miércoles, 19 de junio de 2013

EXPIATORIO DE LA DESCERTIFICACIÓN

La culpabilidad de la descertificación de Popayán para manejar sus recursos de agua y saneamiento la están echando al Jefe de Planeación en la persona de Carlos Horacio Gómez.

Si bien es cierto los funcionarios pasan y las instituciones quedan por lo cual la responsabilidad es del cargo y no de la persona, razón por la cual la actual administración no se puede lavar las manos con el argumento que fue por omisiones de pasados gobiernos, también es cierto que los aciertos o errores en las organizaciones no son de las personas sino de los procesos.

Lo que ha fallado no es el Jefe de Planeación, como cargo, sino el proceso de planificación corporativa de la administración municipal. La ley obliga a que las entidades del Estado se soporten en el modelo de operación y este debe ser basado en procesos. Las entidades territoriales tienen dos procesos de planeación: uno de clase estratégica y otro de clase misional; pero por lo general, en estas entidades no se muestra claramente la separación de los dos y la confusión creada permite que el proceso misional oculte al corporativo.

La elaboración de informes sobre manejo de recursos es una actividad inherente al proceso de planificación corporativa, por lo cual lo ocurrido en la Alcaldía de Popayán muestra que se están violando las normas de los decretos 1537 de 2001, 1599 de 2005 y 4485 de 2009, entre otros. Pero de esto a decir que la culpa es de Carlos Horacio Gómez, hay mucha diferencia.

Claro, la actual administración debió corregir las fallas existentes en los procesos, una vez aprobado el plan de desarrollo. Es decir, ha transcurrido un año desde que el plan está en vigencia y no se han realizado las modificaciones en el modelo de operación y la estructura orgánica, por lo cual seguirán apareciendo errores y probablemente otras nuevas consecuencias negativas para la gestión pública municipal, aparecerán de no corregirse las deficiencias de fondo o estructurales que hoy afectan el andamiaje de la administración.

Sin que se aplique el refrán de mal de muchos consuelos de tontos, Popayán no es el único municipio que tiene este problema. Son muchos los organismos del Estado que no han logrado adoptar adecuadamente los modelos de operación y control establecidos por la ley, sobre todo en este campo de la planificación. Se embelesan con el mal llamado plan de desarrollo de la Ley 154 del 94 y el POT y se olvidan que ninguna organización, ni oficial ni privada, puede operar debidamente si no se define y aplica un apropiado proceso de planificación organizacional, que significa arreglar el rancho por dentro para salir al mercado con posibilidades de eficacia y efectividad; por ello no es justo que en Popayán se tome al funcionario como chivo expiatorio de la descertificación.

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