miércoles, 24 de junio de 2015

PAPA FRANCISCO EN LAUDATO SI

Los ricos de Estados Unidos y los católicos de derecha de ese país están muy bravos con el Papa por el texto de la encíclica que sacó el pasado mes de mayo. No es la primera vez que se plantean las cosas que incluye dicha carta, pero otra cosa es que quien las dice es el Papa.

El texto nos recuerda autores como Manfred Max-Neef con su Economía Descalza y su Desarrollo a Escala Humana, quien despeja dudas acerca de lo que es el desarrollo; pero principalmente nos evoca pensadores como Jorge Graciarena y Aníbal Pinto de la CEPAL, quienes introdujeron el concepto de “estilo de desarrollo” en la teoría económica, con el cual se precisan conceptos que explican por qué la destrucción de la casa común, como la llama el Papa.

El texto papal critica los avances de la economía mundial y sus efectos en el medio ambiente, destacando que el principal problema ambiental del planeta es la pobreza derivada de la desigualdad inherente al sistema económico. Pero no propone cambiar el sistema. Es decir que dentro de mismo sistema capitalista que existe, se deben introducir los mecanismos que neutralicen o corrijan los procesos de concentración de riqueza y destrucción ambiental. Al decir de los cepalinos, el mal no es el sistema sino el Estilo de Desarrollo que se adoptó desde hace ya más de dos siglos, el cual se le denomina Estilo Ascendente o Transnacional y se caracteriza tal como lo narra el documento papal.

Como antagónico a dicho estilo, se propone el Estilo Sostenible que como dice el Papa, debe comenzar desde la familia e incluir aspectos en la organización social, la cultura con respeto por la ley natural, las formas del trabajo y hasta la política, si es que se quiere enderezar el rumbo de destrucción que actualmente lleva el mundo. Pinto dice que el Estilo de Desarrollo es la forma como se organizan, se asigna y se manejan las fuerzas productivas para el cumplimiento de los fines del sistema económico.


Desde el último cuarto del siglo pasado se viene tocando el problema en distintos eventos académicos; pero las grandes multinacionales hoy organizadas en el fenómeno transnacional, hacen caso omiso a las recomendaciones y los fondos de especulación del capital, que son los verdaderos controladores de la economía mundial también regañados por el Papa, les importa poco porque parte de la esencia del estilo actual es el privilegio que se otorga a la rentabilidad del capital en el corto plazo sin importar los efectos en la humanidad y en el ambiente, por lo cual hoy están furiosos por el documento, el cual debe ser leído cuidadosamente porque es una importante pieza sociológica y política que con toda seguridad va a traer trascendentales efectos más delante cuando se difunda ampliamente la postura del Papa Francisco en Laudato Sí.

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