Matan
el tigre y se asustan con el cuero, sería la frase popular apropiada para
referirse a la pérdida de recursos del orden nacional asignados para el
financiamiento de proyectos territoriales, que luego se pierden porque se deben
devolver a Bogotá, pasado el tiempo que la norma fija como plazo para ser
ejecutados.
Los
casos son frecuentes: después de largos trámites, de vueltas y maromas y hasta
de lagarteos, se logra conseguir que en la capital asignen los fondos para la
solución de un problema planteados o la satisfacción de una necesidad
colectiva, pero cuando los recursos están en las manos, llegan las dificultades
para su ejecución por las deficiencias graves en la gestión de proyectos en las
entidades territoriales. Otras veces y por este mismo vacío en la gestión,
muchos proyectos quedan inconclusos, a otros no les alcanza el presupuesto y tienen
que pedir adición que la ley permite hasta el 50 %, muchos no cumplen el
cronograma y hasta se ven episodios folclóricos y pintorescos como el del
funcionario que dijo que el cronograma era teórico; y en general, abundan los
casos de proyectos donde se evidencia las falencias en materia de gestión de
los mismos. Y esto solamente mirando la fase de ejecución del proyecto; porque
si observamos la fase de operación, ahí sí, tenemos que parar de contar,
principalmente en los proyectos cuya vida útil sobrepasa un período de
gobierno. El proyecto se diluye en el tiempo y cumplido el horizonte, casi
nunca se sabe si se logró o no el objetivo general planteado en la formulación
inicial. Casi nunca se hace la evaluación final.
Y
eso que existen instrumentos técnicos suficientemente conocidos para realizar
la gestión de proyectos; que tal que no existieran. Está, por ejemplo, el PMBOK
que es una guía de estándares internacionales donde se consignan en detalle los
pasos que se debe dar para una adecuada gestión de proyectos, publicada por el
PMI (Instituto para la Administración de Proyectos) que tiene un capítulo en
Colombia con sede en Bogotá. También está la NTC ISO 10006, norma técnica
colombiana establecida por ICONTEC, debidamente ajustada a las particularidades
del país y adicionalmente, todas las normas legales vigentes donde se incluye
el SSEPI y demás herramientas del manejo presupuestal. Pero a los gobiernos
territoriales no les da la gana utilizarlas, como lo dejo expuesto en mi libro
“Ideas sobre Planificación y Proyectos” que está en circulación.
No
se comprende por ello que en las administraciones territoriales esta disciplina
fundamental para la operación de las entidades en cumplimiento de los fines
esenciales del Estado, no tenga la potencia que se requiere y lo más
incomprensible, es que los órganos de control tanto oficiales como los de la
sociedad civil amparados en la democracia participativa, tampoco valoran la
importancia y la magnitud del problema existente, por lo cual seguiremos viendo
descuidadas y llenas de errores las fases de ejecución y operación de los
proyectos públicos, observándose con ello una verdadera tragedia en la gestión
de proyectos.
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