Hace unos días dijo el Ministro de Salud que dos años atrás, el
Hospital San José era modelo de organización hospitalaria; y eso mismo había
destacado un trabajo académico de un grupo de estudiantes de la Maestría en
Administración Pública de la ESAP, al analizar el caso del HUV de Cali y
compararlo con el de Popayán, también hace dos años. Ahora, no comprende el
ministro, qué ocurrió, que hoy el San José se encuentra atravesando por un mal
momento, tal como también sucede en el HUV.
La situación del Hospital San José como la del HUV de Cali y la de casi
todos los hospitales públicos del país es parecida y las causas también son
similares. La principal, por supuesto, es estructural y radica en el diseño del
sistema que impuso la Ley 100 de 1993, cuando se sustituyeron los mecanismos
fiscales por los mecanismos de mercado para la entrada y la salida de insumos y
productos de estas empresas, lo cual abrió la puerta para la intervención de
múltiples agentes privados que operan motivados por el afán de rentabilidad y
con ello el sacrificio de las ESE. Pero también, y además de los factores de la
macrogestión sectorial, hay otros factores comunes en la microgestión que no
les permite tener éxito empresarial en el marco de este enfoque mercantil en el
que han sumergido a las entidades públicas.
Los errores probablemente comienzan en la formación académica de posgrado,
exigida para ocupar la dirección de las ESE, porque en la operación de las
mismas se aprecian deficiencias administrativas y operativas que muestran
factores de fracaso. Estas organizaciones son doblemente públicas por cuanto su
propietario es público y el objeto empresarial también, como es el campo de la
salud, que es de los asuntos más públicos entre todo lo público, si se pudiera
hacer esta clasificación. Pero utilizan herramientas del paradigma privado para
el manejo de la organización y, por supuesto, se produce el choque con
resultados poco satisfactorios. La gerencia adopta herramientas administrativas
propias de la administración privada, porque así lo señala la moda, las cuales
quedan consignadas en el papel, pero su aplicación no corresponde con la
realidad, porque esta es de carácter público, por lo cual requiere de tipos de
instrumentos diferentes, propios de la gerencia pública, los cuales están muy
distantes de lo que actualmente se aplica.
No se puede manejar empresas doblemente públicas con enfoques propios de
las empresas privadas porque la misión, la visión, el plan estratégico, la
norma técnica de calidad, la norma de control, el marketing y todos los demás
embelecos, se convierten en saludos a la bandera escritos en un papel y
adoptados por resoluciones que no se cumplen.
De otro lado, la injerencia de actores externos, como los gobernadores
y alcaldes, que influyen en la definición de políticas empresariales y en el
direccionamiento estratégico de la empresa, ocasiona distorsiones en la aplicación
misma del modelo gerencial y desvía la ruta para el logro de los objetivos de
éxito. Y hasta aquí no hemos nombrado la politiquería y la corrupción, que no
se pueden dejar a un lado.
Así
que, tras de gordo hinchado. Además de los factores de fondo derivados de la
privatización de los bienes públicos, se presentan otros elementos que agudizan
las dificultades y no permiten la sostenibilidad en el largo plazo de los
procesos necesarios para la estabilidad financiera de las ESE, por lo cual hoy
es necesario adelantar un análisis profundo de las fallas en la gerencia
hospitalaria.
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