tienen vigencia histórica por cuanto está probado que el socialismo no es la solución, ni siquiera con los ajustes planteados por Heinz Dieterich Steffan en el llamado Socialismo del Siglo XXI. Lo que vemos en Colombia es que, a quienes les llaman de izquierda, son simplemente los que están por fuera de las élites de poder de la oligarquía tradicional pero que son los mismos neoliberales de siempre.

No vemos un proyecto político alternativo al neoliberal con una impronta propiamente de izquierda. No basta con estar por fuera y en pugna con las élites tradicionales para ser de izquierda. Se requiere propuestas claras y viables en el campo económico que respondan a los requerimientos de las clases sociales golpeadas por el modelo neoliberal, cosa que los dirigentes “de izquierda” en Colombia no muestran. Cuál es la propuesta en materia de políticas macroeconómicas (fiscal, monetaria y cambiaria), cual es la propuesta sobre la estructura de financiamiento del Estado que es donde radica la esencia del neoliberalismo, cuál es la propuesta sobre el modelo de desarrollo, cual es la propuesta sobre políticas públicas sectoriales principalmente en los sectores sociales, cuál es su postura frente al Banco de la República, cuál es su posición frente al manejo de los bienes públicos y la privatización y así sucesivamente, sobre todos los temas donde el pensamiento neoliberal ha penetrado para favorecer el capitalismo rentista y todos sus mecanismos de concentración de la riqueza y generalización del desempleo y la pobreza. Se avecina la próxima campaña electoral y no se vislumbra que surja una propuesta verdaderamente de izquierda que tenga viabilidad dentro del sistema capitalista, el cual no se debe, ni puede, cambiar, por lo que continúan en el debate político las dudas sobre la izquierda.