martes, 17 de abril de 2018

LOS ESTUDIOS EN HARVARD

A raíz de que un candidato a la presidencia había dicho que tenía especialización en la Universidad de Harvard y que luego se descubrió que simplemente había hecho un cursillo de cinco días, motivo por el cual se ganó un conjunto de críticas y burlas, bien cae hacer algunas reflexiones acerca de los estudios en universidades extrajeras, principalmente de Estados Unidos e Inglaterra, países que son los más apetecidos por los estudiantes colombianos, dado el prestigio que tienen algunas universidades de allá.

Nuestra cultura tradicionalmente ha sido arrodillada y sumisa frente al conocimiento de los pensadores extranjeros, probablemente por efecto del eurocentrismo que desde hace muchos siglos determinó el desarrollo intelectual del mundo de occidente. Por lo general, la creación del pensamiento de los países del norte o centro se ha extendido hacia los países del sur o la periferia, como si fuera le verdad revelada, lo cual puede ser cierto en cuanto a las ciencias naturales, pero muy discutible cuando se trata de las ciencias sociales, donde están la sociología, la antropología, la economía, entre otras.

En el campo de las ciencias sociales, es lógico que los paradigmas, teorías y modelos que se crean en las universidades de Estados Unidos, están concebidos para solucionar los problemas y necesidades de ese país y para contribuir al logro de los objetivos de desarrollo de allá, y más aún, cuando estos centros académicos son auspiciados por los grupos económicos, que, por supuesto, financian investigaciones y producción teórica siempre que les proporcione beneficios a sus intereses económicos. No vamos a pensar, que tanto los financiadores como las universidades, se dedican a crear conocimiento para responder a las necesidades de los países Latinoamericanos, en este caso de Colombia.

De esa manera, los estudiantes que acuden a dichos centros a realizar estudios de maestría y doctorado en esas prestigiosas universidades, lo que reciben es un lavado de cerebro epistemológico, adquiriendo los saberes sobre formulas sociales y económicas concebidas para beneficio de los grupos de interés de allá y que, por la lógica de las relaciones internacionales, no corresponden a las necesidades y conveniencias de acá, sino todo lo contrario: aplicar en Colombia los paradigmas y modelos que enseñan en las Universidades de Estados Unidos, causan más perjuicio que beneficio a la realidad social y económica colombiana. Así se ha visto a los largo de más de medio siglo.

En Colombia le rendimos pleitesía al conocimiento norteamericano y desechamos la producción intelectual criolla, que como lo han afirmado varios epistemólogos, corresponde con pertinencia a la propia realidad cultural, social y económica que existe aquí. Por eso, las políticas que imponen de arriba hacia abajo desde Bogotá, no se ajustan a las realidades que vine los territorios y los impactos son más bien, contrarios a los verdaderos intereses de las comunidades locales, por lo cual hoy vemos con claridad que es muy discutible la tan cacareada bondad de los estudios en Harvard.

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