Se escuchan rumores
en la opinión pública que desde ya se encuentran los mismos politiqueros de
siempre negociado acuerdos y armando componendas entre las microempresas
electorales, para ver si cristalizan las aspiraciones personales de alguno y
logra ser elegido alcalde, pero sólo con el argumento de su propio narcisismo;
pues quedan interrogantes sobre el conocimiento mínimo requerido para el cargo
y muchas dudas sobre la ética pública apropiada, cuando sus antecedentes están
en la profesión de político.
Qué desfachatez.
Parece que tuvieran el rostro de madera. Les interesa muy poco las necesidades
y conveniencias de los casi 300 mil habitantes que tiene el municipio y que se
afectan de alguna manera, y tratan de sobreponer su interés personal por encima
del bien común. Son conscientes pero no les importa su propia ignorancia sobre
los temas mínimos que un gobernante territorial debe poseer para realizar una
labor eficaz y efectiva, como son los fundamentos del derecho administrativo,
los principios de la gestión pública, las bases de las finanzas públicas, los
elementos de la planificación regional, los cánones de la administración
territorial y por supuesto, las bases de la gerencia pública, entre otros
igualmente elementales, pero esenciales para dar respuesta pertinente a las
expectativas de las comunidades. Y ni modo de decir que no importa su
ignorancia si nombran un equipo de gobierno adecuado, porque el gabinete lo
conforman con cuotas burocráticas de recomendados de los miembros de la
componenda electoral, que justamente, recomiendan a los más serviles que casi
siempre son los más ineptos.
Por eso es
relevante la iniciativa que hace algunas semanas presentaba el periodista
Ovidio Reinaldo Hoyos en su programa radial y su página web, cuando dijo que se
debía organizar un proceso cívico integrado por personas sin antecedentes
electorales y digo yo, amantes del territorio y con gran espíritu público, para
formular un programa de gobierno consecuente y apropiado, luego definir un
perfil gerencial de quien debe ser el ejecutor del mismo y después escoger la
persona con ese perfil para que sea el candidato a la alcaldía.
Hay debilidades en el liderazgo local como para
realizar la convocatoria y desarrollar la iniciativa de Ovidio Reinaldo, pero
como se demostró con el caso de la selección de fútbol, los colombianos sí
tenemos la capacidad de movilizarnos en torno a causas nobles que nos unen y
que responden a los intereses comunes de las grandes mayorías. Por eso pienso
que es válida y oportuna la idea de nuestro amigo periodista y creo que alguien
debe impulsar el proceso con la seguridad de que somos muchos quienes estamos
dispuestos a contribuir aunque sea con un granito de arena para elegir el
próximo año un buen alcalde para Popayán.
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