miércoles, 24 de julio de 2013

EL FRACASO DE SANTOS

Al comenzar el presente gobierno, por allá en 2010, se crearon muchas expectativas por el sentido de las políticas que se anunciaban, después de ocho largos años del desastre ocasionado por la mafia antioqueña en el gobierno. Los Zuleta Lleras señalaba que había salido el mayordomo de la hacienda y que llegaba el verdadero patrón, considerando que desde ese momento la oligarquía bogotana recuperaba el puesto de mando a través de uno de sus principales exponentes.

Santos creo ilusiones cuando se creyó que recuperaría el aparato productivo; cuando retomó el espíritu del gobierno de López Michelsen de cerrar la brecha en el desarrollo regional, lo que hizo pensar que volvería el proceso de descentralización recortado por Uribe; anunció cobrar impuestos a los ricos que Uribe había exonerado; en la política social retomó el concepto de desarrollo humano citado por el gobierno Samper; revitalizó la idea de los franceses sobre contractualización de políticas introducida por Pastrana y en general, una serie de medidas que aun siendo un poco trasnochadas, eran contrarias al espíritu uribista de privilegias el capital financiero y favorecer a los ricos.

Pero hoy a casi tres años de su gobierno, la situación de Santos es tan grave, que ni de reelección puede hablar. El país se le descuadernó. Armó un gobierno, no con los más honestos y los más capaces como decía Turbay, sino con los hijos de los políticos y gamonales asociados a la oligarquía bogotana, a quienes les ha quedado grande la administración del Estado. Más para que sus papás no ataquen al gobierno, que para hacer una gestión eficaz, fueron nombrados estos funcionarios ineptos que no han sido capaces de afrontar adecuadamente las situaciones económicas y sociales que hoy están propiciando cambios en las condiciones políticas de incalculables consecuencias. Vean no más, el caso de los mineros que no ha podido resolver el hijo de Marino Renjifo porque, como dice Gardeazábal, este muchacho “no saca un chivo a mear”. El hijo de Jorge Cárdenas tampoco ha podido manejar las finanzas como se ve con el fracaso de la reforma tributaria que hizo con el hijo de Francisco Ortega, la cual no está arrojando los resultados esperados. Y así sucesivamente.

Ya sólo queda un año del período constitucional y las cinco locomotoras no han arrancado todavía; pero en cambio en muchos sectores de la actividad económica y en muchos lugares de la geografía nacional, se cocinan paros y protestas como consecuencia de un acumulado de descontento que tiene la misma edad del presente siglo, el que se esperaba se iba a enderezar en este gobierno pero que no ocurrió y que por el contrario se agudizó; mientras que el gobierno sólo se ha limitado a justificar diciendo que está infiltrados por las Farc, en vez de aplicar medidas adecuadas de política o reconocer el fracaso de Santos.

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