miércoles, 4 de enero de 2017

LA FELICIDAD DEL 2017

A media noche del 31 de diciembre la frase popular es la de “feliz año” y con ella la esperanza de cambio y mejoramiento para la gente, quien espera mejores condiciones de vida en el nuevo año. Sin embargo, las condiciones de vida de la población en general, no se pueden sustraer del marco donde se inscribe la realidad social del país, el cual, a su vez, está determinado por factores externos que imponen escenarios en el interior, que limitan las posibilidades de la realidad colombiana.

Por supuesto, en el interior del país se ubican factores que en 2017 tendrán gran incidencia sobre las condiciones generales de vida, como el caso del llamado “postconflicto”, el período prelectoral y otros; pero los grandes determinantes de la situación están en el entorno externo, debido a la gran dependencia que tienen Colombia frente al mundo globalizado. Basta con mirar el nivel de la deuda externa colombiana, que es un indicador de la magnitud del sometimiento del país a los factores y poderes internacionales. Al mes de septiembre de 2016, la deuda externa de Colombia ascendía a la suma de 116 mil millones de dólares, equivalente al 41 % del PIB, con lo cual también vemos la tremenda escalada que se ha presentado en el presente siglo, si consideramos que, en el año 2000, la deuda externa sumaba 36 mil millones de dólares. Y durante el cuarto de siglo que lleva operando el modelo del capitalismo financiero global, ha pasado de 17 mil millones en 1990 a la citada suma del 2016, con que vemos cómo se ha empeñado el país ante los prestamistas internacionales y con ello el pago de intereses que alimenta las arcas de los agiotistas del exterior y obliga a exprimir más el sudor de los colombianos.

Pero lo que más expectativa e incertidumbre muestra, es el caso de USA con la presidencia de Trump. Los movimientos subterráneos, las operaciones clandestinas, los complots y confabulaciones en contra de países del exterior son el pan del día en los poderosos centros de intereses privados de ese país. El mundo casi siempre se entera veinte años después de las operaciones secretas que han hecho. Pero algo sí se puede deducir: el poder que había estado concentrado en manos de las ocho familias propietarias de la Resera Federal, hoy pasa a manos de otro grupo de magnates encabezados por Trump, de quienes no se conoce cuáles son sus intereses y propósitos, por lo que se vislumbra el surgimiento de un conflicto interno; pues los antiguos grupos de poder no se van a quedar quietos ante la irrupción de otro, igualmente magnate, en las esferas del poder mundial, en un momento en que la geopolítica internacional se encuentra convulsionada por los obstáculos que ha encontrado la Reserva Federal para imponer su política exterior del Nuevo Orden Mundial. No sabemos cómo se van a presentar los movimientos globales con el nuevo presidente de USA, pero sí podemos estar seguros de que, en el panorama internacional, sucederán cosas diferentes a las ocurridas durante el último cuarto de siglo y con ello se pone en duda la felicidad del 2017. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario