Esta semana se
reúnen en Cartagena varios exjefes de gobierno de igual número de países tanto
desarrollados como extercermundistas, convocados por el Presidente Santos para
hablar de la Tercera Vía, un movimiento ideológico que si bien ha sido tratado desde
hace un siglo, fue después de la segunda guerra mundial y más cuando Tony Blair
llegó a primer ministro inglés, cuando tomo fuerza en el campo político. Blair puso
en consideración los trabajos del sociólogo Anthony Giddens, escritos en los
años noventa no se sabe si para reencauchar el pensamiento socialdemócrata o
para combatirlo, aunque en la esencia tienen mucho en común.
Lo cierto es que
desde la época de la agitación revolucionaria de comienzos del siglo veinte,
ante el reconocimiento de las desigualdades y la injusticia social del
capitalismo, pero dentro de una postura de defensa de la propiedad privada y el
temor al socialismo, surgió la idea de que debía haber una salida intermedia
donde ni tanto que queme al santo ni tan poco que no lo alumbre, la cual se
mantuvo latente durante la mayor parte del siglo pasado. Pero cuando Giddens
expuso sus planteamientos, ya en la realidad del nuevo capitalismo, el
capitalismo postindustrial, postmoderno o sea el capitalismo rentista, las
cosas resultaron a otro precio y el cuento comenzó a hacer carrera en las
instancias políticas; tanto que hoy hasta Bill Clinton se ha puesto a favor de
esa corriente.
Hoy, por supuesto,
la realidad política tiene otras implicaciones diferentes a la confrontación
capitalismo-socialismo. Uno, porque ya no tiene vigencia histórica el
socialismo; dos, porque la corriente neonazi está alimentando los apetitos de
los grupos de ultraderecha; tres, porque el capitalismo rentista con su modelo
de globalización financiera recoge por igual a todos los especuladores no
empresarios, fenómenos frente a los cuales la Tercera Vía no tiene la claridad
suficiente, como para proponer un divorcio radical frente a la
socialdemocracia.
Lo de Cartagena parece ser, más una jugada política de
Santos con fines de imagen, que un evento donde se clarifiquen posturas
ideológicas. La presencia del presidente del BID, un organismo defensor del
capitalismo financiero internacional que se nutre con el pensamiento neoliberal
por ejemplo, deja muchas dudas sobre si de verdad la tercería que se propone
está metiéndose por el medio del neoliberalismo de mercado y el
intervencionismo keynesiano. De cualquier forma, si ese movimiento pretende
sustituir a la socialdemocracia desde el punto de vista programático, lo
primero que debe hacer es lograr de verdad encontrar cuál es la Tercera Vía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario