El orden lógico de la planificación estratégica es
de abajo hacia arriba. El orden lógico del desarrollo endógeno es de la
localidad hacia la nación. El orden lógico de la descentralización es que
primero se tomen las decisiones en el municipio y luego que la nación las
respete, las acoja y las respalde. Pero el centralismo bogotano que se ha
desbocado en este gobierno, atropella los principios, teorías y normas que hoy
están vigentes en el manejo de los asuntos públicos. Que la locomotora de la
minería llegó a Popayán y dicen en la calle, que el ultimo en saberlo fue el
alcalde de este municipio. Como los maridos “cachoneados” que son los últimos
en saberlo.
Los recursos minerales son sin duda, uno de los
más importantes en la base económica regional, que encierran gran potencial
para generar procesos de desarrollo; pero igualmente, los minerales son los
recursos más delicados y proporcional a su potencial, también contienen un
paquete de riesgos de gran magnitud que se extienden no solo al subsistema
biofísico del sistema ambiental, sino también a los subsistemas socioeconómico
e institucional.
No se trata de frenar procesos y seguir llorando
en el muro de las lamentaciones por la situación que vive la región, pero tampoco
de dar rienda suelta a la anarquía de los impulsos empresariales de las
empresas multinacionales, cuya costumbre es arrasar lo que encuentran sin
mitigar los impactos, sobre todo, en materia social. Para eso se creó el estilo
de desarrollo sostenible por iniciativa de la escuela estructuralista, por allá
en los años ochenta del siglo pasado. Para hacer desarrollo pero buscando el
equilibrio entre la humanidad, la naturaleza y el enriquecimiento de los
capitalistas.
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