Surgió en los últimos días en la opinión pública una propuesta sobre
construir una candidatura única que agrupe un conjunto de personajes
protagonistas de la política nacional, con miras a las próximas elecciones de
presidente, a la cual le llamaron como una alianza de centro-izquierda y al
respecto surgen varias reflexiones:
La primera reflexión que surge es sobré qué es eso de centro-izquierda?
Porque si estuviéramos en el siglo XX y sobre todo antes de 1990, tendría
sentido hablar de centro-izquierda. Pero hoy, a 20 años del siglo XXI, no
parece procedente utilizar ese término; pues lo que predomina en el debate
mundial es la confrontación entre dos alternativas: por un lado, continuar con
el esquema neoliberal que ha imperado en el mundo desde hace treinta años y por
otro lado una propuesta anti-neoliberal que sustituya dicho modelo propio de la
modalidad de capitalismo rentista; no cabe otra alternativa. O se es neoliberal
o se es antineoliberal, por lo que el centro-izquierda no tiene definición.
De otro lado es conveniente tener en cuenta que en épocas anteriores,
también se ha hablado de lo mismo y jamás ha llegado a ninguna parte: al
comienzo surgen muchos personajes protagonistas de la política que anuncian su
voluntad de participar en la alianza, pero después se aprecia que todos están
dispuestos a participar siempre y cuando el candidato sea él mismo. “Alianza
sí, pero si el candidato soy yo”. Y se realiza un extenso debate sobre el
mecanismo para escoger candidato que deje satisfechos a todos, que al final no
llega a ninguna parte.
Otro interrogante que se deriva de la idea se refiere a la pertinencia de
la propuesta frente a lo que necesita Colombia. Será que lo que el país
necesita es un candidato escogido por fuera del establecimiento, en este caso
por fuera del uribismo y sus grupos aliados? o lo que el país necesita es un
conjunto de políticas por fuera del enfoque neoliberal que viene destruyendo al
mundo accidental desde hace tres décadas.
En lugar de pensar en un mecanismo para escoger candidato, lo que se
requiere es un conjunto de propuestas antagónicas al enfoque neoliberal. Una
política fiscal que encierre un mecanismo de financiamiento del Estado
diferente a la colocación de papeles de deuda en el mercado de capitales, con
un sistema tributario redistributivo del ingreso que contenga impuestos
directos y progresivos. Una política monetaria expansiva que contribuya al
aumento de la demanda agregada y la generación de empleo; una política
cambiaria donde el precio del dólar sea fijado por la autoridad del Estado y no
por mercado. Una política de desarrollo que recupere el aparato productivo y
fortalezca principalmente el sector agropecuario, dejando de lado el sector
extractivista, que solo alimenta a las multinacionales; y en general, una
política macroeconómica que propicie la generación de empleo. Y en política
social, se necesita acabar con esa política de corte financierista para colocar
nuevamente una política social de enfoque humanista, que rescate los valores
universales del manejo de lo público. O sea, un tipo de Estado que rescate los
bienes públicos y evite las privatizaciones desmedidas, para colocar lo público
en el nivel que le corresponde en concordancia con la dignidad humana.
No es entonces la escogencia mecánica de un candidato lo que Colombia
necesita, sino la definición de una propuesta, en un proyecto político de
fondo, que toque los fundamentos del modelo neoliberal que tanto daño ha
causado a la humanidad y que tiene al país en el estado de postración que hoy
existe, con los graves problemas sociales que tienen en riesgo la misma
existencia humana. Después sí, pensar en cuál debe ser el perfil del candidato
para ejecutar ese programa y el compromiso del mismo para sacarlo adelante,
aclarando también que se necesita un Congreso comprometido, porque para todos
los cambios se necesitan las leyes correspondientes; por lo tanto, de manera
mecánica, no tiene sentido hablar de una alianza de centro-izquierda.
Totalmente de acuerdo con todas las propuestas, me encantó que en ellas no se dejará por fuera el enfoque de una política social con conciencia en que lo publicó no se pone en venta engañando a Colombia para que pensemos que la única solución para salvar nuestras entidades es darle dominio desmedido al sector privado sobre lo público, cuando lo que realmente mueve estas acciones son los intereses de unos pocos que siguen desfalcando nuestro país.
ResponderEliminarMiguel..la tenes clara....de como sacar esta finca a pais...y contruir una nacion...en donde el empleo digno sea lo prioritario...la justicia apacigue los odios...la corrupcion un mal recuerdo...viene la pregunta..el que hacer..? En un pais dividido entre falzos buenos y buenos tildados de malos...
ResponderEliminar