miércoles, 21 de diciembre de 2016

LAS DUDAS SOBRE LA EDUCACION

En los últimos años se ha venido cuestionando mucho el producto social de la educación en Colombia, sobre todo cuando se examinan los resultados de la prueba Pisa, donde los colombianos muestran cifras no muy convincentes. Pero esto es el resultado de la evolución que a nivel global se viene dando desde los años ochentas del siglo pasado, cuando la transformación del Capitalismo Industrial hacia el Capitalismo Rentista o Capitalismo Postindustrial, arrastró todo un conjunto de cambios en la esfera del saber, comenzando por el mismo paradigma epistemológico que siempre ha tratado de explicar el conocimiento en general y particularmente el conocimiento científico. En las ciencias naturales el impacto no ha sido notorio, pero en las ciencias sociales las transformaciones han sido de gran magnitud; cambios en la teoría económica, la teoría del desarrollo, la sociología, la geografía, el derecho internacional, etc., dentro de un conjunto paradigmático que hoy conocemos como el pensamiento neoliberal.

Por supuesto el currículo educativo no podía estar exento. Con frecuencia escuchamos quejas sobre lo que antes se enseñaba en el ciclo básico y hoy no figura; es común el lamento sobre lo buena que era la escuela de antes y lo malo que es la de hoy, donde los jóvenes carecen de muchos fundamentos que no solo consolidan el intelecto, sino que cimentan la proyección social en el contexto humano. Se quejan los de la anterior generación, porque ya no enseñan la historia, ni la cívica, ni valores éticos, ni filosofía, ni las bases de una formación humanística que ayude a desempeñarse con altura en el contexto social.

Pero claro; ahora la educación es neoliberal y por ello los fines son diferentes a cuando predominaba la ideología de la modernidad propia del capitalismo industrial. Ahora el pensum debe adaptarse a la ideología de la postmodernidad cuyo primer fundamento es la globalización cultural, que significa la inyección en el subconsciente de la persona, de los valores del mercado, el que además es global, y con ello sometida a las reglas que imponen las siete potencias económicas a través de la influencia del Banco Mundial. Las políticas nacionales sobre educación, que difunde el Ministerio, son simplemente las imposiciones de ese organismo multilateral, al que no le importa el pragmatismo y la realidad nacional y territorial, sino el encuadramiento a los patrones neoliberales que rigen para la aldea global, independientemente de que haya o no pertinencia frente a la cultura local y los requerimientos del desarrollo autóctono. Es una situación que, según se deduce de los comentarios generalizados, pasa desapercibida como si el sector institucional de educación no hubiera sido objeto de la intervención de parte de los organismos internacionales de poder y por eso hoy en la opinión pública en general se presentan las dudas sobre la educación. 

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