martes, 31 de octubre de 2017

EL ENFOQUE DE LA COMPENSACIÓN FAMILIAR

Con la expedición de la Ley 1413 de 2010, por la cual se incluye la “Economía del Cuidado” en las Cuentas Nacionales con el objeto de medir la contribución de la mujer al desarrollo económico y social del país y como herramienta fundamental para la definición e implementación de políticas públicas, se abre la puerta para el análisis y el debate sobre otros temas relacionados con la familia y el hogar, que también merecen reflexión y propuestas de ajuste pragmático respecto a la realidad colombiana presente, hoy que la coyuntura histórica del país, muestra condiciones especiales que hasta finales del siglo pasado ni siquiera las imaginábamos.

La citada ley solo se refiere a los aspectos económicos de varios de los oficios domésticos principalmente los que realiza la mujer, como el cuidado de las personas vulnerables, la preparación de alimentos, la conservación de la casa, etc., los cuales conllevan valor que no se contabilizaba en la economía; pero de paso, llama a pensar sobre otros aspectos relacionados con la familia y el hogar que no cuentan con las políticas apropiadas, hoy que se viven situaciones sociales que generan preocupación e incertidumbre.

Uno de los temas que invoca la ley es el de la Compensación Familiar, cuya institucionalidad fue creada hace cerca de medio siglo y que ha ocupado un lugar importante en este sector, pero que ya es hora de revisar para examinar su pertinencia frente a las condiciones actuales de la familia colombiana en el contexto de la actual realidad socioeconómica.

La compensación familiar tradicional, con buenos propósitos presta servicios muy importantes que probablemente fueron pertinentes en época de su creación; pero hoy que el mundo ha cambiado, no responde plenamente a requerimientos y necesidades de la familia, algunos que no son atendidos por otro de los sectores institucionales existentes. En cambio, compite con sectores donde los mismos servicios son más eficientes. Los colegios corresponden al Ministerio de Educación, la salud corresponde al Ministerio de Salud, la recreación y el deporte a Coldeportes, la vivienda al Ministerio de Vivienda, la distribución urbana de la canasta familiar al Ministerio de Agricultura y al sector privado y así sucesivamente. Lo único que bien se puede inscribir exclusivamente en la compensación familiar son los subsidios en dinero que se pagan por los hijos. En cambio, quedan por fuera, sin doliente, sin que haya un sector especializado, problemas y asuntos familiares que bien pueden incluirse en la compensación familiar y que nadie los atiende.

Es hora de incluir en la agenda del nuevo gobierno, la revisión y ajuste de la compensación familiar, que por cierto maneja cuantiosos recursos parafiscales, que por lo tanto son públicos, para que se estudie a fondo las necesidades de la familia y se diseñe una política pública que llene ciertos vacíos existentes en materia de compensación familiar y que hace que el actual sistema se haya vuelto anacrónico, por lo cual hoy, se presenta la exigencia de cambiar el enfoque de la compensación familiar. 

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