La ciencia siempre ha tenido credibilidad y
aceptación universal; y en verdad que así debe ser; pero ésta, a pesar de su
postura neutral frente a intereses creados, también se deja manipular y ponerla
al servicio de determinadas causas. Por eso, la energía nuclear así como sirve
para el desarrollo tecnológico, también sirve para hacer armas de destrucción
masiva.
El premio Nobel que se creó como legado del
científico sueco, no incluyó el Premio de Economía; pero en 1969 el Banco
Central de ese país instituyó el “Premio del Banco de Suecia en Ciencias
Económicas en memoria de Alfredo Nobel”, más conocido como el Nobel de Economía,
que también se entrega en octubre y cuya cuantía monetaria es igual a la de los
legítimos premios nobel.
Si bien en economía existen dos métodos de
conocimiento, de dónde surgen las dudas sobre la cientificidad de la teoría ortodoxa,
lo cual le ha generado críticas al premio de parte de científicos de las
ciencias naturales, lo reprochable es el ámbito que rodea el otorgamiento del
premio. A pesar de que muchas veces se ha dicho que ese galardón no debería
existir, el banco donante continúa con la premiación y el ritual sigue año tras
año, con la curiosidad de que la utilidad del premio es más como creador de
argumentos para justificar acciones económicas, que como hallazgos de
conocimientos para beneficiar a la humanidad.
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