martes, 25 de febrero de 2020

LA MENTIRA DEL CRECIMIENTO

Salió el gobierno a través de los medios, a hacer alharaca porque el año 2019, la economía colombiana supuestamente creció en 3,4 %, lo cual, ante la crisis del modelo neoliberal en todo el mundo, es una cifra satisfactoria. Pero, examinando la contabilidad económica del DANE, vemos que eso no es exactamente lo que ocurrió: la verdad es que la economía no creció sino que se infló. Por eso, aparece una estadística en la contabilidad que muestra una situación favorable, pero en la realidad lo que se percibe y se siente notoriamente, es la baja productividad, el desempleo escandaloso, que sobrepasa el 50 % si sumamos el desempleo abierto, el subempleo y el desempleo disfrazado; la Balanza de Pagos muestra un déficit en cuenta corriente alarmante y la desigualdad social es de las más altas del mundo, con un Coeficiente de Gini que sobrepasa el 0,5.

Si hubiera habido crecimiento de la economía, el aparato productivo estaría por encima de los sectores improductivos; o por lo menos, la participación de los sectores productivos estaría por encima del 50 %. Pero no. El aparato productivo solo alcanza el 31,7 %, que equivale a que este flaco, se echa al hombro un gordo improductivo, que pesa el 68,3 %.

No podemos celebrar una cifra en el PIB, cuyas fuentes que lo alimentan son: el consumo, en su mayoría a crédito o fiado;  el comercio que solo hace intermediación sobre la mercancía ya producida; la especulación con los bienes raíces y lo peor, las ganancias de los bancos y el sector financiero en general. Los tres, comercio, financiero e inmobiliario, constituyen el 30,3 % del PIB, casi igual al aparato productivo. Entonces, no hay por qué celebrar. Pero como es costumbre en el gobierno, por todo concepto están tratando de engañar a la opinión pública mostrando realidades que no lo son.

En otros países la medición de la economía la hacen utilizando el Producto Nacional Neto (PNN) en lugar del PIB, lo cual es más cierto. Porque el PIB engaña sobre la realidad del capital extranjero cuyos flujos seculares siempre presentan cifras mayores en los valores que salen del país que en los que entran, lo que constituye la principal causa del empobrecimiento histórico que viene ocurriendo y que la gente no se sabe explicar cuando manifiesta que, anteriormente, las condiciones de vida eran mejores que las presentes. Es común oír decir que a nuestros padres les tocó una época mejor que la de hoy cuando, dicen, “la plata no alcanza para nada”.

Mientras las políticas macroeconómicas sigan siendo de corte neoliberal, es decir para privilegiar el sector financiero, nunca se podrán fortalecer los sectores productivos, primarios y secundarios, y seguirá la debilidad en la economía mostrando la falsedad del crecimiento artificial ocasionado por las utilidades de los sectores terciarios, hoy afectados por el capital extranjero, propietario de varios bancos y cadenas comerciales, que tanto daño le hace al país en el largo plazo, como se puede ver en los datos históricos de la Balanza de Pagos. Y si el fortalecimiento del aparato productivo no ocurre incrementando su participación en el PIB por encima del 50 %, jamás podremos hablar de crecimiento de la economía y seguirán las manifestaciones de baja productividad, déficit en la cuenta corriente y elevada tasa de desempleo, síntomas de demuestran la mentira del crecimiento.

martes, 18 de febrero de 2020

GUERRA CONTRA EL ESTADO DEL BIENESTAR

Los neoliberales del mundo siempre, desde que asumieron el control del Estado por allá en los años ochenta, han utilizado el método de la mentira, el engaño, la calumnia y la propaganda sucia para conseguir sus propósitos, tal como lo hacen hoy para defender su modelo, ahora dando pataleadas de ahogado por la inminencia de su propia destrucción, y recurriendo también a mecanismos infames y salvajes para frenar a quienes se oponen a sus intenciones.

En sus orígenes, desplegaron una feroz campaña de desprestigio contra el Estado del Bienestar con el fin de desalojarlo del puesto y colocar ahí al Estado Neoliberal que hoy existe, lo cual hicieron utilizando el modelo del Estado Social de Derecho, que los alemanes habían creado en los años treinta precisamente, para proteger las necesidades humanas de las clases pobres, pero que el capitalismo rentista distorsionó para degenerar ese tipo de Estado en un instrumento al servicio y beneficio de los especuladores internacionales del dinero, hoy mal llamados inversionistas.

El primer argumento que utilizaron fue el de la crisis de la deuda, porque el organismo estaba endeudado. Pero si comparamos el volumen de la deuda pública conjunta de esa época con la que hoy tienen los fiscos de todo el mundo occidental, lo de los años ochenta son chichiguas o centavitos. Hoy incluyendo a USA, los Estados están endeudados hasta los tuétanos, ya no frente a los bancos como en esa época, sino frente a los capitalistas rentistas aglutinados en los diversos Fondos, principalmente.

Distorsionaron el concepto del “populismo”, una creación de corte marxista, que se desechaba porque para la izquierda, solo era válido el cambio de sistema económico con el fin de aliviar la situación de los pobres y no aceptaban otra salida. Los marxistas criticaban el socialismo utópico de la economía solidaria y el gasto público social. Ahora los neoliberales peyorativamente se refieren al populismo, como si fuera un pecado, desconociendo que el gasto público social es la esencia del Estado Social que los alemanes crearon en 1890 mediante la Constitución de Bismarck, respondiendo precisamente a la protesta popular.

Ahora, califican de “comunistas” a quienes proponen reivindicaciones para mejorar la dignidad humana, que ha sido golpeada con el modelo neoliberal y despliegan un feroz ataque con la fuerza pública y las bandas criminales clandestinas, en contra de los líderes sociales y defensores de derechos humanos y en general a todo aquel que pide el regreso al seno del Estado de los bienes públicos y los servicios sociales, que han sido privatizados para generar ganancias desmedidas a los capitalistas privatizadores y para disminuir el gasto público con el fin de salvaguardar el servicio de la deuda, que es lo único que interesa a los neoliberales. 

En los años ochenta, recién tomado el poder por parte del Capitalismo Rentista, al Estado del Bienestar le endilgaron todo tipo de fallas, como las del modelo burocrático que terminan en ineficiencia e ineficacia, lo cual no es por culpa del tipo de Estado, sino por las aberraciones del régimen político, que aún existen y son peores, como se puede ver en las denuncias de Aida Merlano. El gran delito para ellos, era la emisión de dinero, que en muchos casos se manejó irresponsablemente, pero que constituía uno de los dos pilares de la soberanía del Estado, que ya hoy no tiene, por lo que su ejercicio está limitado únicamente a las fuerzas armadas.

Hoy la fuerza de la historia está demostrando que, por un lado, la solución a los problemas de la dignidad humana no está en el cambio de sistema económico para establecer el socialismo; y por otro lado, que solo el papel del Estado evita la crueldad de la ley del mercado en contra de la especie humana para mejorar las condiciones de vida de toda la humanidad y no solo de unos pocos, por lo cual es absolutamente insensato admitir la guerra contra en Estado del Bienestar.

martes, 11 de febrero de 2020

REFLEXIÓN SOBRE LA SIEMBRA DE ARBOLES

A propósito del planteamiento que hizo Duque en el Foro Económico de Davos, de que a 2022 el gobierno propiciaría la siembra de 180 millones de árboles en todo el país, bien vale hacer un juicio sobre la viabilidad operativa de esa idea, que podría tener el dinero para su financiamiento si hay voluntad política para hacerlo, pero que otros factores también inciden en la posibilidad real de la meta. La ejecución del proyecto tendría un plazo de dos años, o sea la siembra de 7.5 millones de árboles mensuales, es decir, 1.750.000 semanales, que con suficiente personal e instrumentos, puede ser posible.

El problema surge es por otro lado. De dónde van a salir esa cantidad de plántulas para sembrar?? Dónde están los viveros para producir las plántulas que se requieren?? Donde están los germinadores y semilleros para generar esa cantidad de plántulas, que en condiciones optimistas, se debe sembrar más de 220 millones de semillas para que se produzcan 180 millones de árboles en condiciones de siembra??

Se necesita llenar con sustrato 2.2 millones de bolsas en la semanal. Si suponemos que cada bolsa se alista con un kilo de sustrato, que puede variar según la especie forestal, se requieren 2.200 toneladas de sustrato a la semana. Y como se requieren aproximadamente 21 metros cuadrados de terreno para mil bolsas, que puede variar según la especie, y si suponemos que las plántulas tardan medio año para estar en condiciones de siembra definitiva, las 55 millones de bolsas semestrales necesitan aproximadamente 115 hectáreas de terreno para su alistamiento. Pero además de los anteriores requerimientos, cómo se van a producir las 55 mil toneladas de sustrato semestral, con qué equipos se va a realiza la mezcla y de dónde van a salir los insumos como el aserrín, el humus y demás materiales en esa cantidad??

De manera que el gran cuello de botella no es tanto en la siembra de los árboles en el lugar definitivo, que contando con 20 mil camiones se pueden llevar simultáneamente los 55 millones de árboles dos veces al año a las zonas de siembra; y pagando el personal para el ahoyado, siembra y primera fertilización, más un ejército de técnicos para supervisar la siembra, el propósito se puede lograr. No obstante, la producción de las plántulas para sembrar, sí presenta serios inconvenientes operativos porque la dotación de grandes viveros en el país, es muy limitada y tendría que comenzar por construir por lo menos 400 viveros con capacidad de 500 mil plántulas semestrales, dotados de equipos mecánicos de tamaño industrial para la mezcla de sustrato y el llenado de bolsas; el trasplante se haría manual y se crearían miles de empleos.

Pero toda esta elucubración, sin tener en cuenta que no hay reglas estándar para el manejo de los viveros, porque todo depende de las especies y variedades vegetales y demás elementos técnicos del proceso; sin embargo, los cálculos a groso modo que se hacen ante la propuesta del gobierno, que se vuelve compromiso internacional por el escenario donde se presentó, no es para medir el tamaño de la lágrima, sino para pensar en la gravedad de la situación ambiental colombiana ocasionada por la tala y la deforestación. Me recuerda cuando hace como un cuarto de siglo, examinando desde la Subdirección Operativa de la CRC la tala de árboles para consumo de leña cuya cifra alcanzaba los 10 millones de palos al año y pensando en la reposición de los mismos, se evidenció que la capacidad de producción de plántulas en todo el departamento era tan solo de 600 mil al año. Ahora, la situación es peor y por eso, ante la realidad ambiental del país, a raíz de la oferta internacional de Duque, bien vale hacer una reflexión sobre la siembra de árboles.

martes, 4 de febrero de 2020

EL DILEMA DE LA AUTODEFENSA PERSONAL

La situación de inseguridad y peligro en los espacios públicos ha alcanzado niveles espeluznantes, como producto del proceso de descomposición social que viene ocurriendo en el presente siglo, donde el lumpen ha roto principios y valores antaño sustentados en la Ley de Dios o la Ley Natural y ha adoptado conductas antisociales altamente degeneradas y con características de depravación. Hoy la muerte no tiene significado meritorio en la vida humana y hace parte del trasegar cotidiano en la complejidad de la vida social.

Paralelamente a dicho fenómeno, la concepción de los problemas sociales y públicos de todo tipo, así como su solución, se ha revestido de enfoques y mecanismos sociológicos y políticos que también se alejan de lo que hasta el siglo pasado fueran normas de la moral y la ética propias de la ideología de la modernidad. Hoy, los patrones de la postmodernidad, paralelos al Estado Postmoderno y a la modalidad de capitalismo postindustrial con su régimen político de democracia participativa, están inculcando que los asuntos públicos no corresponden exclusivamente al Estado, sino que la sociedad debe participar en co-gestión para la solución de sus problemas y necesidades de toda clase, incluyendo la seguridad pública y la protección. Más allá de las competencias del Estado, también el uso de las competencias ciudadanas es necesario para alcanzar objetivos sociales de mejoramiento de las condición es de vida.  

Por supuesto, la filosofía, los fundamentos, la teoría y la doctrina del derecho, cuya génesis data de varios siglos atrás, se muestran desfasados frente a la realidad histórica de este siglo, donde se presentan casos que desbordan las bases del derecho y la justicia. Bien dicen en la opinión pública, que la humanidad está viviendo el día del apocalipsis, que por ser de carácter bíblico, no es un día de veinticuatro horas.

Se abre entonces el debate sobre la autoprotección humana y su relación con el paquete jurídico, el que legaliza las acciones individuales en el marco de la vida social. Está claro y es fácilmente demostrable, que la única forma de acabar con la delincuencia callejera y disminuir substancialmente los asaltos y atracos que atentan contra la propiedad individual y la vida humana, es con la autodefensa personal. Con un número plural de casos que se presenten, donde la víctima se defienda y ataque al delincuente, es suficiente para el escarmiento y así los antisociales dejarán de utilizar este método, ya que por esencia, el delincuente es cobarde y miedoso y en su acción, casi siempre van sobreseguros y aprovechando su situación dominante.

Pero también en la misma sociedad, se presenta alto riesgo por el otro lado, que puede abrir la puerta a fenómenos igualmente depravados, como el uso del mismo mecanismo en circunstancias políticas. En un país donde el asesinato de líderes populares es rutinario, no es descabellado pensar en el peligro de utilizar el mismo piso jurídico para hacer montajes y cegar la vida a personas por motivos políticos. La modalidad de la autodefensa tiene antecedentes ingratos, cuando se instauró con supuestos fines de protección frente a la delincuencia, que luego se degeneró en procesos criminales de usurpación de tierras y asesinatos masivos, de los que el país aún no conoce en su totalidad. No se puede asegurar que en el caso de la seguridad urbana vaya a ocurrir lo mismo, pero sabiendo de la cultura violenta en la idiosincrasia colombiana, no deja de crear un escenario donde reine el dilema de la autodefensa personal.