miércoles, 25 de noviembre de 2015

PENSAMIENTO QUE CASI SIEMPRE TRIUNFA

Hay algunos que piensan que todos los individuos de la especie del homo sapiens son iguales y que tienen los mismos derechos y oportunidades en el contexto de la sociedad humana. Quienes así creen son libres de hacerlo, están en todo su derecho, como también quienes no piensan igual. Ambas posturas aunque no se compartan merecen respeto.

Hay un grupo de la población, minoritario por cierto, pero muy activo y en ocasiones agresivo y belicoso, que amparándose en la Teoría de la Selección Natural de Darwin, sustenta sus posturas que defienden la existencia de las élites sociales como grupos que deben gozar, legítimamente, de todo tipo de privilegios. Ellos creen que es por naturaleza, por obra de Dios o no sé por qué razón, que debe existir una jerarquización social en la que unos pueden y deben estar por encima de otros. Los favorecidos, pueden y deben ser los poseedores de la riqueza económica y quienes detenten el poder político y gobiernen a todos los demás.

Consideran que los ricos le hacen un favor a la sociedad al colocar su capital en los negocios que crean empleo y producen bienes y servicios que los demás pueden comprar para satisfacer sus necesidades; por ello, son merecedores del trato preferencial por parte del gobierno, por lo cual no se les debe cobrar impuestos y además consideran que el país son solo ellos y que los intereses nacionales son los de ellos. Para estos grupos, los pobres son un sobrante de la raza humana que constituye una carga para el Estado y la sociedad, por lo cual deben desaparecer. Cada uno es libre de pensar como quiera; lo grave es cuando se considera que ese es el ordenamiento lógico de la sociedad y que nadie puede pretender cambiarlo.

Ahora resulta que también el BID y la OCDE, son protectores y defensores de este pensamiento, lo cual, por supuesto, es un anuncio de perjuicio para los demás colombianos. Claman estos organismos multilaterales por la disminución del salario mínimo y los impuestos a la renta y el patrimonio, este último que casi no existe, mientras que recomiendan elevar los impuestos indirectos como el IVA que es regresivo por lo cual  los ciudadanos de menores ingresos pagan relativamente más impuesto que los ricos. Y como nuestra élite colombiana históricamente se ha caracterizado por la sumisión y la obediencia a los designios del capitalismo internacional, pronto llegará la reforma tributaria que terminará agravando más la situación de inequidad social que claramente se refleja en el coeficiente de Gini y consecuencialmente profundizando más el conflicto sociopolítico y la descomposición social que circula por las calles a marchas agigantadas, sin que se vislumbre por ningún lado, un fenómeno político que abra esperanzas para  el cambio, debido a la fuerza y la potencia de los instrumentos que poseen los grupos de poder, comenzando por los aparatos ideológicos que despliegan su capacidad para lavar cerebros y sostener el mismo andamiaje de poder político, que como en Argentina ahora, es el pensamiento que casi siempre triunfa. 

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