miércoles, 8 de abril de 2015

ESCUCHAR LA VOZ DEL VATICANO

En los eventos académicos, los comentarios de prensa, en la opinión pública en general, se ha repetido que la paz no es producto automático del cierre de la negociación en La Habana, sino la construcción colectiva del clima de convivencia armónica y pacífica entre toda la multiplicidad de actores sociales mediante un proceso que inicia en la familia y se extiende al barrio o vereda, la comuna o corregimiento, el municipio, el departamento, la región, hasta lograr el agregado nacional.

Hoy dice la carta del Cardenal Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, que “La construcción de la paz es un proceso complejo, que no se agota en espacios o en planes de corta duración” y más adelante agrega que “Hay que forjar la paz desde quienes viven la marginalidad y la pobreza extrema, desde quienes no son incluidos en la sociedad.” y complementa el análisis señalando que se debe “luchar sin descanso contra toda forma de injusticia, de inequidad, de corrupción, de exclusión, males que destruyen la vida misma de la sociedad.

Todo esto significa que la construcción de la paz no debe comenzar después de hacer acuerdos con los grupos guerrilleros, sino que debe comenzar desde ya, impulsada por quienes tienen la gran responsabilidad de liderar los procesos sociales. Este año se presenta la coyuntura apropiada para tal fin, con la elección de los gobernantes territoriales, por lo cual se espera que sus protagonistas demuestren su voluntad de paz cambiando su conducta en pro de la construcción del clima de convivencia armónica entre todos los actores. Se necesita que los gobernantes territoriales abandonen su maniática y aberrada costumbre de pretender dejar herederos en el puesto de gobierno y que muchos congresistas dejen también el vicio de tratar de imponer los del período siguiente, al estilo de los padrinos de la mafia, para mantener su poder. Es un clamor ciudadano que pide a gritos la necesidad de cambio en las costumbres políticas, pero que los directos responsables no escuchan.

Los hechos de paz no son simples declaraciones a la prensa, sino la demostración con sus acciones que se está contribuyendo a crear las condiciones favorables al ámbito de convivencia, respetando el cumplimiento de los fines esenciales del Estado tal como lo determina la Constitución Política. La dejación de las armas por parte de la guerrilla es una muy buena contribución al proceso, pero más que los guerrilleros, quienes tienen la gran responsabilidad en la construcción de la paz son los gobernadores y alcaldes conjuntamente con los congresistas, quienes tienen en sus manos la operación del régimen político y que para bien del futuro colombiano, sería muy bueno que si han hecho caso omiso a la opinión pública, hoy, por lo menos, deberían escuchar la voz del Vaticano.

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