martes, 29 de agosto de 2017

LA OTRA DIMENSIÓN DEL PAPA

Con la próxima visita del Papa Francisco a Colombia han surgido diversos comentarios a favor y en contra, como quienes, impulsados por algunas sectas cristianas, reprochan los gastos en que incurrirá el gobierno para el efecto, argumentando que dicho evento no es trascendental como para justificar el costo. No obstante, además del carácter espiritual y religioso que tiene el personaje, hoy, en época de la globalización, otros aspectos también hay que tener en cuenta en el significado del Estado Vaticano y particularmente del Papa Francisco.

Con la Encíclica Laudato Sí quedó todo bien claro. El texto de dicho documento papal, que es más un documento sociopolítico que religioso, quedó demostrado que el Papa es un actor relevante en la geopolítica mundial quien, en el actual mundo globalizado, se reviste de especial significado. Los creadores de la globalización que hoy promueven la implantación del Nuevo Orden Mundial, fueron sacudidos por la encíclica. Tanto que posteriormente a la expedición, tres de los más connotados líderes del Club Bilderberg fueron a Roma, no se sabe a qué, pero es de suponer que fue con el propósito de regañar al Papa. Ese club, que concentra el centenar de multimillonarios más ricos del mundo, pretende establecer un orden mundial donde ellos gobiernen a su antojo y para sus propios intereses.  

Rusia y China se oponen al Nuevo Orden Mundial concebido tal como lo promueve Bilderberg; pero el enfrentamiento de estos países sería fatal para la humanidad porque estos también tienen intereses de dominación internacional y sus argumentos se basan en la tenencia de armas nucleares. Mientras que el Papa es un líder universal espiritual cuya arma radica en la palabra. Son cerca de 1.200 millones de personas en el mundo que siguen el liderazgo del Papa. Es decir, el único líder global que está en condiciones de enfrentar las propuestas del Nuevo Orden Mundial promovidas por Rockefeller, Rothschil y Kissinger, los que visitaron al Papa, y hora Soros que reemplaza al fallecido Rockefeller, es el Papa.

Por supuesto, el Papa Francisco nunca lo ha dicho ni lo dirá; pero de la lectura del texto de la encíclica se puede sacar la conclusión. El cuestionamiento al capitalismo salvaje de la globalización financiera con su soporte doctrinario del pensamiento neoliberal, es claro, por lo que la geopolítica mundial no puede hoy dejar de lado la postura del Vaticano frente a los sucesos de la aldea global, donde fuerzas ocultas muy poderosas y multimillonarias, se erigen como la autoridad que rige los destinos del mundo y define el rumbo de la humanidad, por lo cual Francisco, o el antipapa como lo califican los de extrema derecha tipo José Galat, además de ser el líder espiritual de gran parte de la humanidad, también deja ver en el escenario geopolítico la otra dimensión del Papa. 

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