miércoles, 8 de julio de 2020

LA NUEVA UNIVERSIDAD

Desde comienzos de este siglo y especialmente durante el último decenio, los expertos en temas educativos han venido exponiendo la necesidad de ajustes en el ordenamiento institucional de la universidad, como respuesta pragmática a los cambios de la realidad mundial que ocurre desde finales del siglo anterior. Y eso que no se sabía sobre la aparición de la pandemia del covid-19, que ahora ya hace parte de la realidad histórica del mundo y como tal, es otro factor que incide en la operación de las instituciones. Ya con este fenómeno, los retos para la universidad son aún mayores que los contemplados por los analistas durante los diez años anteriores.

Algunos aspectos que han considerado los observadores destacan varios temas como el caso de la métrica de los procesos educativos, que es una de las aberraciones más grandes en la universidad colombiana, donde a los estudiantes no se les evalúa su formación profesional, sino que se les califica cuantitativamente sus conocimientos, generando una distracción sobre la verdadera formación y esclavizando al estudiante a sacar una nota para aprobar las asignaturas, más que a internalizar los patrones mentales de la formación profesional.

También consideran los analistas, que el enfoque especializado debe superarse, para utilizar un enfoque holístico, que implica programas interdisciplinarios y articulación entre varias facultades para formar profesionales más integrales, lo cual conlleva una estructura administrativa diferente a la actual, sobre todo para los fines académicos.

Destacan también los estudios sobre el tema, que hacia el futuro inmediato, se debe disminuir la carga de clases en aula de carácter magistral, para aumentar el peso de los ejercicios prácticos, lo cual significa que se debe revisar la norma sobre perdida de la materia por faltas; pues la asistencia al aula ya no debe considerarse como requisito obligatorio. Y por supuesto, los espacios de aula en cuanto a su composición arquitectónica e instalaciones, debe ser diferente para facilitar las interacciones de los estudiantes y los métodos colaborativos que son necesarios para una formación profesional diferente.

Ocupa especial importancia en los artículos de los expertos, el tema de la creatividad con fines de innovación, por lo cual el viejo sistema de transmisión de conocimientos de forma unilateral donde el profesor suministra información al estudiante, en su mayoría sacada de libros escritos por autores extranjeros que el maestro ha leído,  pasa a segundo lugar y ahora la producción intelectual del estudiante, seguramente con base en las mismas realidades regionales y locales, pasa a ocupar lugar de privilegio, adaptándose de mejor manera, a la misión del aparato universitario en el seno de la sociedad.

Y uno de los planteamientos más interesantes entre los muchos expuestos, es el que se refiere a los recursos educativos abiertos, que significa no limitar los programas al uso de textos preestablecidos, sino a combinar acciones por fuera del aula sobre fuentes de conocimiento diversas donde el uso del internet toma una posición relevante.

Son muchas más las consideraciones que hoy se hacen sobre la educación superior, que retan a la institución a desanquilosarse y actuar con flexibilidad, respondiendo a los retos que impone el covid-19, junto con todos los demás fenómenos que en presente siglo se han introducido en la historia, para avanzar en la adecuada construcción de la nueva universidad. 

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