viernes, 9 de diciembre de 2016

DEL ANUNCIO DE UN FRACASO

     Se ha vuelto popular el uso de la parodia de la obra de Gabriel García sobre la crónica anunciada, para referirse a casos en que con anterioridad ya se sabe los resultados de un proceso, por lo cual bien podemos desde ya, anunciar el fracaso que tendrá el denominado proceso de paz, si no se aplican oportunamente los correctivos a lo que serán factores que determinan el resultado.
     Además de los ataques del uribismo, que, estamos seguros, no ahorrará esfuerzos para bombardear el proceso desde todos los flancos posibles, lo cual será un factor altamente incidente en los resultados de los acuerdos con la guerrilla, este aspecto lo dejamos de lado por estar fuera de la gobernabilidad de Santos. Pero hay otros tres fenómenos que están dentro de las acciones gubernamentales, que desde ya están anunciando que el proceso de paz fracasará.
    Uno es el centralismo bogotano. Ya estamos observando cómo desde la capital se toman todas las decisiones sin tener en cuenta las consideraciones hechas desde lo local y sin tener el suficiente conocimiento de las condiciones específicas que existen en cada territorio. El direccionamiento estratégico del proceso funciona verticalmente de arriba hacia abajo y con ello las políticas, que debieran de ser públicas, se convierten en políticas gubernamentales que, como ya se sabe, nunca han sido adecuadas para solucionar algún problema.
     Dos es el papel de los políticos tradicionales. Las acciones inherentes al cumplimiento de los acuerdos, ante la ausencia de una organización civil adecuada y eficaz, se están canalizando a través de los políticos tradicionales, quienes están haciendo lobby y lagarteando ante el gobierno para que les asignen fondos con fines del acuerdo, pero que ya sabemos, se convierten en politiquería electoral y los recursos en fuente de financiación de campaña.
     Tres es la ausencia de los actores locales. Desde ya están llegando a los municipios diversas ONGs de Bogotá y algunas internacionales, a las que les han suscrito multimillonarios contratos para que vayan a hacer la paz en las localidades, que no conocen, por lo cual llegan a rebuscar ayuda local para cumplir su contrato. Y allá en la capital, están los vividores pescando para sacar un contrato.
     Muchos casos se han visto en la historia, en que los recursos disponibles se quedan en Bogotá para pagar costosa burocracia y a los sabios, que surgen a montones, y los fondos no llegan a los territorios. Ahora es posible que esto también ocurra y entonces con todos esos factores es procedentes que hoy podamos hablar del anuncio de un fracaso.

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