Cuando en 2011 se
expidió el Acto Legislativo 05 para reformar el sistema general de regalías,
uno de los argumentos que se utilizó fue el de que en los territorios que más
se beneficiaban con el viejo sistema, los productores de minerales,
despilfarraban los recursos y se habían convertido en fuente de corrupción.
Luego se expidió la Ley 1530 de 2012 para desarrollar la reforma constitucional
y darle forma al nuevo sistema, en la cual se introdujeron, supuestamente,
mecanismos correctivos para evitar que se continuara manejando estos fondos al
amaño y conveniencia de los politiqueros tradicionales.
La opinión pública
se entusiasmó. Se pensó que había nacido una solución al problema de la
insuficiencia de fuentes de financiación y que con ello todo el país tendría
mecanismos para fomentar el desarrollo territorial. Se crearon los órganos
colegiados para aprobar proyectos y se introdujo el filtro del DNP para,
supuestamente, asegurar la objetividad,
la racionalidad, la técnica y el cumplimiento de la ley en la asignación de los
recursos. La ESAP realizó durante 2012 muchos eventos de capacitación tratando
de conformar un conjunto numeroso de ciudadanos en capacidad de estructurar
proyectos técnicamente en concordancia con el espíritu de la reforma.
Pero, a pesar de la
ley y los mecanismos para asegurar el debido uso de estos fondos públicos, la
habilidad y la astucia de los politiqueros es superior a cualquier intento por
introducir la ética pública y manejar los recursos con criterios objetivos y
técnicos. El resultado es que los proyectos del sistema de regalías primero
pasan por la voluntad de los gobernadores y después por las demás instancias
del trámite. Primero el gobernador correspondiente compromete una partida para
un determinado proyecto y luego sí, hay que darle machete y manipular la
metodología para armar el documento del proyecto en los términos del compromiso
ya hecho por el gobernante, que, lógicamente, no corresponde a una estrategia
de desarrollo sino a un interés personal y político del funcionario. El filtro
del DNP también se desvió por cuanto ese organismo, que es un enemigo de la
descentralización, utilizó su competencia más para priorizar las políticas
nacionales que los intereses regionales.
Todos esos eventos que realizó la ESAP sobre
desarrollo endógeno, desarrollo territorial, marco lógico, MGA, técnicas de
estructuración y formulación de proyectos, con la finalidad de conformar un
conjunto de ciudadanos preparados para aplicar principalmente el Artículo 23 de
la Ley 1530, se fueron al tarro de basura. Se perdieron. En el trámite de
proyectos lo que prima es el compromiso de los gobernadores y los demás
aspectos técnicos de la formulación de proyectos, valen huevo; desconociendo
que el monto de la inversión en un proyecto depende de sus objetivos y de la
ingeniería del mismo y no de los compromisos del político. Ahora ya entendemos
claramente cuando Echeverry el Ministro de Hacienda de ese entonces, dijo que
la reforma al sistema general de regalías significaba que con ello en toda la
galleta se iba a extender la mermelada de las regalías.
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