miércoles, 27 de mayo de 2015

LA IMPORTANCIA DEL APARATO PRODUCTIVO

Medir el comportamiento de la economía a partir de las cifras del PIB no es el mejor método. Al capitalismo internacional le interesa la tasa de crecimiento, que muestra la verdad aparente con base en la teoría de los precios, esa que se inventaron los marginalistas para contradecir a los clásicos, que distorsiona la realidad sobre la creación de valor y la sostenibilidad del sistema, pero que no muestra los verdaderos soportes de la economía en el largo plazo.

Recientemente y para no ir muy lejos, el caso de Venezuela es un buen ejemplo: no es tanto por la presencia de Maduro, como tratan de hacer creer los mercachifes de la comunicación de los grandes medios bogotanos, que la inflación en ese país tiene cifras escandalosas, sino por la estrechez de la oferta agregada que impulsa hacia arriba los precios de los bienes y servicios. El país vecino desde muchos años atrás, contando con la avalancha de dólares provenientes del petróleo, no se preocupó por consolidar un aparato productivo capaz de responder a los requerimientos de su propia demanda interna y se dedicó a importar la gran mayoría de productos; hoy cuando le llegó la escasez de reservas internacionales, no dispone con que pagar importaciones y lógicamente, la oferta se ha contraído y los precios se han disparado.

Ahora en Colombia vamos para allá, como consecuencia de la globalización y los TLC, según lo dijo el mismo presidente la ANDI. No sólo por la difícil tarea de fortalecer las empresas nacionales debido a la competencia extranjera, sino también porque las multinacionales ya instaladas en el país se están marchando para atender el mercado nacional desde sus plantas ubicadas en otro país que les ofrece mejores garantías. Aquí, con el agravante de que las reservas internacionales en su mayor porcentaje no es propio como producto de las exportaciones, sino que es postizo por la llegada de flujos de dólares ajenos de capitalistas extranjeros.


El esquema se repite a escala regional. Si los territorios no cuentan con un aparato productivo sólido, no es posible pensar en el desarrollo endógeno sostenible. Por eso es un reto para los gobiernos territoriales implementar estrategias que promuevan o impulsen el fortalecimiento de la base económica mediante procesos que dinamicen los sectores productivos. No obstante, en las propuestas de campaña de los candidatos a gobernación, no se aprecia con claridad si contemplan esta medida o si la pasan inadvertida. Los discursos son gaseosos, en abstracto, más un cúmulo de sanas intenciones, que un verdadero proyecto político que promueva el desarrollo regional, con horizonte en la dimensión social, por supuesto, pero que debe contar con la adecuada antesala en materia de desarrollo económico, la cual no puede ser otra, que el reconocimiento a la importancia del aparato productivo.

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