martes, 23 de septiembre de 2014

RIESGOS DERIVADOS DE LA BANCA ISLÁMICA

Por allá a mediados de los años setenta del siglo pasado, en Dubai crearon el primer banco islámico propiamente dicho, es decir con las reglas de la banca moderna, aunque desde tiempo atrás dentro de los cánones del islamismo, se realizaban operaciones financieras. Los petrodólares, la creación de la OPEP y el auge de la demanda mundial de petróleo motivada por los avances de esa tecnología, crearon condiciones favorables para que se diera la gran concentración de riqueza en manos de agentes económicos de esta corriente ideológica.

Un solo banco no sería motivo de preocupación para el mundo occidental; pero hoy el crecimiento del sistema financiero islámico ha alcanzado niveles que ocupan un porcentaje muy significativo en el sistema financiero mundial y con ello la situación geoeconómica con efectos en la geopolítica, trae fenómenos que ponen a pensar dos veces sobre la estabilidad mundial y la paz global. El sistema bancario islámico que se fundamenta en los principios del Corán, opera de manera diferente del sistema occidental convirtiéndose en un mecanismo rival que compite con el andamiaje de la Resera Federal; pero como los patrones del mercado mundial siguen siendo los occidentales, los del Medio Oriente, que ya se están extendiendo por muchos países de Asia, están pisando los callos de quienes han controlado el sistema financiero del mundo desde hace un siglo.

Que haya bancos que no cobran intereses como los occidentales porque el Corán lo prohíbe y que preste servicios con otra forma de capitalismo no usurero, vaya y venga. Pero lo grave es que Rothschild, Rockefeler, Morgan, Warburg y sus otros socios que desde la Reserva Federal controlan el sistema monetario mundial no se quedan con los brazos cruzados. Los antecedentes son muy dicientes. Estas ocho familias, que emiten el dólar e imponen sus reglas de juego, siempre han desplegado todo tipo de acciones legales o ilegales, pacíficas o violentas, para mantener su dominio y seguir ejerciendo el control de la economía mundial, más cuando desde el comienzo del presente siglo andan tras el empeño de la construcción del nuevo orden mundial bajo un solo gobierno, por supuesto el de ellos, y por el otro lado del mundo los chinos y los rusos no se quieren dejar meter en ese círculo. Ahora la tercera pata del otro lado es la banca islámica que cada día toma más fuerza.

Desde la crisis financiera de 2008 en Estado Unidos el sistema occidental viene sufriendo serios reveces que no han logrado superar, lo cual tiene repercusiones en toda Europa y América, cimentando condiciones de inestabilidad que a toda costa Estados Unidos trata de controlar, por lo cual no deja de preocupar que en ese afán desesperado por mantener la dominación, la OTAN recurra a procedimiento de fuerza contra los países de la órbita islámica, lo que significa la presencia de muy altos riesgos derivados de la banca islámica.

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