Los neoliberales del mundo siempre, desde que asumieron el control del
Estado por allá en los años ochenta, han utilizado el método de la mentira, el
engaño, la calumnia y la propaganda sucia para conseguir sus propósitos, tal
como lo hacen hoy para defender su modelo, ahora dando pataleadas de ahogado
por la inminencia de su propia destrucción, y recurriendo también a mecanismos
infames y salvajes para frenar a quienes se oponen a sus intenciones.
En sus orígenes, desplegaron una feroz campaña de desprestigio contra el
Estado del Bienestar con el fin de desalojarlo del puesto y colocar ahí al
Estado Neoliberal que hoy existe, lo cual hicieron utilizando el modelo del
Estado Social de Derecho, que los alemanes habían creado en los años treinta
precisamente, para proteger las necesidades humanas de las clases pobres, pero
que el capitalismo rentista distorsionó para degenerar ese tipo de Estado en un
instrumento al servicio y beneficio de los especuladores internacionales del
dinero, hoy mal llamados inversionistas.
El primer argumento que utilizaron fue el de la crisis de la deuda, porque
el organismo estaba endeudado. Pero si comparamos el volumen de la deuda
pública conjunta de esa época con la que hoy tienen los fiscos de todo el
mundo occidental, lo de los años ochenta son chichiguas o centavitos. Hoy
incluyendo a USA, los Estados están endeudados hasta los tuétanos, ya no frente
a los bancos como en esa época, sino frente a los capitalistas rentistas
aglutinados en los diversos Fondos, principalmente.
Distorsionaron el concepto del “populismo”, una creación de corte marxista,
que se desechaba porque para la izquierda, solo era válido el cambio de sistema
económico con el fin de aliviar la situación de los pobres y no aceptaban otra
salida. Los marxistas criticaban el socialismo utópico de la economía solidaria
y el gasto público social. Ahora los neoliberales peyorativamente se refieren
al populismo, como si fuera un pecado, desconociendo que el gasto público
social es la esencia del Estado Social que los alemanes crearon en 1890 mediante
la Constitución de Bismarck, respondiendo precisamente a la protesta popular.
Ahora, califican de “comunistas” a quienes proponen reivindicaciones para
mejorar la dignidad humana, que ha sido golpeada con el modelo neoliberal y
despliegan un feroz ataque con la fuerza pública y las bandas criminales
clandestinas, en contra de los líderes sociales y defensores de derechos
humanos y en general a todo aquel que pide el regreso al seno del Estado de los
bienes públicos y los servicios sociales, que han sido privatizados para generar
ganancias desmedidas a los capitalistas privatizadores y para disminuir el
gasto público con el fin de salvaguardar el servicio de la deuda, que es lo
único que interesa a los neoliberales.
En los años ochenta, recién tomado el poder por parte del Capitalismo
Rentista, al Estado del Bienestar le endilgaron todo tipo de fallas, como las
del modelo burocrático que terminan en ineficiencia e ineficacia, lo cual no es
por culpa del tipo de Estado, sino por las aberraciones del régimen político,
que aún existen y son peores, como se puede ver en las denuncias de Aida
Merlano. El gran delito para ellos, era la emisión de dinero, que en muchos
casos se manejó irresponsablemente, pero que constituía uno de los dos pilares
de la soberanía del Estado, que ya hoy no tiene, por lo que su ejercicio está
limitado únicamente a las fuerzas armadas.
Hoy la
fuerza de la historia está demostrando que, por un lado, la solución a los
problemas de la dignidad humana no está en el cambio de sistema económico para
establecer el socialismo; y por otro lado, que solo el papel del Estado evita
la crueldad de la ley del mercado en contra de la especie humana para mejorar
las condiciones de vida de toda la humanidad y no solo de unos pocos, por lo
cual es absolutamente insensato admitir la guerra contra en Estado del
Bienestar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario