miércoles, 8 de octubre de 2014

LOS FACTORES DEL BUEN GOBIERNO

Ahora que se agita el tema de los candidatos y las elecciones para gobiernos territoriales, varias opiniones coinciden en la necesidad de pensar más en el futuro gobierno que en el candidato y la elección. Dijo Héctor Rodríguez “¿seguimos jugando a ganar elecciones o buscamos un buen alcalde para Popayán?”, lo cual coloca sobre la mesa la importancia de tener en consideración los aspectos que hoy, en el Estado Postmoderno, se comportan como factores clave para alcanzar los objetivos gubernamentales en materia de satisfacción de las necesidades de la ciudadanía.

Se ha dicho que fulano de tal es un buen candidato porque su experiencia es en la empresa privada o que ha sido empresario, con lo cual se coloca sobre la mesa el tema gerencial como factor de éxito en la gestión, lo que es totalmente cierto, hoy que lo público se concentra en el escenario del mercado, donde, si no hay enfoque gerencial habrá rotuno fracaso, como se puede ver en los gobernantes actuales que en lugar de aplicar las leyes que regulan el enfoque gerencial, gobiernan a punta de sentido común y por eso el descontento de sus gobernados. Pero el tema no se puede tomar a raja tabla. Si bien los principios gerenciales son universales y los mismos donde quiera que se hallen, la aplicación de estos en lo privado es substancialmente distinto a su aplicación en lo público. Para lo privado se aplican con la finalidad de producir ganancias o utilidades a los propietarios de la empresa, mientras que en lo público se utilizan para el cumplimiento satisfactorio de los fines esenciales del Estado donde prima el servicio a la comunidad.

Pero lo más importante es tener en cuenta los atributos de esta disciplina administrativa y por supuesto, las competencias del gobernante para adoptarlos. Dice el marco conceptual que el gerente público debe navegar en la multiorganización, por cuanto el objeto donde se aplica la administración, o sea la masa social, es compleja y encierra diversidad de elementos en que el Estado tiene multiplicidad de organismos y la sociedad diversidad de formas; la participación, dentro del marco de la democracia participativa, porque no es posible alcanzar objetivos de gran alcance sin el compromiso e involucramiento de la misma sociedad beneficiaria; la concertación porque no puede haber co-gestión con responsabilidad compartida entre Estado y sociedad, sin acuerdos, negociaciones y compromisos entre todos los actores; la flexibilidad porque se tiene que acomodar a las circunstancias que van apareciendo con el transcurrir del tiempo; la innovación porque no existen fórmulas preestablecidas para administrar lo público ni recetas únicas para resolver problemas y satisfacer requerimientos sociales; y el trabajo en equipo porque es necesario elevar la eficacia social a través de la sinergia que se produce cuando se opera con esta modalidad.

Así pues que al pensar en los nuevos gobernantes territoriales, más que los antecedentes del candidato se debe pensar en el futuro cuyos requerimientos están determinados por la ley, de modo que basta con aplicar las normas vigentes para que se conjuguen con pertinencia los factores del buen gobierno. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario