miércoles, 4 de mayo de 2016

LA HORA DE LA REFORMA TRIBUTARIA

Uno de los motivos de las marchas del domingo pasado fue la reforma tributaria que como se ha dicho, viene redactada desde Washington, tal como ocurrió en 1993 cuando desde allá llegaron redactadas las leyes que desarrollaron la Constitución del 91. O sea que fue en vano el trabajo que realizó la llamada comisión de expertos que en diciembre pasado presentó el informe al gobierno y que causó revuelo por su propuesta de elevar el IVA al 19 %. Ante el barullo, Santos salió por los medios a decir que no había de qué preocuparse porque eso era simples recomendaciones, que habría otras propuestas y que el gobierno no había tomado decisiones al respecto. Pero no dijo que desde los órganos de poder multilateral se impondría el esquema que regirá la tributación en los próximos años.

El cuento que se ha difundido se refiere a una supuesta reforma estructural lo cual es una falacia; pues eso era posible cuando la política fiscal tenía el enfoque clásico y se utilizaba como instrumento para financiar la estrategia de desarrollo nacional. Pero ahora eso no existe. Ahora simplemente se trata de asegurarle al capitalismo financiero internacional que habrá recursos para pagar cumplidamente el servicio de la deuda. Así que si nos asustamos con la propuesta de los neoliberales de Fedesarrollo, ténganse duro para lo que vendrá desde el exterior.

El procedimiento es sencillo: se proyecta el costo del servicio de la deuda según los papeles que el gobierno ha colocado en el mercado de capitales con sus fechas de vencimiento; se proyecta los ingresos corrientes que en el futuro próximo estarán afectados por los precios del petróleo, del dólar y otros factores, como es la disminución de la base gravable por efecto de la recesión.  Hay que dejar recursos para los pagos obligatorios como las pensiones y el funcionamiento del Estado y algo para la inversión que es de donde la corrupción saca su tajada o la mermelada que también le dicen. Ahora sí, exoneración de impuestos a los ricos, principalmente a los propietarios de capital de especulación que ahora les llaman inversionistas y el dinero que falta cobrarlo a los pobres mediante los impuestos indirectos como el IVA.

No hay que hacerle el reclamo a Santos porque dijo cuando estaba en campaña que no subiría los impuestos; donde manda capitán no manda marinero. Existen fuerzas de poder internacional que están por encima de las autoridades nacionales las cuales ahora están en alerta máxima desde que ocurrió lo de Grecia con el servicio de la deuda y por eso cuidan milimétricamente el manejo fiscal de los países deudores; y peor aún, ahora que la economía de USA y de la Unión Europea afrontan situaciones inestables que ponen riesgo los capitales rentistas de manera que a pesar de las marchas y las protestas que se realicen en todos los lados, no podemos evitar que llegue la hora de la reforma tributaria.

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