El
mes de octubre pasado, el Ministerio del Ambiente publicó el estudio que mide
el índice de la calidad ambiental urbana
(ICAU) realizado para 128 centros urbano del país y a Popayán le fue mal. Resultado
que no sorprende después de ver el estudio sobre la Estructura Ecológica
Principal que ejecutó el gobierno Fuentes en 2014.
En
un rango de calificación de cero a cien puntos, Popayán sacó quince, siendo la
peor Cúcuta que solo llegó a 6,5. De acuerdo a la metodología del ministerio
que incluye cinco categorías, a esta ciudad le correspondió la categoría de “muy
baja calidad ambiental”, como a todas las que sacaron menos de 20 puntos, donde
están también Montería, Barrancabermeja, Palmira, Pasto y Tumaco.
La
metodología considera 10 indicadores directos cuya ponderación para calificar
es el 70 % y 6 indicadores indirectos que pesan el restante 30 %. Entre los
primeros están: superficie de área verde por habitante, calidad del aire, calidad
de agua superficial, porcentaje de áreas protegidas urbanas incluidas en el POT
con Plan de Manejo Ambiental en ejecución, porcentaje de residuos sólidos
aprovechados, porcentaje de población urbana expuesta a ruido por encima de los
niveles permisibles, población urbana que participa en gestión ambiental, población
urbana vinculada a estrategias de educación ambiental, población urbana
localizada en zonas de amenaza alta y porcentaje de superficie construida con
criterios de sostenibilidad. Y entre los segundos: consumo residencial de agua
por habitante, consumo residencial de energía por habitante, cantidad de
residuos sólidos por habitante dispuestos en relleno sanitario, porcentaje de
suelos de protección urbanos incluidos en el POT con conflictos de uso del suelo,
espacio público efectivo por habitante y porcentaje de longitud de sistemas
alternativos y masivos de transporte.
Ya
desde 2014 el estudio de la EEP había señalado la debilidad de la situación
ambiental municipal y por ello la propuesta destacó la necesidad de crear una
estructura administrativa especializada que se convirtiera en doliente de la
situación. Reconoce que en el Estado Postmoderno no se resuelven los problemas
con estructuras sino con procesos incrustados en el modelo de operación, pero
también es consciente de que aún persisten los reductos del Estado Burocrático
donde las estructuras son imprescindibles.
Ahora con la medición del Ministerio, que se
publica en momentos en que se realiza el cambio de gobierno, es la oportunidad
de incluir en la agenda del próximo período la relevancia de la dimensión
ambiental del desarrollo endógeno integral, por lo cual es procedente no dejar
en saco roto el estudio ya realizado, el que además, es obligatorio para la
formulación del componente rural del POT, según lo dispone el Decreto 3600 de
2007. Con ello, en la formulación del llamado plan de desarrollo del que trata
la Ley 152 de 1994 en cuyo proceso obligatoriamente se debe revisar el POT
vigente, se requiere hacer relevante la consideración del reto ambiental para
el nuevo alcalde.
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