miércoles, 12 de junio de 2013

EL NUEVO RUMBO DEL MUNDO

La semana pasada en un hotel a 30 kilómetros de Londres se reunió el Club Bilderberg, una organización que agrupa a los multimillonarios más ricos del mundo, que fuera creado en 1954 patrocinado por la familia real de Holanda y la de David Rockefeller de EE. UU, cuya primera reunión se realizó en el hotel de ese nombre en la localidad de Ooesterbeck. Desde entonces, se viene reuniendo cada año de manera ultra secreta y nadie diferente a los asistentes se entera de lo ocurrido en el conclave. Sólo se sabe por investigación de periodistas, que ahí se discute y se decide el destino del mundo, el cual, como es de esperarse, se traza buscando que ellos sigan amasando fortuna y manteniendo la dominación política del orbe.

Se dice en los informes periodísticos que este año asistieron cerca de ciento cuarenta multimillonarios, quienes a esta fecha, ya deben haber decidido qué hacer ante el derrumbamiento del modelo económico que ellos construyeron para su propio beneficio y que, seguramente, nunca esperaron que llegara a la situación presente tan rápido. El modelo de globalización financiera está ad portas de tocar fondo en los países donde ellos residen, por lo que, seguramente será la más grande preocupación y probablemente el tema tratado la semana pasada en Hertfordshire; pues aunque el derrumbe total se espera para la década de los veinte, desde ya los interesados deben estar viendo que este plazo en la historia es como un segundo.

Según declaraciones de uno de los miembros, les preocupa mucho los países subdesarrollados porque para ellos estos son un problema que solo les causa molestias debido al elevado endeudamiento. Es decir los países pobres les deben mucho dinero a ellos y ahora piensan que no tendrán con que pagarles. Son víctimas de su propio invento y están a punto de comer de su propio cocinado; pues fueron ellos quienes creyeron que el esquema de prestarle recursos a los Estados y poner a estos a recaudar impuestos para que les pagaran cumplidamente los intereses y el principal, era suficiente. No tuvieron en cuenta que los impuestos no caen del cielo y en la medida en que se destruya el aparato productivo, la base tributaria es insuficiente para cumplirles en el negocio.

Como lo han hecho siempre, ahora no se sabe con qué invento se saldrán, como aquel de la globalización que les está sacando el tiro por la culata, o como el de coger al Estado de marrano para su lucrativo negocio. Hoy está China pisándoles los talones y el dinero de los países islámico por fuera de su órbita, una situación complicada para ellos, lo que probablemente les creará confusión a la hora de trazar el nuevo rumbo del mundo.

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