martes, 24 de mayo de 2016

LOS FACTORES DE FRACASO DEL POSACUERDO

Sin ánimo de aguar la fiesta, de ser ave de mal agüero o de inculcar el pesimismo en la opinión, pero siguiendo la corriente de muchos que ven dificultades reales en la ejecución de los acuerdos que el gobierno suscribirá con la guerrilla, es procedente considera un fenómeno del que casi no se ha hablado; se ha dicho mucho sobre el temor de que la guerrilla no cumpla los acuerdos y en la mesa de negociación se están introduciendo mecanismos para asegurar la no repetición, pero poco se ha dicho acerca del cumplimiento de los mismos por parte del otro bando o sea las élites bogotanas del poder.

Dicen los informes que en las negociaciones se han analizado las experiencias en otros países para evitar cometer los mismos errores en la fase de implementación de los compromisos y citan casos como Ruanda, Guatemala, Nicaragua, entre otros, de los cuales deducen acciones que se deben realizar en Colombia para asegurar el éxito del proceso. Un documento elaborado por las Naciones Unidas en septiembre de 2014 con participación de PNUD, UNODC, OIM, FAO y PNUMA, toda la plana mayor del sistema de Naciones Unidas, destaca la importancia de dos aspectos relevantes para el proceso, el componente ambiental y el ordenamiento territorial, señalando acciones que se debe realizar mediante el ordenamiento territorial ambiental, para crear condiciones favorables a los procesos económicos y sociales que deben hacer parte de la implementación de los acuerdos.

El interrogante que surge en consecuencia es obligado: están dispuestas las élites de poder en Bogotá a propiciar o al menos facilitar los procesos que identifica la ONU como necesarios para el éxito de los acuerdos?. Están dispuestas a soltar algo de poder para empoderar las comunidades locales?

Los acontecimientos de los últimos años y sobre todo los del presente años, muestran que el mismo gobierno nacional va en contravía de las negociaciones de la Habana. Según la ONU, para que los acuerdos tengan éxito se requiere fortalecer la autonomía municipal, como manda la Constitución, y propiciar la descentralización política empoderando las comunidades locales, para diseñar y construir sus propios procesos de convivencia social sobre la base de la sostenibilidad económica y ambiental; pero lo que hoy vemos es que el centralismo bogotano cada vez se vuelve más asfixiante en contra de los municipios y cada día les recorta más autonomía a las entidades territoriales. La ONU considera que el ordenamiento territorial ambiental basado en los servicios ecosistémicos y la armonía de los asentamiento humanos con las condiciones del suelo es fundamental y que esto solo se puede lograr con el fortalecimiento de las instituciones locales; pero el gobierno nacional y principalmente el DNP, hoy hace todo lo contrario, sembrando con ello los factores de fracaso del posacuerdo.

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