Salió el gobierno a través de los medios, a hacer alharaca porque el año
2019, la economía colombiana supuestamente creció en 3,4 %, lo cual, ante la
crisis del modelo neoliberal en todo el mundo, es una cifra satisfactoria.
Pero, examinando la contabilidad económica del DANE, vemos que eso no es
exactamente lo que ocurrió: la verdad es que la economía no creció sino que se
infló. Por eso, aparece una estadística en la contabilidad que muestra una
situación favorable, pero en la realidad lo que se percibe y se siente
notoriamente, es la baja productividad, el desempleo escandaloso, que sobrepasa
el 50 % si sumamos el desempleo abierto, el subempleo y el desempleo
disfrazado; la Balanza de Pagos muestra un déficit en cuenta corriente
alarmante y la desigualdad social es de las más altas del mundo, con un
Coeficiente de Gini que sobrepasa el 0,5.
Si hubiera habido crecimiento de la economía, el aparato productivo estaría
por encima de los sectores improductivos; o por lo menos, la participación de
los sectores productivos estaría por encima del 50 %. Pero no. El aparato
productivo solo alcanza el 31,7 %, que equivale a que este flaco, se echa al
hombro un gordo improductivo, que pesa el 68,3 %.
No podemos celebrar una cifra en el PIB, cuyas fuentes que lo alimentan son:
el consumo, en su mayoría a crédito o fiado;
el comercio que solo hace intermediación sobre la mercancía ya
producida; la especulación con los bienes raíces y lo peor, las ganancias de
los bancos y el sector financiero en general. Los tres, comercio, financiero e
inmobiliario, constituyen el 30,3 % del PIB, casi igual al aparato productivo.
Entonces, no hay por qué celebrar. Pero como es costumbre en el gobierno, por
todo concepto están tratando de engañar a la opinión pública mostrando
realidades que no lo son.
En otros países la medición de la economía la hacen utilizando el Producto Nacional
Neto (PNN) en lugar del PIB, lo cual es más cierto. Porque el PIB engaña sobre
la realidad del capital extranjero cuyos flujos seculares siempre presentan
cifras mayores en los valores que salen del país que en los que entran, lo que
constituye la principal causa del empobrecimiento histórico que viene
ocurriendo y que la gente no se sabe explicar cuando manifiesta que,
anteriormente, las condiciones de vida eran mejores que las presentes. Es común
oír decir que a nuestros padres les tocó una época mejor que la de hoy cuando,
dicen, “la plata no alcanza para nada”.
Mientras
las políticas macroeconómicas sigan siendo de corte neoliberal, es decir para
privilegiar el sector financiero, nunca se podrán fortalecer los sectores
productivos, primarios y secundarios, y seguirá la debilidad en la economía
mostrando la falsedad del crecimiento artificial ocasionado por las utilidades
de los sectores terciarios, hoy afectados por el capital extranjero, propietario
de varios bancos y cadenas comerciales, que tanto daño le hace al país en el
largo plazo, como se puede ver en los datos históricos de la Balanza de Pagos.
Y si el fortalecimiento del aparato productivo no ocurre incrementando su
participación en el PIB por encima del 50 %, jamás podremos hablar de
crecimiento de la economía y seguirán las manifestaciones de baja
productividad, déficit en la cuenta corriente y elevada tasa de desempleo,
síntomas de demuestran la mentira del crecimiento.