Un principio elemental de la
Teoría de los Precios es el que señala que nadie produce algo que no se pueda
vender en el mercado, porque no tiene cualquier tipo de utilidad para algún
consumidor. Pero ahora la DEA salió a decir que el aumento del consumo de
cocaína en USA se debe a que en Colombia han incrementado las hectáreas
sembradas de coca. Pobrecitos ellos, tan buenos que son.
Pero lo que no dicen, es
que, desde la caída de los carteles colombianos, las mafias mexicanas
propiciaron la extensión de los canales detallistas de distribución urbana del
producto en las ciudades de USA, donde los actores protagonistas son gringos.
Sin esta red hecha por nacionales de ese país, los poderosos grupos que
controlan la distribución mayorista y que se abastecen desde Colombia,
jalonando, por supuesto, la siembra y el aumento de la producción, no hubieran
podido alcanzar sus propósitos. Estas son las principales causas cuyas
consecuencias se manifiestan en Colombia, donde por motivos de lo que podríamos
llamar “la economía del instinto”, los pobres campesinos generan las respuestas
con expansión de la superficie cultivada.
Los humanos no se pueden dejar
morir; y así ha sido desde que existe la especie del homo sapiens hace ya varios
millones de años. La ley de la naturaleza propició, mediante mecanismos
instintivos, la creación del sistema económico con los fines naturales de producir
los medios para la subsistencia humana y la conservación de la especie. Otra
cosa es que hoy hayan convertido la economía en el medio para enriquecer más a
los ricos; pero esa no es su función natural. Entonces, movido por el instinto,
el humano recurre a la acción más sencilla para conseguir sus medios de vida,
como es cultivar algo que tiene la venta asegurada.
Desde
hace más de medio siglo, los mismos gringos impusieron y hoy lo siguen haciendo
con la complicidad de las élites de dominación criollas a quienes les dejan
caer migajas, modelos económicos de dominación que
favorecen a los ricos de allá y aumentan la pobreza de los pobres de acá, como la población asentada en las zonas de economía campesina, donde
existe un caldo de cultivo para que se desarrollen los cultivos de coca.
Primero fue el llamado Modelo de Sustitución de Importaciones, para colocar
el país al servicio de las multinacionales; y ahora el modelo de globalización, para favorecer el capitalismo rentista y las transnacionales de los siete
países del G-7; en ambos casos, imponiendo la idea de que el capital extranjero hace bien al país y ocultando sus efectos a largo plazo donde las remesas hacia
esos países, de utilidades, intereses, regalías, uso de patentes y todas las
demás formas de remuneración del capital, fueron chupando y llevándose el Excedente
Económico de Colombia y dejando grandes masas de población empobrecida. Pero
ahora se quejan porque esa cultura que ellos mismo crearon desde la guerra de
Vietnam con un patrón de alto consumo de drogas, está facilitando a las mafias
del microtráfico, que ellos mismos conforman, aumentar el consumo de la cocaína
en ese país echándole la culpa a Colombia, que no es más que una víctima de la
lógica del mercado.
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