A raíz de
la campaña electoral ha surgido un debate, medio jocoso, medio sarcástico, que
la forma, confronta el petróleo con el aguacate; pero en su contenido, va más
allá e invoca un viejo debate que se dio a mediados del siglo pasado entre el
sector agropecuario y el sector industrial.
En el
fondo, la discusión de hoy debe girar en torno a comparar el sector
agropecuario y el sector minero. Ambos pertenecen al aparato productivo y hoy
existe un consenso generalizado de que es necesario revitalizar el aparato
productivo, que es el que produce la riqueza y alimenta lo que se le llama el
sector real de la economía, o sea donde están los bienes y servicios que la
gente necesita para la subsistencia.
En esa
comparación hay que tener en cuenta que la actividad minera o extractiva, no es
renovable, es decir algún día el recurso se agota; para realizar la actividad
en este sector se requiere de altísima inversión de capital, que en Colombia no
existe, por lo que es necesario la venida de empresas extranjeras a explotar,
con las consecuencias de que, como nadie trabaja gratis, lo que los foráneos se
llevan es mayor que lo que le dejan al país. La generación de empleo en esta
actividad es muy baja porque lo principal son los equipos y la tecnología; y
para completar, la explotación minera, por lo general, es deteriorativa del
medio ambiente.
Por su
parte, la actividad agropecuaria, que significa aprovechamiento del recurso
suelo, es renovable por cuanto basta con conservar el suelo para que no se
agote; se puede hacer con tecnologías simples como desde el comienzo de la
humanidad se ha hecho, los colombianos pueden realizar las empresas y con los
recursos propios disponibles es suficiente para producir. La actividad de
cultivo, animal, vegetal o forestal, utiliza mucha mano de obra, principalmente
campesina, y genera alimentos, los que serán críticos para toda la humanidad en
los próximos años. Y en el tema de los combustibles, el cultivo permite la
elaboración de biodiesel, que consiste en extraer el aceite carburante de
materiales vivos como los animales y los vegetales, así como hoy se está
haciendo de la palma africana.
Falta a ver finalmente cuál es la política que el
nuevo gobierno adopte, la cual esperamos sea la más conveniente para el país,
tanto en sus aspectos económicos, como en los sociales y también en los
ambientales, de modo que podamos finalmente comprender la esencia del debate
del petróleo y los aguacates.
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