Desde
cuando los alemanes crearon es Estado Social, por allá en los años 1890, la
política social ha tenido como fin la atención de las necesidades humanas y
desde entonces, el objetivo de la política social de salud, en cualquier lugar
del mundo, es el cuerpo humano para que la gente pueda gozar de la normalidad.
Por eso, un caso curioso es el del Plan de Desarrollo Nacional 2002-2006 “Hacia
un Estado Comunitario”.
En
este periodo de gobierno, el objetivo de la política de salud no fue el de
lograr la salud de los colombianos o sea objetivos en la persona humana, sino
que el objetivo de la política fue asegurar las ganancias de los inversionistas
en las EPS. Garantizar la sostenibilidad financiera del sistema era asegurar
los balances positivos a las empresas, independientemente del bienestar de los
usuarios.
Dice
la ley 812 de 2003 por la cual se aprueba dicho plan, en el Artículo 8 del
Capítulo II del Título II, que “se
buscará la sostenibilidad financiera del SGSSS”. Y en el documento Bases
del PND Hacia un Estado Comunitario, en la página 190 se incluye un título que
dice “Sostenibilidad Financiera” con el literal B que titula “Garantía de
Sostenibilidad Financiera” donde se anota que se “Implementarán mecanismos para ajustar el contenido de los planes de
beneficios” a los filiados y más adelante señala que se “Impulsarán mecanismos para definir el
alcance de los derechos y deberes de los afiliados al sistema e imponer límites
razonables al gasto en salud”. Sin duda, política perversa.
Como
era de esperarse, en ejecución de respectivo plan durante el gobierno de Uribe,
en materia de salud, se dedicó a salvar los capitales invertidos en las EPS,
para lo cual dictó una serie de decretos y resoluciones del Ministerio, con los
cuales se creó el piso jurídico para que las EPS bajaran sus costos y con ello
sus resultados financieros fueran favorables. No era objetivo del plan de
desarrollo salvar vidas ni garantizar la salud humana como cualquier política
social en salud, sino la sostenibilidad financiera de un sistema que, ni en esa
época ni ahora, tiene salvación financiera.
Con
esa política del gobierno y ya con soporte jurídico, las EPS, ni cortas ni
perezosas, se dedicaron a bajar sus costos, ya que los ingresos no los pueden
subir por los limitantes de las tarifas SOAT y el valor de la UPC. Solo que
para bajar los costos se necesita matar a los usuarios porque si les cura la
enfermedad, los costos se elevan.
A
partir de ahí, se vino la oleada de negación de servicios, dilación y
aplazamiento de la atención, y con ello la más grande mortandad de colombianos
hasta que hoy un médico candidato al Senado dice en sus discursos que el
sistema de salud ha asesinado más personas que la guerrilla y que el período de
la violencia del siglo pasado. Según las estadísticas, fue desde el gobierno de
Uribe, que comenzó la crisis para los usuarios derivada de un plan de
desarrollo que permitió la atrocidad en la operación del sistema y con ello el
deterioro total en la calidad del servicio de las EPS.
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